El fin de la purpurina fabricada con microplásticos de polietileno inferiores a cinco milímetros, muy contaminantes, está más cerca tras la prohibición de su comercialización en la Unión Europea desde el octubre pasado, pero no es el final de un recurso cosmético “imbatible”, en opinión de los expertos, para destacar en eventos y festivales como el carnaval.
“Las normas no son de un día para otro, aunque hay empresas que llevaban adaptándose para fabricar purpurinas sin estos microplásticos, muchas todavía tienen stock, se ha establecido un periodo de adaptación hasta 2030. Y solo afecta a la Unión Europea, fuera de nuestro ámbito se pueden vender y fabricar”, explica la maquilladora profesional Bárbara Salanova.
Salanova, que dirige desde hace ocho años la escuela de maquillaje Make Up School en Ciudad Real, aclara que estas purpurinas siguen en el mercado, que el brillo como producto cosmético no desaparece, y que no toda la purpurina es mala. “Este producto no es tóxico para las personas [solo si se inhala], es pernicioso por los daños que produce para el medio ambiente”, remarca.
En España algunas empresas han cambiado en estos años la reformulación de la purpurina porque se veía venir la prohibición, y ya utilizan otros materiales en los pigmentos para conseguir el brillo. La prohibición de la purpurina de microplásticos para el maquillaje es la que más repercusión pública tiene, pero la norma afecta a más productos con purpurina como detergentes, exfoliantes, productos para manicuras, esmaltes o juguetes.
La restricción comunitaria define los microplásticos como “polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros que son orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación”, y ahí entran muchas más cosas. Por ejemplo, las microesferas que se añaden a algunos productos para que sean exfoliantes; el material de relleno granular, con el que se rellenan superficies deportivas; o los que van en detergentes, suavizantes o juguetes.
“Nosotros usamos purpurinas con un tamaño superior a cinco milímetros, el problema son las inferiores a esas medidas, que no se degradan y dañan los ecosistemas”. Y existen más alternativas. La purpurina biodegradable y soluble al agua, “vamos a seguir viendo purpurinas que brillen como las actuales y con las que podremos trabajar”, cuenta la maquilladora.
“Un maquillaje de fantasía tiene que impactar”
Salanova reconoce que la purpurina es el 80% de un buen maquillaje de carnaval, “un maquillaje de fantasía tiene que impactar. Los colores y las formas son importantes, pero cuando algo brilla llama mucho más la atención que es lo que se busca en carnaval”.
La purpurina y el ‘brillibrilli’, en auge
La purpurina y los maquillajes con pigmentos brillantes han ido más en las últimas décadas de auge de las nuevas tecnologías, las redes sociales y la proyección de la imagen en público. “Antes los maquillajes eran más sociales, ahora cualquier presentador de telediario lleva purpurina; incluso en los informativos de las televisiones generalistas el maquillaje es cada vez más arriesgado”, dice Salanova.
“Purpurina y brillo seguiremos viendo, pero el sector tiene que dar el giro hacia la eliminación de los microplásticos en la cosmética, como en otros ámbitos. Más que purpurina sí o no, lo importante es emplear productos cosméticos de calidad, que no tienen que ser los más caros. Como consumidor basta con darle la vuelta a un envase de cualquier producto que te pongas en el cuerpo. No nos damos cuenta de que tiene más impacto que la ropa, porque el cosmético, el maquillaje, está más tiempo en contacto con la piel”.
El maquillaje, el 50% de una fantasía de carnaval
En cuánto a cómo ve el maquillaje de las agrupaciones de carnaval, esta maquilladora, que ha asesorado a algunas, cree que se gastan muchísimo dinero en ropa pero descuidan otros aspectos. “Se nota que hacen un esfuerzo enorme, normalmente alucino con el vestuario y con el trabajo físico que hacen, gente que no es profesional, pero creo que muchas descuidan el maquillaje que es el 50% de una fantasía de carnaval”.
Sandoval especifica: “El maquillaje no es solo una sombra en el ojo, hay otro tipo de accesorios, se nota los grupos que invierten en el maquillaje y los que no. El carnaval tiene que ser color, brillo y textura. Pienso en el carnaval y veo fantasía, y eso me lleva a fijarme en ojos grandes llenos de color, en la cara, en la sonrisa, si los ojos no trasmiten…”
Valkirias, brillo con lentejuelas y raso
La asociación cultural Valkirias de Ciudad Real no ha tenido el dilema de si purpurina sí o purpurina no. Directamente no la llevan ni en el vestuario ni en el maquillaje del montaje con el que participarán en el desfile del Domingo de Piñata de Ciudad Real del domingo 18 de febrero (ganaron en categoría local el año pasado).
“Brillaremos por nosotras mismas”, cuenta medio en broma Eva Cano, la presidenta de una asociación que tira de lentejuelas, cintas de raso y brillantina para armar un espectáculo que repasa la evolución del cabaret desde los años setenta hasta la actualidad.
‘El espectacular Moulin Rouge’ es el hilo conductor del repaso que darán las Valkirias a la historia del cabaret más reciente, desde el erotismo de las cabareteras de los años setenta, hasta cabarets más de canto y baile, con referencias a películas como ‘Moulin Rouge’ o Burlesque de Cher.
“Llevamos varias coreografías dentro de la temática, con músicas y bailarinas distintas, para que la gente vea un musical transformado en carnaval”, comenta Carlos Moreno, el coreógrafo de las Valkirias.
La asociación cultural Valkirias se creó en Ciudad Real en 2020, “nos registramos como asociación el 11 de marzo y el 14 nos confinaron”, recuerda Cano. Su actividad central es el carnaval, pero tocan todas las tradiciones, Cruz de Mayo, Pandorga, limoná, petalada en Semana Santa (cada año a una Virgen diferente) e incluso participan en la cabalgata de Reyes (este año). “Somos ciento veinticinco socios, chicos y chicas, tenemos socios desde los siete años [el menor] hasta los 73 [la persona de más edad] que baila en la comparsa de carnaval”, asegura la presidenta.
Las Valkirias ha abierto las puertas a las cámaras Lanza para que veamos un poquito de su montaje, que estrenan este fin de semana en los primeros desfiles organizados en la provincia (Carrión en su caso). “No hemos renunciado a los brillos, solo que sin purpurina”.
Harúspices reduce el uso de la purpurina
La asociación cultural peña Harúspices de Tomelloso, una de las más potentes y veteranas de las que compiten por el Arlequín de Oro en el Domingo de Piñata del Carnaval de Ciudad Real, ha reducido el uso de purpurina en esta edición. Algo desconcertados con la medida de la Unión Europea, “hay muchos microplásticos en otras cosas”, dicen, no llevan nada de purpurina en las carrozas “y en maquillaje se ha reducido respecto a otros años”, cuenta Javier Cabañas, el vicepresidente de la peña, en vísperas de su gran estreno en el carnaval 2024: este sábado en el concurso de carrozas de Malagón.
Quince modelos distintos en ‘Las mil y una noche’
Harúspices echa el resto una edición más en su montaje de carnaval con el evocador título de ‘Las mil y una noche’ en el que llevan hasta quince modelos distintos de vestuario, que pondrán en escena 260 personas, más que nunca. Un enorme esfuerzo “de vestuario y color” que esperan ver recompensado.
En vísperas de que empiecen los primeros concursos de carrozas, para ellos Malagón (sábado) y domingo en Daimiel y Villarrubia de los Ojos, temen más a las tractoradas de protesta de los agricultores y a la previsión de lluvia que al uso de la purpurina. Desplazar un montaje como el suyo y a una peña tan numerosa implica poner en carretera tres góndolas, un camión y cinco autobuses, “un disparate, esperamos no tener problemas, hemos invertido mucho en puesta en escena”, apostilla Cabañas.
Con la prohibición de la purpurina se espera reducir la contaminación por microplásticos un 30% de aquí a 2030, una nueva medida que ha entrado en vigor en el reglamento que se conoce como REACH (Reglamento de Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias químicas de la Unión Europea), con la finalidad de proteger los ecosistemas acuáticos y reducir la contaminación.
