Juventud Comunista ha denunciado en una nota algunas prácticas laborales que se registran en la región en la campaña de vendimia, y consideran que hay un “modelo de negocio explotador, abusivo y machista”.
La organización llama a las jóvenes vendimiadores a organizarse, reivindicar sus derechos y defenderse de posibles abusos durante la campaña, “denunciando la ilegalidad allá donde un patrón pretenda enriquecerse a costa de su sudor”, teniendo en cuenta “el aumento de la calidad de las cosechas, que repercutirá en mayores beneficios para los empresarios”.
Recuerdan que la temporada de recogida de uva y los trabajos en las bodegas promoverá la creación de entre 25.000 y 30.000 empleos temporales (según datos del sindicato CCOO), durante 30 jornadas en comparación con las 20 habituales otros años.
Sin embargo, los trabajadores de la vendimia en Castilla-La Mancha “verán poco de estos beneficios de la industria vinícola”, puesen su mayoría son “migrantes, que sufren abusos y explotación por su condición de extranjeros”, dentr ode “un conjunto de condiciones indignas, denigrantes e ilegales”.
Aseguran que “deben asumir el dormir en almacenes y cobertizos, dado el sobrecargo en albergues y hostales, y el salario, regularizado por convenio en al menos 50 euros al día, se ve disminuido en muchos casos a la mitad”, a lo que hay que sumar “trabajos sin contrato, impago de horas extras, horas no declaradas…”.
Este escenario, indican, “lleva a situaciones como las del año pasado, en las que más de la mitad de las 571 inspecciones de trabajo realizadas acabaron en infracciones contra el empleador”.
También denuncian “el abuso sufrido contra las mujeres, que tienen que soportar condiciones mucho peores, a veces son rechazadas por su género antes de poder tener la oportunidad de trabajar, y cuando trabajan deben soportar humillaciones y acoso sexual, tal como se ha visto recientemente en los medios”.