El BM Alarcos no es, por el momento, una apuesta fiable. Los chicos de Javier Márquez alternan buenos partidos con otros solo regulares. Normalmente, los buenos son en casa; los malos, fuera. Pero incluso en el mismo choque, como en el último ante el Antequera, en el que el conjunto ciudadrealeño perdió tras dominar en la primera parte “hicimos los mejores 30 minutos de la temporada y los 30 peores. Fuimos ciclotímicos”, resume Márquez, que lo achaca a que “el equipo tiene que ir haciéndose para saber leer los partidos. Hay momentos en los que no se puede hacer un balonmano preciosista, sino más rudo. Al final, la liga está tan igualada que los pequeños detalles decantan la balanza y eso es más fácil que te suceda a favor en casa”.
Precisamente este sábado es el turno del Quijote Arena, donde los alarquistas se han hecho fuertes tras la primera derrota ante Agustinos. El visitante es el Lanzarote, uno de los pocos equipos que rinde bien lejos de su pabellón, al menos por el momento. Márzquez ve el partido como un choque de estilos, que se llevará el que logre imponer el suyo. “El Lanzarote es un equipo que quiere jugar lento. Tiene uno de los mejores sietes iniciales de la categoría. En portería, el meta lituano Patotsky, que está ofreciendo un gran rendimiento, junto a Vahknovich, Alberto Molina, el ex del Ciudad Real Diego Reyes, Javier García, Marcio Da Silva…y acaban de fichar un lateral bosnio, pero no sabemos si llegará al partido”. El Alarcos tiene muy claro que tendrá que correr si quiere ganar al Lanzarote. “No hay otro remedio”, reconoce Márquez.
El ex jugador del Lanzarote Vicente Poveda lo define como “un equipo peleón, que ha cambiado bastante con respecto a la pasada temporada, pero que va a muerte. Tiene una gran plantilla, algo escasa y nosotros tenemos que aprovecharlo. En el vestuario hay hambre de victorias, en casa y fuera”.
En el capítulo de bajas, la única segura es la de Juli Granados, pero es seria duda, por problemas en el pubis, Manu Díaz Mata.