Como un “honor, lujo y privilegio” recibió el cantaor y guitarrista daimieleño Ricardo Fernández del Moral el III Premio ‘Pañuelo de Yerbas’ de la Sociedad Gastronómica Las Penas, que decidió concedérselo por “dignificar” con su arte el nombre de esta tierra por todo el país “y allende nuestras fronteras”.
“El flamenco me ha traído” hasta aquí, a recibir este reconocimiento, señaló Fernández del Moral, que agradeció que, a través de él, se le dé visibilidad al flamenco, “una música que también es nuestra, que no es sólo patrimonio de una sola región de España”, sino que también la hemos hecho nosotros, los manchegos, y le hemos ido dando forma también nosotros con el paso de los siglos”.
“El flamenco nace de la evolución del folclore, también del nuestro. Los fandangos, las seguidillas y las rondeñas formaban parte de nuestra cultura e identidad desde antes de que el flamenco fuera considerado una música tal y como hoy la conocemos”, señaló Fernández del Moral.
Así mismo, resaltó en su intervención en el acto celebrado en el antiguo Casino, que, “en este mundo actual de internet, de multiculturalidad, en el que todo está intercomunicado, en el que parece que formamos una sociedad multicultural más rica, creo que caminamos en sentido contrario. Las nuevas generaciones, vivan en la parte del mundo en la que vivan, visten igual, escuchan la misma música, comen pizza, donuts, hamburguesas y beben coca-cola”. En este sentido, lamentó que se estén “perdiendo y diluyendo poco a poco las tradiciones, costumbres y peculiaridades que dignifican y definen a cada pueblo”.
A su juicio, es esencial “conocer de dónde venimos porque nos ayudará a poder decidir mejor hacia dónde debemos ir”, por lo que felicitó a la Sociedad Gastronómica Las Penas por “su labor en pro de rescatar, mantener, cultivar, difundir y enseñar nuestras tradiciones”. A este respecto, el ganador de la Lámpara Minera en el Festival de Cante de las Minas y uno de las figuras de flamenco más elogiadas que derrocha duende, arte y sentimiento cantando y tocando a la vez, aseguró que intentará “seguir difundiendo nuestra cultura por medio del flamenco y seguir siendo merecedor de este pañuelo de yerbas”, tras lo que lanzó ‘vivas’ a Ciudad Real, La Mancha y los manchegos.
“Nos lo hemos pasado en grande”
Previamente, la Sociedad Gastronómica Las Penas entregó el V Premio Gastronomía y Tradición a Gema María Martín por su difusión de la cocina ciudarrealeña a través de la Televisión Municipal con un programa que ha logrado abrir la cocina de numerosos culipardos, quienes han enseñado deliciosas, ancestrales, creativas e innovadoras recetas a los espectadores.
Martín, que compartió el premio con sus compañeros en Televisión Ciudad Real y lo dedicó a las madres, en especial a la suya, quien hace las mejores torrijas del mundo, agradeció a todas las personas que desde que en 2017 comenzó a emitirse el programa de cocina les han abierto sus hogares preparando ante las cámaras, de forma didáctica, amena, natural, desinhibida y casera, algunos de sus mejores trucos en los fogones.
No sólo recordará con gran cariño este premio por ser el primero que recibe sino porque además se lo dan sus “amigos”, muchos de ellos con los que han cocinado en el programa y se lo han pasado “muy bien”.
“Hay gente que nos ha preparado auténticos bodegones con los mejores alimentos, agasajado con lo mejor de lo mejor y tratado como uno más de la familia”, dijo Martín, en unas emotivas palabras de agradecimiento que levantaron a muchos de los presentes en sus aplausos.
Desde que comenzó a fraguarse el programa de cocina en CRTV todo fue ‘coser y cantar’, o mejor dicho ‘delantal y cocinar’. “Vino la Cuaresma, Todos los Santos, la Navidad, el Carnaval, San Antón, San Blas, los potajes de Vigilia, las ensaladillas rusas para el Viernes Santo, el bacalao a la vizcaína, el arroz con leche, los huesos de santo, los rosquillos, las flores, los bizcochos de soletilla y las comidas de aprovechamiento”, recordó Martín, que resaltó que, poco a poco, se fueron abriendo otras muchas cocinas como las de, entre otros, “los Octavio con sus tortos manchegos y la tortilla de patatas de Santiaga”, con patatas de La Poblachuela y huevos de la granja; Sito Cantero con su mazamorra cordobesa, potaje con pellas y pestiños; Juan Luis Huertas con sus sopas de ajo y pipirrana; Eva María que lo mismo canta una copla que prepara una leche frita o tortillitas de bacalao muy flamencas; Samuel Guerrero y sus gachas a fuego lento en la chimenea; Andrés Villanueva y su tiznao manchego; las Dulcineas que enseñaron a guisar berenjenas; y Victoria, nieta de Frasi López, que con tan sólo diez años se marcó unas migas buenísimas.
Pilar Zamora, Eva María Masías, Paco Cañizares y “las chicas de Unidas Podemos” también mostraron sus habilidades culinarias en un programa en el que son múltiples las anécdotas y que, por su propia dinámica, de “vinillo va, vinillo viene, tapita de jamón, de queso, una cervecita…”, tiene como uno de sus principales resultados que “nos lo hemos pasado en grande”, porque la gastronomía hay que disfrutarla desde que bajamos a la plaza. “Cocinar es una charla mientras hace chuf chuf el puchero, son confidencias, es un brindis, una copilla y después una buena siesta o buen coscorrón”, resumió Martín, que destacó que esta tierra es de “buen yantar, buenos vinos, buena gente, buenos hortelanos, llana y de campo”.
