Noemí Velasco
Puertollano
Licenciado en Geografía y jefe del Servicio de Cultura, Deportes y Juventud de la Diputación provincial de Ciudad Real, Alfonso Martín Grande ha estado ligado al Valle de Alcudia y Sierra Madrona desde su nacimiento, como vecino de Puertollano y de orígenes en Villamayor de Calatrava. A lo largo de más de 30 años de trabajo en la Administración provincial ha destacado por su implicación en la promoción de los territorios como impulsor del primer programa Leader en el Campo de Calatrava y coordinador de los cursos de expertos universitarios en interpretación del territorio y guías de senderismo. Además, Martín Grande ha estado implicado en las reivindicaciones de la zona como presidente de la Asociación de Amigos de la Venta de la Inés, reconocida Bien de Interés Cultural. El Diario Oficial de Castilla-La Mancha anunció el lunes pasado su nombramiento como presidente de la Junta Rectora del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona.
PREGUNTA.- Ligado a la zona por nacimiento y cercano desde hace años a sus reivindicaciones, ¿qué ha significado el nombramiento como presidente de la Junta Rectora del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona?
RESPUESTA.- El nombramiento me ha llenado de ilusión y lo asumo como un gran reto, pues me volcaré en impulsar el desarrollo del parque natural y en dar a conocer sus riquezas tanto a los ciudadanos de Ciudad Real, como de toda la región y de toda España.
P.- ¿Cómo afronta el difícil reto de dirigir la Junta Rectora de este parque natural de reciente creación, que obtuvo la declaración en 2011 y que apenas ha tenido hasta la fecha desarrollo?
R.- Consciente de que es un parque joven, con tal sólo cinco años, la clave está en intentar poner de acuerdo a todos los agentes sociales implicados en la zona, a los grandes propietarios de las fincas, a los empresarios del turismo, a los ocho municipios que comprende y a los visitantes y turistas. Es necesario cohesionar los intereses de todos para propiciar el desarrollo.
La Junta Rectora del Valle de Alcudia y Sierra Madrona es la que debe velar por el desarrollo del parque y debe realizar propuestas con el fin de que se aprovechen todas sus potencialidades medioambientales y patrimoniales, y estas cuestiones son las que centrarán mi trabajo.
P.- Ha sido durante años el presidente de la Asociación de Amigos de la Venta de la Inés, una función muy diferente la que ahora le toca ¿no?
R.- Es un puesto diferente, aunque todo va unido. La Venta de la Inés obtuvo la declaración de Bien de Interés Cultural y representa uno de los atractivos del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, como uno de los escenarios de la conocida obra ‘Rinconete y Cortadillo’ de Miguel de Cervantes.
P.- ¿Cuáles son las bases que deben propiciar el desarrollo del parque natural?
R.- En primer lugar los esfuerzos tienen que centrarse en la promoción turística, pero no sólo a través de folletos, sino con una mínima infraestructura: con un centro de interpretación que sea un punto de referencia para el visitante y también con la señalización de caminos para que los turistas se sientan seguros.
Aparte, deben de haber guías formados, que amen la tierra, que la conozcan y que sepan difundirla. Todo ello debe de hacerse de forma pausada, pero siempre caminando hacia adelante para que en pocos años el Valle de Alcudia sea el gran conocido.
P.- Algunas de las líneas de trabajo que señala han formado parte de las peticiones realizadas por asociaciones y empresarios de la zona, ¿considera que hasta la fecha no ha habido una apuesta real por el desarrollo turístico?
R.- La confluencia de intereses muy diversos en la zona puede haber ralentizado su desarrollo, aunque creo que todo el mundo está condenado a entenderse con el fin de conseguir el desarrollo y la promoción, que el Valle de Alcudia con la suma de esfuerzos sea capaz de crear una economía de apoyo a los habitantes de la comarca. Además, parto de la consideración de que las personas que hacen senderismo o los cicloturistas son respetuosos con el medio natural, no realizan un turismo agresivo, por lo que no deberían haber reticencias por parte de los grandes propietarios.
P.- ¿Cómo valora el aumento del tejido asociativo a través de organizaciones como Aseturva o Fevam?
R.- Creo que va a ser muy positivo la aparición de este tipo de asociaciones y federaciones porque tienen mucho que decir. Son los ciudadanos de la zona los que deben de elegir hacia donde debe de mirar el parque.
P.- ¿Cuáles son las líneas turísticas que tiene que aprovechar el parque natural?
R.- La diversidad de aspectos turísticos susceptibles de potenciar es una de las cuestiones más interesantes del parque. El Valle de Alcudia y Sierra Madrona destacan a nivel natural por su flora y su fauna, sus paisajes, sus dehesas, las vistas que ofrecen sus atalayas. También es muy importante su patrimonio cultural ligado a la trashumancia, en torno al Camino Real que iba de Madrid a Andalucía, por el que pasan los ganaderos trashumantes desde hace siglos y que hay que recuperar. Pero es que además, contamos con arqueología industrial ligada a la minería y arte rupestre esquemático. El Valle de Alcudia y Sierra Madrona es variado y amplio, tiene alternativas suficientes para cubrir todas las expectativas.
P.- Los empresarios turísticos hacen referencia a que los turistas llegan casi ‘de rebote’ y luego se van encantados al conocerlo, ¿el Valle de Alcudia es un tesoro escondido?
R.- Por supuesto. Yo soy un enamorado del Valle de Alcudia, recorro todos sus espacios, al igual que otros en España y por toda Europa, y admito que no tenemos nada que envidiar, cualquier paisaje de la zona puede despertar sensibilidades.
P.- Acaba de llegar, ¿pero tiene marcada ya una agenda de trabajo?
R.- Estamos todavía tomando tierra, he tenido ya una reunión con el director del parque natural y estamos empezando a diseñar el plan de trabajo. Pretendo tener reuniones con todos los agentes sociales con el fin de empezar a marcar una línea de actuaciones y aportar soluciones de cara a tres o cuatro años vista.