Aprovechando el espacio que nos ofrece a todos los valdepeñeros este medio digital, quisiera llamar la atención de nuestro señor alcalde sobre el hecho de que en los 4 km. de camino desde la salida del pueblo hasta El Peral no hay ni un solo metro cuadrado a la sombra.
Esto es así porque los escasos árboles que hay a la derecha del camino, junto a la carretera, dan la sombra por ese lado durante casi todo el día. Lo que hay a la izquierda del camino son campos, que, naturalmente, no dan ninguna sombra. Si en ese lado izquierdo se plantasen árboles de hoja caduca, se podría disfrutar del solecito en invierno, y el camino se nos haría infinitamente más agradable y gozoso el resto del año, especialmente de mayo a octubre.
Esta circunstancia de la falta de sombra es común a casi todos los caminos y senderos del término municipal. No hablo de parques o bulevares urbanos (que algunos hay con partes sombreadas), sino de los trayectos habituales de los valdepeñeros en nuestras caminatas partiendo del pueblo. La escasez de árboles por esas zonas es verdaderamente desoladora, y más en estos tiempos en que el único escape para la mascarilla fuera de un piso o apartamento es el deporte fuera de casa.
Algún que otro camino con sombra y con fuentes que funcionen… ¿Un sueño de ilusos, o una estupenda inversión en salud y bienestar para todos, como es permitir el ejercicio al aire libre de los ciudadanos, que nos alegraríamos con la vista del cielo, las nubes, los campos con sus plantas y criaturicas… sin tener que achicharrarnos al mismo tiempo?
Creo que no soy la única en Valdepeñas que comparte este deseo, y que espera que las futuras generaciones puedan agradecer su realización algún día al político que lo hubiese escuchado, aunque ya no se le pudiera votar.
Y si se decide a hacerlo, señor Alcalde, recuerde pensar en las horas de más calor, y mandar que se fijen hacia dónde dará la sombra.