Antiguos alumnos del instituto Atenea de Ciudad Real han vuelto al centro educativo en el marco del Día del Integrador Social para reivindicar el reconocimiento de su perfil profesional dentro del ámbito de lo social en unas jornadas organizadas por la asociación Alma de la Integración Social.
“El perfil profesional se conoce poco, pero de vuestro futuro depende el futuro de mucha gente”, ha expresado Jesús González, profesor del ciclo formativo de grado superior de integración social en la apertura de las jornadas, que han incluido una mesa redonda que ha contado con la participación de estudiantes.
La presidenta del colectivo, Yolanda García, ha explicado que los integradores sociales trabajan “con personas que están en riesgo de exclusión, que tienen problemas con las drogas, menores, mujeres que han sufrido violencia de género, personas con discapacidad, inmigrantes”, en resumen, personas en situación de vulnerabilidad.
Son el contacto “más directo” con estas personas, frente al papel que ejercen por ejemplo los educadores sociales, y tienen un “perfil polivalente”, aunque en comunidades autónomas como Castilla-La Mancha lamentan que “profesionales con cualificaciones más bajas” estén desempeñando sus puestos.
Uno de los casos que advierten es el de los auxiliares técnicos educativos (ATE). “Esto no consiste en que se salgan del barco de trabajo, sino que todos hagamos un trabajo complementario, a través de equipos interdisciplinares donde cada uno tenga sus funciones y así podamos satisfacer las necesidades”, ha explicado García a Lanza.
Las posibilidades de inserción son “bajas”
El resultado de esta falta de reconocimiento es que en Castilla-La Mancha, según lamenta Yolanda García, “las posibilidades de inserción laboral son muy bajas”. Por la Administración Pública denuncian “abandono”, la falta de puestos. De hecho, Yolanda García ha señalado que “en las últimas oposiciones para la Junta apenas salieron 6 o 7 plazas para integradores sociales”.
A la gente que estudia integración social les queda “buscar trabajo en otras regiones, trabajar en otros sectores o ocupar puestos en el mundo social, pero muchas veces con contratos que no corresponden a su perfil profesional”. Yolanda García ha defendido el fin de los contratos a los integradores sociales “como monitores o ATEs”.
Ya lo ha dicho otro de los socios de Alma de la Integración Social: para acabar con esta situación, “defender nuestros derechos, conseguir una correcta inserción laboral y caminar hacia el desarrollo profesional”, asociarse es una de las herramientas con las que cuentan, y por eso han participado en la actividad otras organizaciones como Accem.
Más de 100 alumnos en el instituto Atenea
Por su parte, el director del instituto Atenea, Francisco Javier Morales, ha celebrado la organización de esta actividad, que ha permitido “conocer las posibilidades laborales a los alumnos y asociaciones que defienden sus derechos, para que cuando entren al mercado laboral lo hagan con todas las garantías”.
En la actualidad, el grado superior en integración social cuenta con “más de 100 alumnos en este instituto”, sobre todo mujeres, entre la modalidad presencial y online, y es uno de los ciclos con “mayor demanda del centro”, junto al de educación infantil. Además, Morales ha indicado que “las prácticas en empresas son muy satisfactorias”.