Los partidos políticos, por si alguien tenía alguna duda, no fueron nada feministas en los años de la Transición de la dictadura franquista a la democracia en la provincia de Ciudad Real, desde ninguna ideología. Los únicos “algo” feministas, que más mujeres llevaban en sus listas, fueron partidos de extrema izquierda como la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) o la Liga Comunista Revolucionaria, de escasa representación.
El historiador Ángel Ramón del Valle lo cuenta en ‘La Transición en femenino. Mujer y feminismo en la provincia de Ciudad Real 1970-1983’, primera investigación sobre el papel político de las mujeres en una sociedad rural y conservadora, en la que sin embargo se creó el primer centro asesor de la mujer de Castilla-La Mancha (de los primeros en España) y la primera casa de acogida para maltratadas
Tanto en las primeras elecciones municipales de 1979 como en las segundas en 1983 hubo mujeres que dieron ese paso, se significaron en política en ambientes rurales y fueron elegidas como concejalas, una minoría (no más de 35).
La historia de la madre del autor y otras valientes
Entre esas primeras políticas está Ángela Calzado Rubio, primera mujer concejala en el Ayuntamiento de Bolaños de Calatrava, por la UCD, y madre del historiador Ángel Ramón del Valle, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Castilla-La Mancha, que a raíz de esa vivencia personal firma la primera investigación sobre el feminismo y las mujeres en la Transición en Ciudad Real, en su libro ‘La Transición en femenino’, que acaba de editar la Biblioteca de Autores Manchegos.
“Tengo la sensación de que hay un recuerdo un poco perdido de quiénes fueron esas mujeres pioneras, y en base a esta idea, la de hacerle un homenaje a mi madre y a todas aquellas mujeres de la Transición empiezo a investigar y me acerco al movimiento feminista. La mayor aportación de este libro es visibilizar a todas esas mujeres, sin marginación por ideologías”.
Desde la humildad, “como historiador era un periodo que no conocía, mi especialidad es el siglo XIX y me daba un poco de miedo”, dice, Del Valle, ha leído mucho sobre mujeres, feminismo y se ha entrevistado con muchas de las protagonistas de su relato. “Con algunas ha sido imposible por razones de edad y la imposibilidad de localizarlas”.
“Todas tienen la sensanción de que estaban olvidadas”
El libro, que se presentará a mediados de este mes de marzo, tiene dos partes, una más relacionada con la política, el papel de las mujeres como candidatas y las que llegaron a ocupar puestos políticos, sobre todo concejalas –solo hubo una mujer senadora en ese periodo por la UCD-; y otra parte centrada en el movimiento feminista, al margen de los partidos. El nexo de unión es olvido, “en todas las entrevistas las protagonistas me dicen lo mismo: tienen la sensación de que estaban olvidadas, de que nadie se acuerda de ellas, de que su aportación no está valorada”.
Las primeras de las primeras
Podría parecer que el despertar del feminismo en Ciudad Real empezó con la manifestación y huelga feminista de 2018, pero no es así. En febrero de 1981 un grupo de mujeres feministas e inquietas por derechos de los que hasta finales de los setenta estaban privadas las mujeres en España, crean la Asociación Democrática de Mujeres Manchegas, vinculadas a movimientos políticos de izquierdas, que es el primer germen de asociacionismo feminista no solo en Ciudad Real sino en Castilla-La Mancha.
Carmen Quintanilla y Charo Tapia
La fundadora y primera presidenta de esta asociación fue Carmen Quintanilla y la segunda Charo Tapia, que tomó el testigo cuando Quintanilla se apartó por choques ideológicos, para el historiador ambas las referentes feministas más importantes de esa época en la provincia, si tenemos en cuenta las diferentes sensibilidades ideológicas con las que las mujeres se acercaron al movimiento.
“Siempre que hablamos de feminismo pensamos que el movimiento pertenece a las ideas de izquierdas, pero el feminismo es más amplio, hay mujeres que son conservadoras pero también hacen una labor”. Como ejemplo de mujer activa e inquieta Del Valle destaca en su libro a Carmen Quintanilla, “a medio camino entre el progresismo y el conservadurismo, estuvo en las juventudes de la UCD, fue una de las fundadoras de la Asociación Democrática de Mujeres Manchegas y posteriormente fundió Afammer (Asociación de Mujeres del Medio Rural) ya a finales de la Transición, en 1983”.
El primer centro asesor de la mujer
“Del mundo progresista” Del Valle destaca la figura de Charo Tapia, que tomó las riendas de la asociación cuando Quintanilla dimitió por el posicionamiento favorable al aborto de la asociación. Esta asociación, en la que además de Tapia estaban otras mujeres como Concha Tolosa, Soledad Víctor o Nines Baringo jugó un papel fundamental en la creación del primer centro asesor de la mujer en Ciudad Real, que el primero en Castilla-La Mancha, y de los primeros en España.
“Lo interesante es que fue una iniciativa personal suya, con sus propios medios y la poca financiación que podían tener. Además abrieron la primera casa de acogida para mujeres maltratadas en Ciudad Real, también de las primeras de España. Ellas mismas alquilaban los pisos para que estuvieran esas mujeres, cuando los propietarios eran reticentes a una actividad de ese tipo en esas viviendas”.
También fueron sensibilizando por los pueblos sobre los anticonceptivos (que se despenalizaron a finales de los setenta en España) o la defensa del divorcio, “hoy en día lo tenemos muy asumido pero entonces hablar del divorcio, no ya del aborto, era poco menos que un crimen. Lo pasaron mal e hicieron una labor muy significativa y tuvieron que soportar insultos, agresiones e incomprensión”.
El primer 8 de marzo en Ciudad Real: 1982
La Asociación Democrática de Mujeres Manchegas también tiene en su haber otro hito importante para el movimiento feminista de Ciudad Real, fueron las primeras en celebrar el 8 de marzo, cuando se llamaba Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el 8 de marzo de 1982, en una fiesta en el parque de Gasset de Ciudad Real capital, al margen de partidos y sindicatos.
Muchas de estas mujeres militaban en partidos de izquierdas y entonces como ahora se debatía si tenían que alejarse de la política convencional y militar solo en el feminismo, o compatibilizar una cosa y otra, estar en un partido y ser feminista.
“Aquí algunas tenían doble militancia, como Concha Tolosa (PCE) o Ángela Sanroma (ORT). El proceso fue al revés, fueron los partidos los que se acercaron a esas asociaciones de mujeres, aunque en este periodo que he estudiado, el de la Transición, fueron minoritarias, tanto en los partidos como en los sindicatos”.
También en esa época, aunque su desarrollo total fue a partir del año 1983 (ya no forma parte del estudio), se produce la transformación de las asociaciones de amas de casa, que venían del franquismo, y empiezan a organizarse en torno a otros intereses, en Ciudad Real con la figura de Bienvenida Pérez. Surgen otras asociaciones de mujeres como la Asociación de Mujeres y Familias del Medio Rural (Afammer), fundada por Quintanilla.
Ángela Sanroma, otra pionera
Entre las pioneras en la política destaca Ángela Sanroma, candidata número uno al Congreso y la alcaldía de Daimiel por la ORT en las elecciones de 1979; María Luisa García, primera mujer candidata a la alcaldía de Ciudad Real o Silvia Murillo, candidata y alcaldesa electa de Villamayor de Calatrava por la UCD, la única alcaldesa elegida en la provincia en esas primeras elecciones municipales después del franquismo.
En el libro aparecen reseñas de esas pioneras en política -“me hubiera gustado hacer ficha biográfica de todas las que fueron concejalas, no ha podido ser”, apostilla Del Valle- que tenían un perfil que no era el común en la provincia. La mayoría de las mujeres de Ciudad Real eran amas de casa sin estudios, muchas con más de tres hijos. Las que “se metían” en política solían ser maestras, enfermeras o abogadas (este último el caso de Murillo, que no era de la provincia y se marchó tras ejercer dos años como alcaldesa).
También hubo amas de casa participando, entre ellas la madre del autor Ángela Calzado que una vez captada para la política tuvo que enfrentarse a la realidad de la gestión. “Entrar en política en una zona urbana es más fácil, que una mujer en el año 1979 fuera en una lista en un pueblo pequeño o mediano tiene más valor. Ya en sus puestos se sentían solas y marginadas; a ellas se les asignaban responsabilidades de menos importancia, por así decirlo, mercado, cementerio, parques y jardines, y ya más avanzada la democracia cultura y festejos”.
Cristina Almeida para defender a una violada
Las mujeres, ya sean dentro de los partidos o través de la asociaciones, se movilizaron por cuestiones sociales, contra el campo de tiro de Cabañeros, contra la OTAN; y sobre todo por los métodos anticonceptivos, el divorcio, “un gran debate por el que en la provincia se dividió la UCD”, el aborto e incluso el maltrato antes de las leyes integrales. “Si había algún caso de violación se presentaban como acusación particular a través de la asociación, lo hicieron en el famoso ‘caso Sésamo’ en el que contrataron a la abogada Cristina Almeida para defender a la víctima, una prostituta”.
Cuarenta años después de aquel primer 8M en Ciudad Real, al que se hace referencia en un libro repleto de datos interesantes y poco conocidos, el profesor de Historia Contemporánea Ángel del Valle, opina que ahora el movimiento feminista es mucho más rico y plural, con asociaciones de diferentes tipos “no hay uniformidad aunque las mujeres siguen implicadas en debates antiguos, también es de destacar que la derecha política haya asumido una concepción de la mujer diferente y los partidos de izquierda hayan cambiado mucho”.
Cuarenta años después de aquellas pioneras las mujeres han avanzado en todos los órdenes sociales, “creo que mi estudio está bien para que las chicas más jóvenes sepan que hay mujeres que están detrás de esto, que empezaron en los años ochenta con debates que hoy parecen absurdos. Hoy nadie cuestiona que te puedas divorciar o que vayas a una farmacia y no te puedas comprar un preservativo, pues eso pasaba”.