La investigadora Florentina Villanueva lleva años trabajando en la “contaminación del aire interior”. Sus investigaciones la han llevado a formar parte de un proyecto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para medir la calidad del aire en el interior de los colegios y guarderías, donde los niños pasan muchas horas. Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio con el que se pretende calcular el riesgo que corren los niños al estar expuestos a una mezcla de sustancias químicas en el interior de las aulas.
Su experiencia en este ámbito, la posiciona en un lugar privilegiado para difundir las ventajas de disponer de espacios ventilados, de lugares en los que constantemente se esté reemplazando el aire del interior por el del exterior, para diluir cualquier contaminante o virus. Ahora que comienzan las clases y que los alumnos tendrán que compartir espacios en las aulas y la mayoría de los trabajadores regresan a sus centros hemos buscado la opinión de esta experta para conocer las claves para reducir la presencia del Covid-19 en espacios interiores.
“Al hablar se emiten 10 veces más aerosoles que al respirar y al gritar o cantar 50 veces más. Además, si tenemos en cuenta que es muy probable que los niños no lleven la mascarilla perfectamente puesta o se la quiten para beber o porque les molesta, se hace necesario hacer hincapié en esta medida” (ventilación), explica a este digital. En esta entrevista habla de la necesidad de renovar el aire -al menos 6 cambios por hora- de la ventilación de los espacios y no realizar actividades en el aula que impliquen quitarse la mascarilla y de realizar en el exterior el mayor número de actividades.
“La mayoría de los colegios en nuestro país no tienen ventilación mecánica y la única manera de ventilar es manteniendo las puertas y ventanas abiertas. Durante los meses de septiembre y octubre no habrá problemas pero ¿qué pasará durante el invierno?, se pregunta.
PREGUNTA.- Como experta en contaminación del aire interior, sostiene que es más probable contagiarse en los espacios interiores que en el exterior.
RESPUESTA.- En general, los ambientes interiores no suelen estar bien ventilados lo que hace que los contaminantes químicos tiendan a acumularse debido a que hay fuentes que los emiten en el interior como los muebles, materiales de construcción, productos de limpieza, ambientadores etc. Lo mismo sucede con el virus, si no hay una buena ventilación, los aerosoles emitidos por personas infectadas al respirar, hablar, cantar o gritar pueden permanecer en el aire hasta varias horas por lo que se irán acumulando pudiendo ser inhalados por personas sanas.
Así es como se pueden explicar los brotes aparecidos en un matadero de Alemania, en coros, autobuses o restaurantes. Además, hay estudios publicados que indican que el rastreo de contactos muestra que es 20 veces más probable contagiarse en los espacios interiores que en el exterior.
Sin embargo, a pesar de las evidencias científicas que indican que los aerosoles juegan un papel fundamental en la transmisión del virus sigue habiendo cierto debate al respecto ya que la OMS no termina de reconocer esta vía de transmisión a pesar de que 239 científicos expertos en aerosoles le han pedido que cambie su postura. Aunque también es cierto, que OMS actualizó su postura respecto a este tema.
P.- ¿Considera, por tanto, que el uso de la mascarilla debería ser obligatorio en los espacios interiores, como los centros de trabajo o las aulas?
R.-Sí ya que los aerosoles no entienden de distancia de seguridad y como he comentado pueden permanecer en el aire varias horas y transportase más allá de dos metros. Las mascarillas son fundamentales para reducir el contagio y no solo es importante su calidad sino también que se ajusten bien y no queden huecos. No obstante, es el conjunto de medidas lo que ayudará a reducir la transmisión del virus, es decir, mascarilla, distancia de seguridad, higiene de manos y mucha mucha ventilación.
P.-Usted asegura que en el exterior, con mascarilla y guardando la distancia de seguridad no hay problema.
R.-Hay que tener en cuenta que riesgo cero no existe, pero la información que hemos estado recibiendo estos meses de los científicos que están trabajando en este aspecto indica que existe menos riesgo en el exterior.
Por tanto, con la mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad en un espacio abierto y al aire libre hay menor probabilidad de contagio. Sin embargo, en una calle estrecha con edificios altos donde apenas corre aire, con mucha gente donde no se respeta la distancia es obvio que la probabilidad de contagio será mayor.
P.- Luego, desde su punto de vista ¿cómo entiende que se debería abordar la vuelta al cole, a las aulas?.
R.-A parte de todas las medidas que ya conocemos como el uso de mascarilla, distancia de seguridad e higiene de manos y superficies, la ventilación es un factor fundamental para reducir la propagación del virus ya que estamos hablando de muchos niños respirando y hablando en un espacio interior.
Al hablar se emiten 10 veces más aerosoles que al respirar y al gritar o cantar 50 veces más. Además, si tenemos en cuenta que es muy probable que los niños no lleven la mascarilla perfectamente puesta o se la quiten para beber, o porque les molesta etc., se hace necesario hacer hincapié en esta medida.
La mayoría de los colegios en nuestro país no tienen ventilación mecánica y la única manera de ventilar es manteniendo las puertas y ventanas abiertas. Durante los meses de septiembre y octubre no habrá problemas pero ¿qué pasará durante el invierno?
Una vez que el virus “se escapa” al aire dentro de un aula, existen dos opciones: introducir aire fresco del exterior o eliminar el virus presente en el aire del aula.
El espacio interior más seguro
El espacio interior más seguro es aquel que constantemente está reemplazando el aire contaminado interior con aire exterior diluyéndose así cualquier contaminante o virus. La tasa de intercambio de aire es una medida empleada para cuantificar el número de veces que el aire del interior es reemplazado por el aire fresco del exterior en una hora. Si bien esta tasa depende de la cantidad de personas y el tamaño de la habitación, la mayoría de los expertos consideran que aproximadamente 6 cambios de aire por hora son adecuados para una habitación de unos 9 m2 con tres o cuatro personas en ella. Por tanto, para saber si la ventilación es adecuada podemos medir el nivel de CO2 que hay en el aula ya que cuando respiramos emitimos CO2 al aire.
En el exterior, los niveles de CO2 suelen ser de 400 partes por millón (ppm). Una habitación bien ventilada puede tener entre 400 y 800 ppm de CO2. Por tanto, una concentración de CO2 por encima de 800 ppm sería una señal de que la habitación podría necesitar más ventilación.
Puesto que el coronavirus se propaga a través del aire, niveles elevados de CO2 probablemente signifique que hay mayor probabilidad de transmisión si una persona infectada está en el interior.
Dicho esto, es recomendable que los colegios tengan un monitor de CO2 basado en la tecnología NDIR, hay monitores en el mercado bastante económicos. De esta manera, pueden saber si están ventilando lo suficiente.
Purificación de aire con un filtro de alta eficacia
Otra opción si no se puede ventilar correctamente es poner un purificador de aire con un filtro de aire de alta eficacia (HEPA) ya que estos eliminan el 99.97 % de las partículas mayores de 0,3 micras. Estos filtros no inactivan el virus pero lo retienen.
Además, deberían cumplir una serie de requisitos: No deben ser ruidosos, -mejor por debajo de 50 dB para que no molesten-, no deben llevar ionizador y el fabricante nos debe asegurar que no genera ozono u otros oxidantes ya que en los ambientes interiores se pueden dar reacciones peligrosas para la salud.
Debe tener una capacidad de filtrado tal que se filtre todo el aire de la habitación al menos 3 veces en una hora. Ejemplo: habitación de 4 x 4 x 2,5 = 40 m3, se necesita un caudal de 40 x 3= 120 m3/h. Sí es más mejor. Sí no se pueden comprar también se podrían hacer caseros con un ventilador y un filtro.
Tomar el bocadillo en el aula
Hay que recordar que lo que se recomienda es que se pase la mayor parte del tiempo en el exterior por lo que los colegios deberían pensar en dar el mayor número de clases fuera.
Por eso, no entiendo algunas medidas que han tomado los colegios sobre tomar el bocadillo en el aula. Se trata de pasar más tiempo fuera y se va a hacer justo lo contrario.
Los niños no deberían quitarse la mascarilla dentro del aula ya que aumenta el riesgo de contagio incluso si se mantiene la distancia de 1,5 metros. Lo mejor sería hacerlo en el patio, manteniendo la distancia social.
P.-La administración educativa ha realizado un gran esfuerzo organizativo, económico y sanitario para lograr unos niveles altos de seguridad en los centros. ¿Le parecen acertadas las medidas?. ¿Acaso insufucientes?.
R.– Cuantas más “capas de protección” o medidas se pongan para evitar el contagio mejor. Las vías de transmisión son tres, por fómites, por gotículas respiratorias y por aerosoles.
El contagio por fómites, es decir, por contacto (cuando tocamos una superficie infectada y luego nos tocamos la boca, la nariz o los ojos) se reduce con una buena higiene de manos y limpieza de superficies. El contagio por gotículas respiratorias (aquellas que son más grandes y que caen por su peso a una distancia de aproximadamente 1,5 metros) se evita con la mascarilla.
Además, tenemos la distancia de seguridad que por lo que hemos visto estos últimos días en las redes sociales no se cumplen en muchos centros.
Y el contagio por aerosoles se reduce con una mascarilla bien ajustada y con la ventilación y/o filtración. Por eso, todas estas medidas en conjunto harán que los centros sean más seguros.
La ventilación, clave para reducir la transmisión
Lo que he echado de menos es que no se haya puesto más énfasis en la ventilación que, como he comentado, es fundamental para reducir la transmisión del virus por aerosoles en los espacios interiores. He visto folletos muy didácticos con dibujitos para explicar los puntos clave en los colegios en los que no se incluía la ventilación como medida para reducir la propagación del virus.
P.- ¿Qué actuaciones hay que evitar a toda costa en educación infantil y primaria?.
R.– La verdad es que es un trabajo bastante complicado el que van a tener los profesores ya que van a estar más preocupados por el hecho de que se respeten las medidas de seguridad que por enseñar si es que les queda tiempo con todo el protocolo que tienen que cumplir. Al menos creo que será así al principio hasta que todos se acostumbren a la nueva normalidad en los colegios.
Las actuaciones a evitar en infantil son difíciles de establecer ya que son niños muy pequeños, pero hay ciertos aspectos que se deberían tener en cuenta como por ejemplo, sería recomendable que “la asamblea” donde suelen cantar (como he dicho al cantar se emiten más aerosoles que al respirar) se hiciera en el patio siempre que fuera posible.
En general, sería recomendable que pasaran todo el tiempo posible en el exterior al igual que al menos los niños de 4 y 5 años llevaran las mascarilla puesta aunque solo sea para ir acostumbrándose un ratito cada día, sin forzarlos.
Ninguna actividad que suponga quitarse la mascarilla
En el caso de primaria, se han establecido medidas en algunas asignaturas como no tocar la flauta en el aula, lo cual es obvio porque aumentaría la cantidad de virus en el aire. Y como he comentado, es muy importante no realizar ninguna actividad en el aula que implique quitarse la mascarilla. Si hay que quitarse la mascarilla es mejor hacerlo en el patio y guardando la distancia de seguridad.
Hay una tabla de transmisión de la COVID-19 en distintas situaciones (con mascarilla, sin mascarilla, en el exterior, en el interior, con alta o baja ocupación…) muy didáctica y útil que creo que puede servir para la toma de decisiones en los colegios. Aunque en general se puede aplicar a cualquier situación.
https://www.facebook.com/photo?fbid=3645455608798355&set=a.489331857744095
Otro aspecto muy importante que no debemos olvidar son los contaminantes en el interior de las aulas, nuestro grupo de investigación ya los midió en un estudio que hicimos en 2015 donde analizamos más de 30 sustancias químicas en el interior de los colegios de nuestra provincia.
Por eso lo que hay que evitar es introducir nuevos contaminantes dentro del aula como el uso de desinfectantes en espray en presencia de los niños, esto sería una barbaridad. Si se va a desinfectar algo, debe hacerse cuando los niños no estén en el aula y después ventilar muy bien.
P.- Y en el entorno laboral, cómo deben ser las relaciones para evitar contagios. ¿Le parece una buena opción el teletrabajo si la naturaleza de la empresa lo permite?
R.-En general, hay que evitar estar en espacios interiores donde no se respeta la distancia de seguridad; estar mucho tiempo, con mucha gente y poca ventilación; estar con gente que no lleve la mascarilla o la lleve mal puesta, con huecos.
El teletrabajo es una buena opción si la empresa lo permite y el trabajador está de acuerdo. Personalmente, no me gusta y es muy complicado si tienes niños en casa y más si son pequeños como es mi caso. Creo que al final te pasas el día trabajando y no llegas a desconectar.
P.- Usted diseñó la metodología que mide la presencia de las sustancias químicas presentes en colegios y guarderías para calcular los riesgos a los que se exponen los niños, un proyecto novedoso que evidencia una realidad desconocida por la sociedad. ¿Esta metodología ha sido implantada en algún centro ya?.
R.- La intención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es publicar este mes el documento sobre los métodos de análisis. Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio que pretende calcular el riesgo de los niños al estar expuestos a una mezcla de sustancias químicas en el interior de las aulas.
En principio, el proyecto iba a ser presentado este año a los estados miembros pero va con retraso con lo cual aún no se ha implantado en ningún sitio. Es importante destacar que la OMS publicará el documento para que haya una metodología común a emplear en todos los estados miembros, es una guía muy útil para quienes deseen conocer el riesgo para la salud de los niños pero no será de obligado cumplimiento ya que la OMS solo puede dar recomendaciones.
