El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana Samuel Moraleda hace un llamamiento a los usuarios del agua subterránea del Alto Guadiana -mayormente agricultores- para que hagan un consumo responsable del recurso. “Este año hay mucha vigilancia en el campo, y como consecuencia de esa intensa vigilancia ya se han iniciado expedientes sancionadores”, explica.
Las propuestas de sanción se están produciendo por no cumplir las condiciones de la concesión, no disponer de caudalímetros o haberlos manipulado, cuestiones normales de cualquier campaña de riego que se están detectando más este verano por el refuerzo de la plantilla, dentro del plan especial de inspecciones de pozos impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica en el entorno del parque nacional de las Tablas de Daimiel, que comenzó en primavera, en pleno confinamiento.
“Este año hay más vigilancia y cualquier incumplimiento será detectado”, señala Moraleda, mediada la campaña de regadío de aguas subterráneas del Alto Guadiana, la primera en la que se aplica una restricción adicional al consumo, de entre algo más del 5 y 6,6 por ciento delo habitual, dependiendo del cultivo.
“No sabremos si ha habido muchos incumplimientos hasta que no acabe la campaña, el recorte es mínimo”, indica.
14 técnicos de campo más en la plantilla
En torno al mes de abril y dentro de este plan especial de vigilancia se incorporaron 14 técnicos de campo más a la plantilla que se encarga del trabajo habitual de vigilancia y control de los aprovechamientos, a través de la empresa pública Tragsatec.
Las inspecciones afectan sobre todo a la masa de agua subterránea Mancha Occidental I, pero también a Mancha Occidental II y a Rus-Valdelobos (afectadas por el antiguo acuífero 23)