La construcción de la Santa Iglesia Prioral Basílica Catedral de las Órdenes Militares de Nuestra Señora Santa María del Prado de Ciudad Real comenzó en el siglo XV, con un lenguaje gótico, aunque tiene algunos elementos de un románico tardío. Sobre esta edificación se levantó la actual catedral que se terminó a mediados del siglo XVI al cerrarse las bóvedas de la cubierta. En el edificio hay elementos posteriores, de estilo renacentista y barroco. Lo último que se construyó fue la actual torre, a principios del siglo XIX.
El edificio que precedió a la catedral era la iglesia de Santa María, mandada construir por el rey Alfonso X el Sabio en 1255 cuando concedió el título de villa al núcleo de Pozuelo Seco de Don Gil. A partir de la concesión de este título se inició una política real de construcciones en la ciudad, en la que la iglesia de Santa María fue parte importante, así como las obras de las murallas y algunas de sus puertas. Cuando Villa Real pasó a tener el título de ciudad en 1420 (Ciudad Real) se decidió dotar de una catedral a la villa, acorde con su nueva condición de ciudad.
La imagen renacentista exterior
A principios del siglo XV, ya se había empezado la construcción de la catedral gótica, en concreto el ábside y la cuarta bóveda. En el año 1514 estaba terminada la tercera bóveda de terceletes y hacia 1580 están completas la segunda y primera bóveda. Las dos torres proyectadas se construyeron en torno a 1550, pero solo se terminará una, de la otra solo se construyeron los dos primeros cuerpos que se utilizaron para ubicar allí la Sacristía Vieja y la Capilla de los Treviño, con un lenguaje renacentista. La cubierta de las bóvedas las realizó Antonio de Écija, ya a mediados del siglo XVI con la licencia de construcción del Cardenal Arteaga en 1553. En el siglo XVII se construyeron el Camarín de la Virgen del Prado y la Sacristía nueva, ya en un lenguaje barroco. En 1931 fue declarada monumento y en 1967 pasó a ser también Basílica y Catedral en 1980.
La Capilla de los Treviño: está en el lado derecho de la nave, en el segundo cuerpo en una segunda planta de lo que iba a ser la segunda torre de la catedral cuya construcción se paralizó en 1551. El acceso se realiza por una puerta renacentista de decoración bizantina y subiendo por una escalera de caracol. La cubierta está resuelta con una bóveda vaída nervada realizada con losas calizas colocadas en forma concéntrica. Tiene un ventanal de decoración renacentista y en el exterior del muro de la capilla, en su parte superior, hay un friso corrido decorado con cabezas de ángeles.
Un elemento singular, recientemente restaurado visible desde el paso exterior de acceso y que es una de las muestras de la transformación más antigua del conjunto construido. Una presencia de especial calidad en el exterior del templo que habla de la complejidad y del tiempo del largo proceso de construcción.
Camarín
El camarín, y las escaleras que suben hasta él son del siglo XVII, de estilo barroco y fueron realizadas por encargo de Felipe Muñoz, contador de Hacienda. Es de planta cuadrada, cubierto por una cúpula de decoración barroca. En 1918 Ángel Andrade, diseñó el ventanal exterior del camarín. En el retablo hay una imagen de Nuestra Señora del Prado patrona de la ciudad, imagen barroca, tallada en 1950 por Rausell y Llorens, en madera policromada, que sustituyó a la de 1940 realizada por Vicente Navarro y policromada por Carlos Vázquez debido al deterioro de la madera. Estas tallas, sustituyeron a otra de una Virgen con el niño, desaparecida en 1936.
El camarín tiene una ventana al exterior como ocurre en diferentes templos de advocación mariana, de manera que la imagen puede girarse para ser admirada desde el exterior por los fieles. La ventana tiene una decoración de Ángel Andrade realizada en 1918 recercando todo el hueco y dándole un carácter especial.
Portadas
Los puntos de acceso al edificio han sido objeto de cambios y transformaciones importantes a lo largo de décadas. La más antigua es la Puerta del Perdón, en el muro de poniente, es del último tercio del siglo XIII. Está situada entre dos grandes y contrafuertes y es parte de la primitiva iglesia de Santa María, anterior a la actual catedral. Está compuesta por un vano apuntado y abocinado, con dos arquivoltas decoradas con tetrafolios alternados con pequeñas cabecitas similares a los capiteles de Santa María de Alarcos. Las arquivoltas se apoyan en pilares cuadrangulares con capitel corrido de decoración vegetal e impostas molduradas. El rosetón de la parte superior tiene una gran semejanza con el de la ermita de Santa María de Alarcos. Por su composición y similitudes con otros edificios podría ser del último tercio del siglo XIII.
A finales del siglo XIX y principios del XX, se produce un cambio especialmente significativo en los accesos al templo construyendo una doble entrada al conjunto. En la fachada al Prado, el nuevo diseño se remata con un frontón superior ornamentado de acuerdo con los dibujos del proyecto de Rebollar. Este remate superior aparece en los cuadros de Carlos Vazquez sobre la iglesia y en documentación gráfica hasta finales de los años sesenta. Suprimida esta solución, se ha mantenido una escueta decoración en su parte superior de escaso interés.
La torre de la catedral
La primera torre de la catedral formaba parte de la iglesia parroquial de la época de Alfonso X que fue destruida para construir el nuevo proyecto. La torre se construyó a mediados del siglo XVI y se destruyó en 1755 a causa del terremoto de Lisboa. En otros escritos se dice que la torre actual comenzó a construirse en 1625, antes del terremoto. A partir de 1780 la iglesia está en una situación peligrosa tanto la torre como algunas partes de su cubierta.
En 1817 Joaquín Tronconiz realizó un proyecto de restauración de la torre, supervisado desde la Academia por el arquitecto Joaquín Romero quien dirigió las obras, modificando el proyecto inicial y ejecutando los cuerpos en piedra y rematando la obra con un octógono de ladrillo cubierto con cúpula coronada por una linterna de plomo. La torre actual terminó de levantarse entre 1827 y 1835 y consta de cuatro cuerpos de planta rectangular rematados por uno ochavado llegando a los 62 metros de altura. En su parte superior tiene una cúpula con escamas de colores de las diferentes tejas vidriadas que la cubren y unos pseudo gallones de teja cerámica de reflejo metálico. La linterna, construida en 1901, se colocó en lugar del chapitel de pizarra que apenas duró hasta 1895.
Un remate que ha experimentado cambios significativos en diferentes proyectos de restauración como los realizados por Rebollar y Telmo Sánchez a principios del siglo XX y las diversas actuaciones de mediados del siglo pasado.
Tiempos que hablan de la evolución del edificio, de los pensamientos de cada momento que han ido modificando la realidad construida de un elemento central de la ciudad. Un tiempo que evoluciona y que, humildemente, nos enseña los cambios de realidades que consideramos eternas, pero que también tienen sus procesos de cambio y son reflejo de la mentalidad de la sociedad, de su cultura y su forma de entender la vida.
