Solar explicó a los alumnos del Conservatorio como se construye un instrumento, desde el árbol hasta un violín, en el caso del taller impartido en Tomelloso. Aunque sean alumnos que tocan todos los instrumentos, con la clase magistral Solar pretendió «acercar el taller al Conservatorio». El joven lutier fue desgranando —con gran atención por parte del auditorio— cada paso de la construcción del violín. También mostró como fabricar instrumentos a partir de materiales reciclados y, encima que suenen bien. Fernando Solar atendió amablemente a La Voz de Tomelloso entre los dos talleres que impartió en nuestra ciudad.
El trabajo de un lutier, más que pausado, nos contaba «es que cada cosa necesita su tiempo. Es como cocinar un buen guiso a fuego lento. El barniz tarda en secar tanto tiempo, pues hay que esperar este tiempo. O si un proceso determinado hay que hacerlo despacio para no equivocarse, hay que tardar lo que sea necesario. Las prisas en ese oficio son malas».
Fernando Solar se ha empapado de su padre y abuelo, de hecho, «mi padre sigue en activo y sigo aprendiendo muchas coas de él». Por otra parte, a Fernando «se me van ocurriendo cosas y las voy incorporando a las creaciones de la saga familiar». Porque, en la construcción de instrumentos se evoluciona «en el sonido, sobre todo», tratando de «que cada instrumento que hagas sea mejor que el anterior». Es la búsqueda del «instrumento perfecto», aunque advierte que hay que tener cuidado con esa perfección. Pero, insiste, «cada día y en cada instrumento hay que dar un paso adelante». La luthería Solar está en el barrio de Malasaña y fabrican violines, violas y violonchelos «solo para el músico profesional. Y, afortunadamente, aparte de disfrutar de nuestro trabajo, éste nos da de comer».
El trabajo de un lutier empieza desde la elección de la madera. «Estamos utilizando maderas con setenta años de secado. Un material que compró mi abuelo que en lugar de invertir en oro invirtió en madera. Mi padre y yo estamos comprando ahora material para mis últimos instrumentos o para una cuarta generación, si viniese». Utiliza arce y abeto, principalmente, «unas maderas que tienen que estar muy secas, ser muy estables para que no abran rajas o cambien la manera de sonar del instrumento».
El barnizado es un proceso largo «en el que tardamos un año. Utilizamos barnices de secado lento, entre capa y capa tardamos dos meses en secar». Hay máquinas que aceleran ese proceso, nos cuenta, pero «somos de la opinión de que si la naturaleza tarda este tiempo, para qué vamos a acelerarlo». Y es que, entrar en la fábrica de instrumentos Solar debe ser como alejarse del mundanal ruido.
La Música del Reciclaje
Fernando Solar está metido en La Música del Reciclaje, un proyecto solidario de Ecoembes. «La idea nació en Paraguay, en Cateura, de la mano de Fabio Chavéz. Cuando la orquesta viene a Madrid, la reina Sofía propone a Ecoembes hacer un proyecto igual en España». Y Mercedes Gómez que es quien lleva la parte artística «se pone en contacto conmigo para plantearme el reto de fabricar instrumentos con materiales reciclados. Sacarme de las virutas y meterme en el mundo de las lastas y los desechos».
Solar nos cuenta que es un reto bonito del que surge «un espacio donde entran las personas, algo que te llena mucho». Trabajan con chicos y chicas «que no ha tenido una oportunidad en su vida y que viven etiquetados por la sociedad. El que de repente veas como se esfuerzan por estudiar un instrumento y que, encima, te den las gracias, eso no tiene precio». Pero, la vida es circular «conservamos el primer violón de la firma Solar, que construyó mi abuelo con ocho años. Es un instrumento completamente tosco hecho con todo lo que veía, un violín completamente reciclado».
Hablando de instrumentos reciclados y ya que estamos en la patría del vino, Fernando Solar construyo un violín para Ara Malikian hecho con las duelas de un tonel «un proyecto de las Bodegas Ramón Bilbao donde me ponen el reto de hacer un violín con una de sus barricas. Al final salió y salió bien».
Solar, a pesar de lo que pueda parecer, escucha todo tipo de música «en el taller me gusta oír música clásica, pero cuando voy en el coche pongo rock y pop. No solo la música clásica es buena».
