Desde finales de julio, el consultorio médico de Picón ha dejado de abrir a diario. Vecinos de la localidad, de 700 habitantes, se quejan de que desde entonces solo hay consulta “una o dos veces por semana”. Ya ocurrió en la primera semana de julio y temen que la situación se prolongue hasta entrado el otoño.
No es el primer verano que ocurre, por las vacaciones del médico de la localidad, aunque el alcalde, Rafael Rodríguez, señala que desde la Consejería de Sanidad no confirman si va a ser “una situación temporal”. Hace unos días mandó un escrito y señala a Lanza que la respuesta que obtuvo es que “falta personal para cubrir plazas”.
Las citas presenciales están muy limitadas. Una vecina indica que la mayoría son telemáticas, como ocurre desde que apareció el Covid-19, y que ahora mismo “es imposible conseguir cita antes de septiembre”.
El resultado es que muchos vecinos acaban en Urgencias, normalmente en el hospital de Ciudad Real, pese a que tienen adjudicadas las del centro de salud de Piedrabuena, o buscan una solución en la farmacia de la localidad, que no puede dispensar medicamentos sin receta.
El problema ha aumentado además en la medida en que esta población situada a 16 kilómetros de la capital “dobla la población” en verano. “Somos 700 habitantes y ahora mismo estaremos más de mil personas”, reconoce el alcalde.
“Están dejando morir a los pueblos poco a poco”
La indignación va en aumento. El alcalde reivindica que “la gente que vivimos en los pueblos merecemos la misma atención y respeto que los que viven en Madrid, Barcelona o en cualquier gran población de esta provincia”. “Que vivamos en un pueblo no significa que tenemos que vivir peor”, añade.
Así pues, Rafael Rodríguez dice que las reivindicaciones de la España vaciada son justas, porque los servicios públicos no llegan. “Es por culpa de los de arriba, que están dejando morir a los pueblos poco a poco”, lamenta.