Jesús Sánchez Cornejo es el decano de la crítica taurina en la provincia de Ciudad Real. Desde su querido pueblo de Valdepeñas Jesús cubrió la información taurina para la Agencia EFE en Ciudad Real y Toledo durante 38 años; los mismos, aproximadamente, que los dedicados a la revista Canfali, además de formar parte de distintos jurados como el del prestigioso premio de Casa Pepe -por citar tan solo uno- y colaborar ocasionalmente con publicaciones como La Tribuna de Ciudad Real o nuestro diario Lanza.
Se trata, por tanto, de una opinión acreditada de largo recorrido, que ha visto, disfrutado e informado sobre la Tauromaquia durante casi cuarenta años. Ahí es nada; y aquí tenemos su “Palabra de aficionado”.
Primer recuerdo taurino.
Mi padre era un gran aficionado y recuerdo que de niño, con 5 o 6 años, ya me llevaba cogido de la mano a los desencajonamientos que por aquel entonces normalmente se celebraban cuando llegaban los toros a la plaza de Valdepeñas. Recuerdo que yo con esa edad ya disfrutaba verlos salir de los cajones con aquel ímpetu que lo hacían, y a veces las peleas que entre ellos formaban en el ruedo. Después íbamos el día de la corrida por la mañana al sorteo y posterior enchiqueramiento. Luego, o bien a la corrida o a la novillada. Mi padre en su localidad, me ponía con aquella edad entre sus piernas. Recuerdo que cuando pasaba el toro cerca de donde estábamos, yo me daba la vuelta, me abrazaba a él y cerraba los ojos. De ahí me viene esta bendita afición.
Primer gran impacto emocional taurino.
Pues, entrar en una plaza de toros. Me impactó todo lo que conlleva una corrida de toros, el patio de caballos, los caballos de picar, las mulillas, ver llegar a los toreros, ver el ritual de enfundarse el capote de paseo, luego los tendidos, el colorido, el ambiente, la música, los trajes de luces de los toreros… En fin, para mí, era un conjunto de emociones.
¿Cree que cualquier tiempo pasado fue mejor?
Ni mejor ni peor. Creo que diferente, antes había más pasión, no hay más que ver videos antiguos y fotografías con los tendidos que no cabía un alfiler. Luego había muchos partidarios, unos de un torero y otros de otro, con lo cual existía una pasión, un interés y una rivalidad que hoy apenas sí la hay.
¿Qué va primero en su sentir taurino, el toro o el torero?
Indudablemente el toro, sin él no existiría la fiesta. Ten en cuenta que lo primero que se nombra es el toro. Ejemplo: plaza de toros, corrida de toros, vamos a los toros, etc. Todo ello sin quitarle mérito a los profesionales que se juegan la vida tarde tras tarde para crear un arte y un espectáculo de enorme belleza.
Su torero de todos los tiempos, y su torero actual.
Ha habido a lo largo de los años, como crítico taurino y aficionado, grandes figuras del toreo, pero por no extenderme mucho, me viene de pronto a la memoria El Niño Sabio de Camas, es decir, Paco Camino, y en la actualidad Enrique Ponce por su veteranía, por su regularidad y por cómo entiende a los toros, que al malo lo hace regular y al regular lo hace bueno.
Una faena que recuerde especialmente.
He presenciado varias a lo largo de mi vida. En estos momentos me viene a la memoria una faena en Linares de Rafael de Paula en un festival vestido de corto con un traje negro toreando de capote y luego con la muleta de manera sublime. Otra de José María Manzanares (padre) en Toledo el 11 de abril de 1992 a un toro castaño de la ganadería de Manolo González, al que cuajó una faena magnífica de principio a fin. Otra también del mismo Manzanares en Almagro el 25 de agosto de 2004 a un toro de Alcurrucén, y al que le cortó 2 orejas y un rabo, en una actuación sublime. Por esta faena se le concedió una placa que figura en la plaza de toros para perpetuar aquella tarde. En fin, como digo al principio, unas cuantas.
Ganadería predilecta.
No tengo especialmente una ganadería definida. Cualquier encaste que embista bien, con bravura, con recorrido, lo que se dice un toro de un comportamiento ejemplar, que tenga buenas hechuras, lo que se dice bien hecho, pero ciñéndome a la pregunta diré que por el encaste Albaserrada y el encaste Santa Coloma siento cierta predilección.
Comentario sobre el estado de la afición a los toros en general.
Desgraciadamente no muy buena y lo siento de veras. En plazas de primera y segunda la gente entiende más de toros, y hay una gran diferencia con las plazas de tercera y cuarta categoría. En estas es lamentable pero existe una incultura taurina que a veces provoca se vean cosas y situaciones incomprensibles. Primero, los presidentes que en algunas plazas -no en todas- no tienen ni idea de lo que es ocupar un palco presidencial, no sé si por quedar bien ante sus paisanos o por ignorancia, otorgan trofeos sin ton ni son. En resumen, en algunos casos su proceder deja mucho que desear. Luego el público, que unas veces se excede en alabanzas y otras se enfadan y no sabe valorar en su justa medida lo que está acaeciendo en el ruedo.
¿Quién cree que ha sido o es el último gran crack taurino?
A nivel mediático, José Tomás, quien por cierto, para mí, creo que se debería de prodigar más para darle un revulsivo a la fiesta. Pero realmente para mi gusto, por la forma de interpretar el toreo serían Morante de la Puebla, Diego Urdiales y seguro que me dejo alguno más en el tintero.
¿En qué pueden llevar razón quienes critican los toros?
Pues en principio para mí, absolutamente en nada. Quizás sea para algunos de los antitaurinos y animalistas un espectáculo sangriento, que en cierto modo lo es, pero tiene remedio, no asistiendo al mismo. El toro está demostrado científicamente que no sufre durante la lidia, su bravura elimina el dolor. Además lo que tantas veces se ha dicho, es una especie que no sirve para otra cosa, desaparecería si no hubiera un hombre que se pusiera delante, aparte que el toro bravo es un guardián perfecto del ecosistema y, por si alguien no se ha dado cuenta, donde habita el toro no hay incendios forestales, entre otros muchos beneficios.
Aspectos que cambiaría del entramado taurino.
Yo cambiaría la burocracia, la cantidad de permisos y la cantidad de papeles que hay que presentar ante la Administración para que ésta autorice un festejo taurino. Luego, y en otro orden de cosas, la cantidad de agentes de orden público, ya sea Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local, que está bien que estén presentes en los toros, pero no en tanta cantidad, puesto que está demostrado que la gente que asiste a los toros es gente pacífica y civilizada, cosa que no ocurre en otros espectáculos mejor vistos por la sociedad.
Recomendación de un libro taurino.
Yo recomendaría primero la enciclopedia de El Cossío, y luego recomiendo el libro Joselito “El Gallo”, rey de los toreros de Paco Aguado. Otro libro sería Toros cultura y lenguaje de Andrés Amorós, ambos libros amenos y de fácil lectura.
Cartel ideal de toros, toreros y plaza.
Mi cartel ideal sería en la Maestranza de Sevilla por la elegancia de la gente en los tendidos, por su gracia, su saber estar y por la categoría de la misma, en la cual actuarían Morante de la Puebla, José María Manzanares y Diego Urdiales, que lidiarían toros de Adolfo Martín.