También cuelgan de las paredes de la emblemática taberna algunos paisajes que la autora ha retocado incluyendo motivos divertidos. Una muestra, mezcla de surrealismo y dadaísmo, que estamos seguros que no va a dejar a nadie indiferente.
Confiesa Dulce Serrano que le da mucho pudor su primera exposición, ella no se considera fotógrafa, “ni artista, respeto mucho a la gente que hace fotografía o cualquier tipo de arte. Me da un poco de apuro y me parece una osadía lo que he hecho… Pero es que últimamente estoy muy osada”. Asegura que lo que hace “es muy terapéutico”. Con la muestra pretende “compartir con la gente una visión de algo que se puede hacer y que puede hacerlo cualquiera, no pretendo más”.
Dulce Serrano pasea todas las mañanas muy temprano con su perro, armada de su teléfono móvil “y me voy fijando en detalles que me hacen mucha gracia y me parecen muy bonitos. No sé, un desconchón en la pared, una piedrecita, la hoja de un árbol o alguna cosa mínima”, son esas pequeñas cosas las que Serrano registra con su móvil y que le hacen estar muy pendiente durante el paseo “no le das vueltas a nada y vas observando la gente o los pequeños detalles”. Esos “objets trouvés” que, como los surrealistas, Serrano rescata para gozo de quienes disfrutan de sus fotografías.
En la muestra hay, además, algunos paisajes que Dulce Serrano ha retocado y en los que aparecen dinosaurios, platillos volantes o E.T., “cuando no encuentro el detalle, me lo invento”. O la puerta de una antigua ortopedia de Valdepeñas con un agridulce sabor “a lo nuestro, a lo poco que v a quedando en los pueblos”. También hay una instantánea de Antonio López el día que estaba plantando su obra en la plaza “registré un instante con un fondo muy oscuro por la escultura”.
Su teléfono móvil —más bien corriente— es más que suficiente para Dulce Serrano “para encontrar o registrar cosas no hace falta tener una cámara maravillosa o un teléfono estupendo, creo que es más la idea o el ojo para encontrar lo que quieres fotografiar”. Serrano utiliza filtros buscando “que resalte la foto, o que produzca alguna ensoñación, tratando de ir más allá de la simple imagen. Me divierte mucho”.
Lleva mucho tiempo haciendo fotos, para regalar o para casa, pero poco tiempo publicando sus creaciones en las redes sociales. A Dulce Serrano, siempre le ha gustado la fotografía “es algo que siempre he echado de menos cuando he encontrado algo digno de ser registrado”.
La muestra tiene un título “Dulcefotomanía”, la creadora juega con su nombre y “con la manía de hacer fotos de todo lo que veo”, una manía sana y muy creativa, creemos. “Y también muy terapéutica —insiste Serrano—. Lo mismo que hay una terapia en la que escribes tus pensamientos, salir a pasear, olvidando lo problemas y con música, ayuda mucho”.
Si no hubiese sido en El Rinconcito, “no me habría atrevido en hacer la exposición en otro sitio”, y subraya que su amistad con Mario Caballero, el responsable del local, ha sido fundamental a la hora de plantearse la muestra. Las fotos de Dulce Serrano resaltan con los marcos elaborados en Fundación Cadisla “los chicos del taller me hicieron unos marcos a medida para unas fotos y ganaron mucho. Por otro lado, quiero incidir en el gran trabajo que se lleva a cabo en Fundación Cadisla”.
