Se acerca el final de la campaña de comercialización vitivinícola 2022-2023 y las cooperativas de Castilla-La Mancha empiezan a preparar la ya inminente vendimia 2023. La brotación precoz de la vid y un clima extremadamente seco y caluroso en la primavera plantea una campaña de recolección de la uva en unas fechas inusuales.
Esta situación también se debe de que, a pesar que a continuación se tuvo un episodio de lluvias casi generalizado en todas las zonas vitivinícolas de la región entre los meses de mayo y junio, entre unos 100 o 120 litros por metro cuadrado, el aspecto exterior de la viña mejoró, pero coincidió con el cuajado de gran número de variedades tempranas, especialmente tintas, lo que tendrá consecuencias en la producción que finalmente se obtenga, ha informado Cooperativas Agroalimentarias en nota de prensa.
Sin embargo, las variedades más tardías, entre ellas la variedad Airén que con más de 192.000 hectáreas -el 43% de la superficie vitícola regional- está mejor adaptada y se muestra más resistente al ecosistema manchego. Esta variedad puede mejorar las expectativas que mostraban las previsiones respecto a su producción.
Desde la sectorial vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha se piensa que las existencias de vino y mosto en la región con las que se llegarán a 31 de julio serán prácticamente las mismas que un año antes. No obstante, se prevé menos de vino que de mosto, en concreto alrededor de medio millón de hectólitros de diferencia entre ambos tipos de producto, lo que puede favorecer que el inicio de la próxima campaña de comercialización 2023-2024 se pueda acometer con más optimismo.
Las cooperativas vitivinícolas de Castilla-La Mancha convocan la Asamblea Sectorial de Vinos
Juan Fuente, portavoz vitivinícola de las cooperativas, se ha mostrado contundente sobre la situación de la producción de vino: “Es un hecho objetivo: la bajada de cosecha en el hemisferio confirma un abaratamiento en los costes de transporte marítimo beneficiando las exportaciones de producto, aunque permanece la desaceleración del consumo mundial influido por la guerra en Ucrania, la no recuperación de las importaciones chinas y, salvo en América del Norte, el resto de los países no acaban de despegar”.
Asimismo, Fuente identifica la bajada del consumo interno de los países productores europeos y la fuerte caída en los principales mercados de exportación, provocado por la inflación y los altos costes de producción, los principales condicionantes del mercado global vitivinícola actual. “El mantenimiento de producciones moderadas, por debajo de la media de los últimos cinco años, tanto en España como en Castilla-La Mancha, están amortiguando en parte el desequilibrio entre la oferta disponible y la demanda, sobre todo en los vinos tintos”, comenta el portavoz de las cooperativas vitivinícolas.
A pesar de esto, algunas regiones españolas, como Extremadura y Cataluña, e incluso La Rioja y el País Vasco, han tenido que acudir de forma extraordinaria a medidas de corrección de excedentes almacenados vía destilación de crisis. Este método fue aprobado por Bruselas el pasado 23 de junio y se podrá ejecutar hasta el 15 de octubres con el objetivo de ajustar la producción.
En definitiva, según han vaticinado los miembros de la sectorial hoy en Alcázar de San Juan, hay que ser “cautelosos” y esperar “pacientemente” a que se decante la presente cosecha. La primera estimación de la misma se hará pública el próximo viernes 28 de julio en el IRIAF-Tomelloso, con motivo de la celebración de la tradicional Asamblea Sectorial de Vinos de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha. Para esta asamblea se convocarán a las cooperativas y sociedades agrarias de transformación vitivinícolas de la región asociadas a la entidad cooperativa regional.