La Música se lleva bien con el patrimonio histórico. Porque la arquitectura que ha acentuado sus características visuales en algún momento histórico y ha sido analizada exclusivamente desde esta perspectiva por muchos historiadores, es una realidad total. En la arquitectura, cuando es cualificada, se hacen presentes todos nuestros sentidos. La vista, el oído, el olfato y el tacto nos dan una visión más completa de lo edificado. Y eso lo han sabido en determinados periodos históricos aprovechando esta experiencia global de la persona en el espacio arquitectónico.
Y por ello la celebración de actividades musicales en determinados espacios arquitectónicos o urbanos es una oportunidad de valorar esos espacios y la música que se desarrolla en ellos. Cada espacio puede y debe tener su música y sus posibilidades. La arquitectura industrial se lleva bien con el jazz, con el rock y con las músicas electroacústicas.
En estos días estamos experimentando esta realidad en diferentes lugares de nuestra provincia. En la almazara de Malagón junto a la degustación de productos típicos (el gusto está también presente en la arquitectura) llega el jazz de la mano de Javier Bercebal que sabe de experiencias musicales en bodegas y del impulso de la cultura de calidad en muchos lugares. Yoio Cuesta Quintet llenaron de jazz el espacio del aceite y animaron el espacio y a los participantes.
En La Central de Puertollano, los camioneros optan por el rock y los djs. El sábado 3 The ruinas Band, con Mejor Kallaos y The Buyakers llenarán de música el espacio de las pizarras bituminosas rehabilitado como gran espacio de exposiciones y actividades culturales. Y en el Silo de Almagro, recuperado como espacio cultural llegará el concierto de Bebe con el fondo de las grandes torres de almacenamiento de grano, rehabilitadas en algunos de sus espacios y recubiertas con las pinturas de Antonio Laguna.
La música y el espectáculo de los sentidos se hacen presente en estas arquitecturas industriales mantenidas y rehabilitadas.