VESTAS BM ALARCOS 28 |
HANDBOL BORDILS 24 |
---|---|
Kotanidis, Gonzalo Almansa (2), Martín Molina (1), Eloy Krook (1), Brian Negrete (5), Sergi Mach (4) y Carles Asensio (10) -siete inicial- César Beret (1), Victoriano Alises, Asier Uraín (1), Javi de la Cruz, Jota Serrano (1), Josh Da Silva (2), Frank Cordiés, Pepe Mora y Óscar Ruiz. | Jordi González, Marc Prat (2), Arnau Palahi (2), Marc Canyigueral (5), Jairo Montes (4), Josep Reixach (7) y Esteve Ferrer (1) -siete inicial- Gerard Farrarons (1), Francesc Reixacht, Joan Vilanova (1), Ignacio Moreno (1), Tomás Bañeras y David Mach. |
ÁRBITROS José Antonio Huertas Serrador y Antonio Javier García del Salto. |
|
PARCIALES CADA 5 MINUTOS 2-1, 5-5, 6-10, 8-12, 11-13 y 15-15 (descanso); 17-16, 20-16, 21-19, 24-22, 26-23 y 28-24 (final). |
|
INCIDENCIAS Partido correspondiente a la séptima jornada en la División de Honor Plata masculina de balonmano, celebrado en el pabellón Quijote Arena de Ciudad Real, ante unos 200 aficionados. Antes del encuentro se llevó a cabo un pequeño acto de visibilización de la Asociación Guerrer@s Púrpuras de Ciudad Real. |
No dio una gran versión el Vestas BM Alarcos, pero, al menos, sigue sin fallar en casa. Volvió a pasarlo mal para ganar en el Quijote Arena a un rival de la zona baja, un Handbol Bordils que le puso las cosas difíciles. Más todavía cuando los alarquistas jugaron mal una primera parte en la que, sin embargo, lograron acabar igualados (15-15). Mejor estuvo en la segunda, que sí que le valió para llevarse el triunfo tan necesitado. El Alarcos se salvó así de un lío, pero tiene que mejorar en una liga tan competitiva. Con las victorias, esa necesidad se lleva mejor.
El intercambio de errores y de goles predominó en los primeros minutos del partido, con ambos porteros luciéndose bajo las palos. Kotanidis ya se marcó varios paradas para los locales, en un marcador igualado, con un gol arriba para uno u otro equipo que no lograban frenar en exceso los ataques (5-5, min. 10).
Fue el Bordils el que cogió la máxima ventaja, solo dos goles (6-8), pero suficiente para demostrar que el Alarcos no estaba fino y que su defensa pecaba de una excesiva flojedad. Y eso llevó al técnico Javi Márquez a pedir un tiempo muerto para avisar a los suyos. Lejos de mejorar, la situación empeoró con un +4 para los visitantes al cuarto de hora (6-10). El partido no estaba nada claro y las sensaciones eran negativas.
Kotanidis salvó un contraataque clarísimo de Bordils para evitar el cinco abajo. Un detalle importante que permitió un respiro para, en un posterior pequeño arreón alarquista, ajustar el electrónico al 10-12. La mejora en la pista no era lo contundente que se necesitaba, pero aun así los locales pudieron igualar el resultado en el minuto 27 con un gol de Carles Asensio, infalible en los seis metros (13-13) y el mejor del partido. Un empate que perduró al final del primer tiempo con un 15-15 gracias a dos tantos más del pivote, que materializó hasta siete antes del descanso para un total de diez. Con un mal juego, el Alarcos se iba al vestuario con las tablas. Esa era la buena noticia.
Más claro comenzó a verse el partido en el inicio de la segunda parte, cuando pareció que el Alarcos subió varias marchas el ritmo. Dos goles de Eloy Krook y, de nuevo, de Carles Asensio pusieron un 17-15 que era la máxima hasta ahora para los locales. La dinámica era entonces positiva y el Bordils ya no anotaba con tanta comodidad. Por ello, el parcial se fue hasta el 6-1 a favor y el resultado, al 21-16 (min. 40). Por cierto, Asensio seguía increíble en los seis metros.
Un bajón del Alarcos hizo crecerse a un Bordils que se colocó a dos goles (21-19). Era evidente que no estaba el conjunto de Javi Márquez para confiazas ni yendo cinco arriba. Incluso, los catalanes se pegaron con un ya peligroso 22-21 a falta de doce minutos. Llegó entonces otro tiempo muerto del entrenador local.
Pudo recomponerse el equipo del Quijote Arena para entrar en los últimos cinco minutos con tres de ventaja (26-23). Tampoco había que fiarse mucho, aunque sí que entonces supo mantener esa diferencia, incluso ampliarla, para tener unos minutos finales cómodos. Todo lo contrario que lo ocurrido antes en el partido (28-24).