El sector alimentario de Ciudad Real ha empezado a notar los problemas de abastecimiento, principalmente el pescado fresco, un producto perecedero que ya está escaseando y que podría obligar a cerrar a las tiendas de menor dimensión.
Menor impacto están teniendo, al menos hasta este viernes, las carnicerías –con proveedores más cercanos-, y fruterías y verdulerías -con capacidad para realizar más acopio de género-.
Así lo han trasladado a este digital los titulares de los puestos del mercado municipal de abastos, que esta mañana han registrado una actividad normal, a pesar de la huelga celebrada en la ciudad por unos 400 camioneros.
Entre los más afectados está María Ángeles Cabrera, de Mariscos Mariángeles, que conforme pasan los días nota “problemas” porque recibe “menos pescado”. Sus proveedores son de Galicia y Andalucía y por los efectos de la huelga lleva toda la semana sin boquerones, precisamente uno de los productos más demandados por sus clientes.
“Lo estamos notando mucho, sobre todo en el marisco”, ahora con un puesto muy por debajo “de la amplia variedad que tengo”.
No quiere perder el marchamo de calidad de su servicio, que es el producto fresco, con la excepción del marrajo congelado porque así se lo están sirviendo en los últimos días, aunque si se mantiene la presión en el suministro “habrá que cerrar”, lamenta.
Recuerda que trabaja con un alimento perecedero “del que no podemos hacer acopio”, y por ello dependen al 100% de sus proveedores en la costa, donde “además de los camiones, ahoar también tienen la flota amarrada por el coste del combustible”.
Así, Cabrera comprende las protestas de los transportistas, en parte porque como consumidora también sufre los alzas de los precios de la luz y la energía. Por ello, espera que “lleguen a un acuerdo”, que “beneficiará a toda la sociedad”.
Respecto a sus precios de venta, ha habido un incremento “menor al que pensaba”, aunque la sardina si ha aumentado su PVP hasta los 9 euros el kilo.
Mejor valoración hace el pescadero José Ramón Ruiz, de Pescados y Mariscos Turrillo, quien dice haber notado en menor medida los efectos de la huelga. Se sirve de MercaMadrid, a donde viaja varios días a la semana, y por ahora ha tenido acceso a la compra de los artículos que vende desde su puesto en el mercado.
“De momento, ha comentado mientras atendía a unas clientas, ha venido casi de todo”, una situación que considera podría empeorar si las flotas no salen a faenar y se mantienen los paros en las carreteras.
Reconoce la subida de precios de sus pescados frescos, debido a la situación del mercado y el fuerte aumento de los valores de la electricidad y las materias primas, una repercusión que encarece la cesta de la compra, y que los clientes “lo tienen asumido”.
Reservas de frutería para la semana
Desde el sector de la frutería han hecho otro balance, aunque a corto plazo podría asemejare al de los productos frescos si las reivindicaciones se alargan en el tiempo.
Sebastián Arema, de Frutas Arema, mantiene su puesto repleto de género, con numerosos tipos de fruta y verdura, que le llegan desde distintos puntos: Madrid, Almería y Murcia.
Su as ha sido la preparación “que hice la pasada semana” acopiando reservas de producto en las cámaras, que le han servido para seis u ocho días. “El problema” podría venir cuando se acaben las existencias “y no dejen de transportar el género”.
La semana próxima podría ser el punto de inflexión, sobre todo en las verduras como los pimientos y las judías verdes que recibe desde Murcia, con más poder de perecer, ha señalado Arema, quien también es empático con las protestas.
Desde Frutas Bolsillones, una empresa ciudarrealeña dedicada al comercio al por mayor de frutas y verduras, apenas han registrado bajas en sus provisiones ni en sus pedidos a Murcia y Almería, en parte por su capacidad para almacenar género durante unos días. Con todo, Juan José Castañeda, uno de sus trabajadores ha señalado a la próxima semana como el tiempo en que podrían empezar a registrar un menor abastecimiento.
Proveedores más cercanos en la carne
De la misma manera, Ramón Gómez Martínez apenas ha notado impacto negativo en su puesto de carnicería, dado que compra en canales cortos a proveedores de Valdepeñas, Daimiel y Toledo. Hasta este viernes “no hemos tenido problemas”, más allá de los incrementos de los precios “que subieron hace un mes”, para poder repercutir los repuntes de las materias primas.
Gómez confía en que no haya desabastecimiento, aunque “si no llega el ganado al matadero podríamos tener escasez”.
Por su parte, la pequeña productora de chocolates y bombones, Adela Mena, tampoco ha notado los efectos del parón del transporte, tan solo una entrega anómala de la materia prima con la que trabaja.
“Dependo de que me traigan estas coberturas y si siguen más días, me podría afectar más de lleno”, ha señalado desde su puesto en el mercado, a la vez que ha apuntado que apenas ha sufrido alza en los costes de los productos que compra. Mena también ha confiado en que pronto encuentren una solución.
Elevados costes de producción
Desde el Grupo Villajos tampoco han registrado interferencias en su servicio ni desabastecimiento en sus productos, aceites y quesos, porque los elaboran ellos mismos, aunque sí han lamentado el aumento de los costes de producción, que les ha obligado a trasladarlo en sus productos.
Paqui Fernández ha lamentado el coste de la electricidad en la elaboración de sus aceites de oliva extra de la presente campaña, que ha doblado su valor respecto al de la precedente.
“La factura ha sido el doble”, así como los precios de los combustibles de sus camiones “que si antes valía 100 euros un depósito, ahora vale 200”. Fernández ha dicho respetar las protestas del transporte porque “nos afecta a todos” y “no hay más remedio que protestar a ver si cambia”.