Se van a mantener los proyectos iniciados en Ciudad Real, “provincia de referencia en el país en recuperación de memoria democrática”, y se va a seguir trabajando con la UCLM, Universidad de Alcalá y la Uned, destacó Caballero en la inauguración en el antiguo Convento de la Merced de la exposición ‘El cuerpo ausente’, la cual recorrerá la región.
“La historia la escriben los vencedores pero el tiempo da la voz a las víctimas”, que es lo que hace esta exposición: “Dar la voz a las víctimas y sus familiares que durante tanto tiempo por obligación han tenido que estar enmudecidos”, apreció el vicepresidente del Gobierno regional en relación con los protagonistas de una muestra que, “durante un momento concreto de su vida, arriesgaron todo, hasta lo más precioso que es la propia vida, por defender la democracia, la libertad y los valores que hoy consolidan nuestro estado de derecho y democrático”.

Felicitó a la Uned y, en concreto, al proyecto ‘Mapas de Memoria’ porque “tiene mucho que ver con el pasado pero sobre todo con el presente y futuro esta investigación científica de la memoria e historia democrática”.

“Porque no podemos cambiar el pasado pero sí sacar conclusiones y afrontar en mejores condiciones los retos del presente y futuro. De eso se trata, en momentos de incertidumbre, zozobra y turbulencias en el ámbito político, en el que predominan los extremismos, las lecciones que se obtienen de esta exposición tienen un enorme valor”, señaló Caballero, que resaltó que es una exposición que tienen que ver con la dignidad de muchos hombres y mujeres de este país cuyos derechos fueron vulnerados “por pensar o sentir diferente a aquellos que por la fuerza consiguieron el poder”.

Caballero, que pidió disculpas porque “el estado democrático ha tardado demasiado tiempo en recuperar la dignidad y memoria de estas personas”, siendo el empuje de las asociaciones de las víctimas quienes propiciaron la actual ley de Memoria Democrática, agradeció el compromiso del Gobierno central con esta normativa, la cual deben cumplir todas las instituciones, también “las gobernadas con el apoyo de la extrema derecha”.

“No puede haber distintas interpretaciones de que hubo una vulneración absoluta de los derechos humanos de miles y miles de personas en este país, y que en la recuperación de su memoria y dignidad tenemos que estar todos votemos a quien votemos o seamos de la ideología que seamos”, señaló Caballero, que destacó que el objetivo primordial es que “nunca más” se produzca la vulneración de la libertad y los derechos humanos, la represión e intolerancia a quien piensa diferente.

La delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, y el presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, asistieron a la inauguración de la exposición, explicada por Julián López, profesor de Antropología Social de la Uned y director del Centro Internacional de Estudios de Memoria Social y Derechos Humanos, y Jorge Moreno, director del proyecto ‘Mapas de Memoria’.

Tolón, que desveló que la muestra le emocionó especialmente ya que su abuelo está enterrado en una fosa común, aseguró que le alegra mucho que la Junta, la Uned y el Gobierno de España impulsen estos proyectos comunes que tienen que ver con “dignificar a los que nos dejaron por defender la libertad pero también a las familias que durante muchos años han tenido que sufrir una persecución por defender la libertad y ahora por fin están viendo los resultados”, así como con visibilizar con imágenes y objetos como cartas y fotos que tienen detrás muchos sentimientos e historias”.

“Entre los objetivos del Gobierno de España, está colaborar con hechos, con inversión”, de ahí que “Castilla-La Mancha haya recibido un millón de euros durante estos últimos años para “visibilizar y dignificar la memoria de quienes lucharon por la libertad, y de quienes durante muchos años han estado escondidos”.

“Desde nuestros pueblos y ciudades, podemos hacer muchas cosas para llevar a cabo esa dignificación”, estimó Tolón, que indicó que, aunque personalmente no podrá ver dignificada ahora la fosa común donde está su abuelo porque “el Gobierno de PP y Vox en Toledo no lo va a hacer”, durante los ocho años que ejerció como alcaldesa de la capital regional “hemos llevado a cabo un largo e inmenso trabajo de recuperación de víctimas, no sólo por recuperar la memoria sino por justicia para una historia que quedó en blanco y negro durante muchos años”.

En la muestra, describió Moreno, el viaje comienza en el “despacho de un dirigente fascista…, un lugar lleno de listados de nombres, de personas que hay que perseguir para después eliminar. Pasamos después a la sala del pueblo, de ese pueblo de los años cuarenta o cincuena con una educación o unas festividades tan diferentes a las que hubiera imaginado Federico García Lorca.

Transitamos de ese pueblo opresor a los contextos carcelarios donde hay mujeres que reciben noticias de muerte, donde hay miles de papelitos que viajan entre las casas y las prisiones con la intención de mantener la esperanza y el amor. Las formas de resistencia es la siguiente parada. Un lugar donde los cuentos, las fotografías amputadas o las imágenes con dobles sentidos nos recuerdan que en un contexto donde los fuertes siempre ganan, las imágenes y las palabras siempre engañan.

Acto seguido, viajamos al interior de una casa, a la pared de esos salones que mantuvieron heroica y silenciosamente los rostros que desaparecieron del contexto público o al fondo de un armario donde se esconden pequeñas cosas, aparentemente insignificantes pero que condensan la memoria más trágica de nuestra tierra.

Entre esas pequeñas cosas destacan las cartas de despedida escritas en una hoja, en una tela o en una cajetilla de tabaco, en ocasiones con lapiceros que después hemos encontrado a tres metros bajo tierra junto al bolsillo de una persona tirada en una fosa”.

La exposición incluye en el último tramo una obra de Fernando Sánchez Castillo, ‘A rapa das bellas’, una instalación artística con miles de mujeres rapadas, con la invitación a llevarse una de las figuritas si se deja escrito en un posit una nota sobre alguna historia que el visitante recuerde de la represión sufrida por las mujeres, de manera que irán desapareciendo figuras pero irá creciendo el número de historias.

La muestra culmina, y al mismo tiempo empieza, con un gran panel en el que una red conecta múltiples rostros, nombres, símbolos y recortes de prensa relacionados con lo vivido por las víctimas.