El 19 de noviembre de 2019 se recordará como “una fecha histórica”, por ser el día en el que el emblemático teatro cine Crisfel pasa a manos municipales. Así lo creen tanto los antiguos propietarios como la alcaldesa de Alcázar de San Juan.
“Que el teatro Crisfel sobreviva era lo que mi padre quería. Nosotros también. Estamos encantados de haber llegado a este acuerdo. Es un momento muy bonito”, aseguraba María José Carretero Cenjor, representante de la familia propietaria. “El Crisfel es un símbolo de la ciudad. Un icono con más de 100 años de historia. Emulando la frase de la película Pretty Woman: ¡cuesta mucho desprenderse de algo tan bello! Sin embargo, creemos que merece la pena, porque tenemos la seguridad que se va a cuidar, mejorar y conservar”.
“Sin duda, es un momento histórico para Alcázar”, destacaba la alcaldesa de la ciudad, Rosa Melchor. “Generaciones de alcazareñas y alcazareños hemos estado ligados al Crisfel y conservamos muchos recuerdos. Es un edificio que forma parte de nuestra identidad, de nuestra historia como ciudad de vanguardia. Cuando este teatro abrió no había muchos similares por la zona. Por su escenario pasaron las mejores representaciones teatrales y, como cine, los estrenos llegaban a Alcázar casi a la vez que en la capital. Esa historia de vanguardia que siempre hemos tenido, es la que queremos mantener para que nuestra ciudad avance”. La alcaldesa valoró la importancia de esta adquisición como símbolo, “porque un pueblo que no cuida su historia, difícilmente podrá labrarse un futuro exitoso”.
Junto a la adquisición del edificio, telón y mobiliario, el Ayuntamiento pasa a ser también propietario de un proyector de cine de principios del siglo XX y el archivo del teatro, con un importante valor histórico, ya que refleja parte de la historia de la ciudad a lo largo de más de 100 años.
El camino hasta llegar a la adquisición del edificio ha sido arduo, por las dificultades económicas iniciales con las que partió el equipo de Gobierno durante el pasado mandato; pero también porque chocó con la negativa de algunos grupos de la oposición para realizar la compra. A todo esto se han sumado los plazos administrativos habituales en este tipo de compra-ventas. “Lo importante es el resultado y seguir trabajando en la línea que lo hemos venido haciendo durante los pasados cuatro años, esforzándonos porque la gente de Alcázar reconozca su identidad”.
Una identidad que se mantendrá con el teatro cine Crisfel, que no cambiará de nombre, aunque sí de función. Una vez en manos municipales, el siguiente paso será restaurar el teatro para poder utilizarlo como auditorio menor, para eventos que no convoquen a más de 300 personas. “Es una necesidad que hemos detectado, ya que hay espectáculos y eventos para los que el Auditorio Municipal, habilitado para 800 personas, es demasiado grande”, explicó la alcaldesa. En una segunda fase, se construirán nuevas instalaciones junto al teatro para albergar a las asociaciones culturales y musicales de la ciudad. “En Alcázar hay cerca de 80 colectivos, gran parte de ellos relacionados con la cultura. No todos disponen de sede. La idea es poder albergarlos y convertir este espacio en Casa de la Música y Centro Cultural”.
