Mientras el número de habitantes de la Tierra no para de crecer, la población europea disminuye y envejece. España no es una excepción, a tenor de la fuerte caída de la natalidad desde hace años como consecuencia de la precariedad laboral, las barreras para acceder a una vivienda digna o las dificultades en el empleo, por ejemplo, que tienen las mujeres que quieren tener hijos. Para abordar esta situación se hace más que necesario un cambio de rumbo en las políticas y así afrontar con efectividad el reto demográfico que la vieja Europa tiene por delante.
La despoblación y el envejecimiento son dos desafíos que hoy forman parte de la agenda institucional y de los partidos políticos, tal y como demuestran las numerosas voces que apuntan a la necesidad de un Pacto de Estado, desde donde acometer una de las más graves situaciones a las que se enfrenta la sociedad. Si el Consejo de Ministros aprobaba a finales de marzo las directrices generales, con carácter global y transversal, de una estrategia nacional frente a este reto, en Ciudad Real, la Diputación Provincial se ha puesto manos a la obra para, mediante la puesta en marcha de un estudio serio y riguroso, detectar la realidad y el alcance, pueblo a pueblo, de este fenómeno en la provincia y abordar de la manera más certera posibles soluciones.
Discurso de investidura
El presidente de esta institución, José Manuel Caballero, mostró públicamente su preocupación por la despoblación en Ciudad Real en su reciente discurso de investidura, pues no en vano ha supuesto la pérdida de 20.000 personas en tan solo cuatro años. Ante un crecimiento negativo del número de habitantes y dentro de una deriva que, a nivel nacional, representa un gran desafío, Caballero entiende que este fenómeno ha de ser abordado desde la puesta en marcha de una política de Estado en la que se impliquen todas las administraciones y también la Unión Europea.
Para conocer la realidad de este fenómeno, como decía, la Diputación impulsó, a finales del pasado año, un estudio cuyas conclusiones han sido presentadas esta semana, un día antes de la celebración del Día Mundial de la Población. De ellas se desprende que el análisis de la situación actual de la provincia permitirá abordar con gran precisión los factores que abundan en la despoblación, y así poder actuar sobre ellos de manera eficaz y emprender las medidas que puedan contribuir a su resolución.
El trabajo de campo realizado por el Departamento de Geografía y la Escuela Superior de Informática del campus ciudarrealeño, por encargo del presidente Caballero, ha detectado, también, las debilidades de cada uno de los pueblos de la provincia, sus características específicas, a la vez que se han interpretado las diferentes variables que influyen en cada uno de los municipios. De la información resultante, se desprende, por tanto, que Ciudad Real dispone a día de hoy de una herramienta única para poder abordar con acierto las medidas que se deberán acometer, junto a otras administraciones, para detener un problema que afecta a buena parte de Europa.
Con carácter urgente
El estudio ha revelado que hay que abordar con carácter urgente medidas para 46 de los 102 municipios que han sido azotados por la despoblación de manera notable, aunque la situación se haya transformado en severa en 8 de ellos: Ballesteros e Hinojosas de Calatarava, Navas de Estena, Los Pozuelos, Puebla del Príncipe, Solana del Pino, Valdemanco del Esteras y Villanueva de San Carlos.
Para atender a estas localidades, la Diputación, constituida hace dos semanas, ya ha pasado de las palabras a los hechos con la puesta en marcha un área concreta desde donde gestionar las propuestas y medidas que atajen esa pérdida de habitantes. Esta acción se complementará con la petición de que se incluyan estos municipios en esas zonas que necesitan un esfuerzo inversor superior para fomentar nuevas actividades como consecuencia de la despoblación, las zonas ITIS, y donde ya figuran las comarcas del Campo de Montiel y Almadén. Además, los presupuestos de la Diputación incluirán el próximo año una partida específica para garantizar a los ciudadanos de estas zonas rurales la igualdad de acceso a los servicios, desarrollar actividades económicas y acceso a la cultura.
Hasta ahora la despoblación no era una prioridad, pero la situación ha cambiado. Este cambio no sólo consiste en el reconocimiento del fenómeno sino, también y sobre todo, en el conocimiento de sus causas para atajarlo ahora y en el tiempo. Y la Diputación de Ciudad Real ya se ha puesto manos a la obra.
