Jóvenes de alrededor 40 años, con estudios mayormente universitarios o estudiantes, que se han ido incorporado poco a poco al sector cinegético y con ingresos medios mensuales de entre 1.000 y 1.500 euros son las características que conforman el perfil de la mujer cazadora en España.
Son las conclusiones del estudio ‘La mujer cazadora en España’, realizado por la bióloga e investigadora Elena Fuentes, que esta tarde ha presentado en la jornada ‘Mujeres con la Caza’, organizada por la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (Amfar) y desarrollada en el marco de la Feria de la Caza y el Turismo Rural (Fercatur), a la que han asistido un centenar de participantes.
Del mismo modo, según ha dicho, estas aficionadas prefieren la caza mayor y participan en las diversas citas deportivas “por ocio y porque disfrutan de la naturaleza con sus perros, sus familiares y sus amigos”. También suelen ser mujeres procedentes de entornos de tradición cinegética, que han recibido la transmisión del hábito, principalmente por sus madres. “Cuando la madre es cazadora, el porcentaje o la probabilidad de que la hija lo sea es mucho mayor”.
Fuentes desarrolló el estudio a partir de dos encuestas, en las que participaron hombres y un panel de expertas, con el objetivo de mostrar el escenario real en el que ha desembarcado la mujer con su incorporación a la caza.
La aportación mas diferenciada de las cazadoras, según la científica, es “la mayor visibilidad” que dan a la actividad, a través de los medios a su alcance como las redes sociales, una “visión más natural y más limpia de su amor por la naturaleza, el campo y los animales”.
“El latir de la caza cuenta con la fuerza de la mujer”
La ponencia ha formado parte de un elenco de mujeres que han dato voz al mundo cinegético, a través de sus experiencias, y que son parte de “la fuerza del latir” de un sector que tiene principal protagonismo en el ámbito rural, ha dicho Lola Merino, presidenta de la Amfar, en la inauguración de la jornada.
Son mujeres “valientes” que han investigado, emprendido, escrito e innovado en una sector hasta ahora muy masculinizado en sus desempeños como rehaleras, empresarias rurales, cazadoras, escritoras o comercializadoras de carne de caza.
Merino ha reivindicado el papel cada vez más visible de las mujeres “en todo lo que aporta esta actividad”, que “es disfrutar de la naturaleza, conservar el medio ambiente y dinamizar el turismo”, además de “fijar población” y ser inspiración de la artesanía, la gastronomía, la hostelería, la pintura o la literatura.
Por ello, Amfar persigue “que ese latir de la caza cuente con la fuerza de la mujer” porque “donde hay mujeres hay futuro y donde hay mujeres está garantizada la vida y el relevo generacional de la actividad cinegética”.
Merino se ha hecho eco de un ripio de Miguel de Cervantes en el Quijote en el que insta a Sancho a preocuparse por la caza, por ser “beneficiosa para muchos y sin perjuicio para nadie”, para reivindicar la tradición cinegética de los 919 pueblos de Castilla-La Mancha, corazón cinegético en España, que da identidad y empleo a muchos de sus territorios. “Si no existiera la caza se perdería parte de la esencia y un volumen económico de 600 millones”, ya que es una actividad que “ocupa una superficie de más de siete millones de hectáreas y genera 24.000 puestos de trabajo”.
Restringir una actividad milenaria traería, según Merino, “un aumento de los daños en agricultura, más enfermedades en la ganadería y más riesgo en la conservación sostenible de los cotos rurales”.
Visibilidad
En la misma onda, Ángela Ormeño, presidenta de Ática Castilla-La Mancha desde hace casi tres años ha valorado los actos que “dan visibilidad y reconocen el esfuerzo, muchas veces no recompensado” de las mujeres cazadoras.
Se trata de un colectivo, según la también rehalera, “fundamental para el relevo generacional”, sobre todo en zonas rurales como es la provincia de Ciudad Real. Según ha explicado las mujeres “empiezan a liderar sectores de la caza”, tanto de la actividad principal como de otros subsectores donde también presentes. Las mujeres ya encabezan importantes proyectos y entidades con una disposición proactiva, caracterizad por “la constancia, la responsabilidad y la innovación”.
Además son semilla, a su juicio, para mantener la tradición viva, tal es su caso como cazadora y realera que ha transmitido “la pasión” de la caza a su hija.
Mucha presencia femenina en el relevo generacional
La joven Nazaret Tarjuelo, presidenta de la entidad Jóvenes cazadores de Castilla-La Mancha, ha defendido el papel de estas nuevas generaciones para preservar la tradición cinegética.
Pueden participar en la asociación “personas desde cero años a 39” y tiene el objetivo de “inculcar a los jóvenes el respeto hacia la naturaleza, hacia el animal” y la necesidad de hacer “una buena gestión”, además de “promover la presencia de la mujer cazadora, que está pegando muy fuerte”.
La presencia femenina en monterías y eventos de cotos sociales ha aumentado tangencialmente en los dos últimos años, en los “que se ha duplicado el número de licencias federativas femeninas y se ha duplicado el número de licencias de caza y de mujeres cazadoras”.
Tarjuelo, campeona de Castilla-La Mancha de caza menor con perro en 2021, y a punto de participar en el campeonato nacional de caza menor con perro en Murcia, defiende el ejercicio de la caza por los jóvenes, para vivir momentos “en familia” y poder “dejar un legado a las siguientes generaciones.
Creaciones literarias sobre la caza
Nuria Díaz, cazadora y escritora de Los Yébenes, ha presentado sus creaciones literarias tanto para público infantil como adulto. De familia de taxidermistas, Díaz utilizó el nombre de su hija, Jara, como inspiración de un cuento infantil de cuatro capítulos titulado ‘Jara la cazadora’, en el trasmite “los valores de la caza y el amor por la naturaleza” para “mantener la tradición. En sus páginas aborda las formas de abatir animales en distintas latitudes de Europa, África, América o Asia.
También es autoría de la novela ‘Daniela luna’, protagonizada por otra mujer amante de la caza, a través de una historia de amor muy apasionante que “también tuvo buena acogida”. Díaz está enfrascada ahora con la segunda parte que ha titulado ‘Soy una luna’.
Todas las historias están unidas por “la pasión a la caza”.
Asistentes
También han participado en la 17 edición de la jornada el presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, Agustín Rabadán; el presidente de la Federación de Caza de Ciudad Real, Manuel Aranda; la concejala de Turismo, Cristina Galán; el alcalde de Ciudad Real Francisco Cañizares, la vicepresidenta de la Diputación y alcaldesa de Villarrubia de los Ojos, y el director de Aproca y Artemisan, Luis Fernando Villanueva.