Tres mujeres nacidas en Ciudad Real que utilizan técnicas al agua protagonizan la muestra ‘Miradas de la A a la C’, que reúne la producción pictórica de Concha Hornero y su hija Beatriz Rodríguez, así como de Adela Francés, amiga de ambas.
Hasta el 24 de junio se puede presenciar esta exposición en la que Beatriz Rodríguez exhibe retratos de mujeres decididas, que “expresan mucho con la mirada” y con detalles o rasgos étnicos que a veces recuerdan al flamenco y otras a esencias africanas. En sus obras, de trazo dinámico y gestual, hay dibujo y collage y se percibe dualidad, con unas partes más blancas y otras doradas, unas más recogidas y otras con la energía de la ondulación del pelo, así como el concepto del tiempo a través de la utilización de pan de oro que representa “una edad futura, un tiempo por venir que está entrando ya”.
Así mismo, expone una gran instalación de siete metros con múltiples rostros femeninos con rasgos de diversas culturas en una transparencia, cuyas sombras se reflejan detrás en una gran tela de algodón o haïk empleado por las mujeres en el Magreb para cubrirse como prenda. Saca a las mujeres de esta vestimenta y la tela, expuesta a modo de banderola y con el símbolo femenino, culmina en el suelo en unos flecos que sobre los labios de los rostros situados en la parte inferior de la transparencia simbolizan “el habla de la mujer”.
Otras piezas como ‘El rezo’ y la inspirada en la danza de los derviches completan sus propuestas pictóricas en esta exposición que se inaugura este jueves con una performance a cargo de Rodríguez de danza espiritual con la presencia del vino, “sangre de la tierra”, y que, con un palo flamenco como el martinete, representa lo circular y la unión del cielo y la tierra.
En cuanto a las producciones pictóricas de Concha Hornero y Adela Francés, se sitúan próximas a la abstracción lírica. Hornero expone su pintura orgánica y matérica, con múltiples matices en las composiciones, basada en la naturaleza. En el agua y elementos vegetales, se inspiran sus cuadros, presenta una amplia serie en la que predominan los azules y emplea pigmentos en polvo, carboncillo y acrílico, así como minerales como el polvo de cristal y el silíceo.
Por su parte, Francés muestra retratos que hace por encargo y acude con tres series, una de ellas sobre encuentros sociales como en terrazas con sombrillas y otras dos de paisajes abstractos, caracterizadas parte de estas obras por colores más rosados y pastel.