La fiesta de San Antón volvió a reunir este sábado a centenares de daimieleños en torno a su hoguera. 10.000 kilos de leña, principalmente sarmientos, que prendieron Remedios Ortega, el mayoral de la peña equina Rocinante, y el alcalde, Leopoldo Sierra, con la asistencia del presidente de la peña, Luis Miguel Romero, y bajo la atenta mirada de un nieto de Remedios que no quiso perderse este momento tan especial para su abuelo.
Felicitaciones
Sierra felicitó a Ortega por su nombramiento y agradeció a la peña equina el esfuerzo que hace por mantener estas tradiciones y, al mismo tiempo, por innovar en su contenido incorporando este año el reparto de chocolate caliente y tontos (buñuelos) para colaborar con la Asociación Española contra el Cáncer. “Es importante que no se pierda un recuerdo de nuestra historia, pero si además tienen este detalle solidario, la felicitación tiene que ser doble”, destacaba.
Un puesto que al final de la noche consiguió recaudar 220 euros gracias al trabajo en los fogones de los componentes de la peña equina y al de las voluntarias de la junta local de la AECC en el reparto y venta del chocolate y de los dulces.
Novedad
Luis Miguel Romero, presidente de la peña equina, subrayaba esta novedad y lo especial de este día para todos los amantes de los animales. Una fiesta que en sus orígenes la vivían principalmente los agricultores que “vestían con sus mejores galas a sus compañeros de faena” para la bendición y que ahora ha evolucionado hasta reunir en las vueltas a Santa María a perros, caballos, gatos, canarios, peces o tortugas.
Romero lamentaba que la llovizna que apareció antes del inicio y que acompañó también al acto de la tarde restó algo de afluencia. “Algunos que tenían los caballos preparados al final no se animaron y supongo que también habrá más gente que se haya quedado en casa por el tiempo”, comentaba.
No fue el caso de Navaltocón, el caballo de Fernando Cejudo, que en noviembre fue elegido entre los mejores del mundo de pura raza española y que acaparó buena parte de las miradas y de las fotos en Santa María. El párroco, Valentín Sánchez Rojas, se encargó de la bendición de animales y de los panecillos y pitos que se repartieron entre los dueños.