Los agricultores y empresarios agrarios cada son más conscientes de los efectos perjudiciales del cambio climático y por ello son conscientes de que hay que cuidar y proteger el medio ambiente.
Fruto de esta concienciación año a año va en aumento la apuesta por reciclar los envases de los insumos que utilizan, principalmente de los productos fitosanitarios y fertilizantes.
Es el caso de los agricultores ciudarrealeños que en 2018 trasladaron para su tratamiento 79.471 kilogramos de residuos de este tipo de recipientes a través del Sistema Integrado de Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios (Sigfito), un 5,52% más que los recogidos y transformados en 2017 (74.441 kilogramos).
Es la segunda provincia de Castilla-La Mancha donde Sigfito tiene mayor presencia, destaca la directora general de la entidad, Rocío Pastor, tras Albacete, con 103.324 kilos de envases reciclados, tras crecer un 15,5%, seguida por Cuenca, con 49.154 kilos, Toledo, con 43.098 kilos, y Guadalajara, con 18.963.
En la comunidad castellano-manchega, el volumen de recogida de residuos para su tratamiento y reciclaje también ha experimentado “un crecimiento”, con casi 35.000 kilogramos más en 2018, hasta los 294.010 kg recepcionados en los más de 400 puntos que Sigfito pone a disposición de los agricultores en cooperativas y distribuidores de productos agrarios, más de un centenar en Ciudad Real.
Pastor destaca “la apuesta por la sostenibilidad ambiental” de industria y productores a la hora de garantizar el correcto reciclaje de los residuos de envases a través del sistema de Sigfito, y subraya que desde 2013 “los fabricantes de fertilizantes, bioestimulantes y nutricionales también confiaran en nosotros para integrar sus envases comerciales en nuestra estructura de tratamiento”.
La también ingeniera agrónoma incide en la necesidad de utilizar productos de la manera más respetuosa con el medio ambiente, tanto para reducir sus residuos como para poder reciclarlos (en más del 95%) y valorizarlos (darles valor con otros usos y aplicaciones), que en el caso de su empresa es al 100%.
En el horizonte próximo, indica Pastor, trabajarán con semillas y con la totalidad de envases que el agricultor genera, para así adaptarse al marco legal europeo que en 2025 obligará a la transformación de los recipientes de cualquier tipo, incluso macetas, semilleros, o trampas de captura con feromonas, estas últimas a la espera de recibir la consideración de envases una vez utilizados en el campo.
Economía circular
El sistema de Sigfito forma parte de la estrategia de la economía circular, un modelo productivo sostenible y respetuoso con el medio ambiente que defiende la optimización del uso de los recursos naturales, principalmente los no renovables.
Pastor defiende esta filosofía y aplaude que Castilla-La Mancha cuente desde el pasado jueves con una Ley de Economía Circular, una norma “pionera” que pone a la región a la cabeza de este compromiso”.
“Es muy importante, a su juicio, que las administraciones de una comunidad autónoma como ésta, con una potente industria agroalimentaria, desarrollen este tipo de normativas”, sobre todo porque “han incorporado las particularidades da los agricultores”.
Pastor, que estuvo presente en la sesión de las Cortes cuando se aprobó la nueva normativa, también agradece que la redacción de la ley “la hayan hecho contando con los sectores implicados, como el agrario”.
La ley permitirá, según el consejero de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha, José Luis Escudero, afrontar la crisis ambiental y responder al desafío del cambio climático, de transición energética y de conservación de la biodiversidad, en los que los agricultores, en palabras de Pastor, “tienen un gran papel con sus prácticas agronómicas y ambientales”.
Por ello, y de cara la Conferencia del Clima, también conocida como COP25, que se celebrará en Madrid entre el 2 y 16 de diciembre, Sigfito ha convocado a los agricultores españoles a enseñar al mundo sus prácticas ambientales para contener impactos como el calentamiento global.