La historia del deporte español se enriqueció el pasado domingo con una hazaña impresionante: la selección juvenil de balonmano de España se proclamó campeona del mundo en Croacia después de vencer en una emocionante final a Dinamarca por un marcador de 28-23. Desde los primeros partidos del torneo hasta el épico enfrentamiento final, cada paso del camino fue un testimonio del compromiso y la habilidad de estos jóvenes atletas que han realizado un torneo inmaculado.
El camino hacia la victoria comenzó en la Preliminary Round, donde España se enfrentó a adversarios de talla mundial. El 2 de agosto se celebró la primera jornada donde la selección nacional encabezada por el entrenador ciudarrealeño Javier Fernández ‘Jabato’ derrotó con solvencia a Brasil por 38-29. Al día siguiente, el 3 de agosto, los Hispanos Juveniles se vieron las caras con Baréin en la segunda jornada a los que también vencieron por 18-29. Y el sábado 5 agosto llegaría el último partido de esta fase ante República Checa, donde España sumó otra contundente victoria por 38-22.
Tras conseguir pleno de triunfos en la fase previa del Campeonato del Mundo, la selección española juvenil llegó al Grupo II de la Main Round junto a Brasil (la otra clasificada del grupo de España), República Checa y Egipto, que era la vigente campeona.
El primer partido de esta Ronda Principal se celebró el lunes 7 de agosto, donde los españoles se enfrentaron contra República Checa, llevándose la victoria por 29-21. El martes 8 de agosto, España se vio las caras con Egipto en un duelo que se antojaba muy complicado, pero donde los españoles vencieron por 35-42.
Contra Brasil no tuvieron que jugar ya que les valía en la fase previa (38-29), por lo que de nuevo pleno de victorias para los jugadores de Jabato en esta Main Round y se citaron con Alemania en los cuartos de final.
El duelo contra el combinado tuvo lugar el pasado jueves 10 de agosto y estuvo muy igualado por momentos, pero al final España, tiró de casta y oficio para ganar el partido (32-28) y avanzar a semifinales donde se enfrentaría a la anfitriona del torneo, Croacia.
La semifinal ante Croacia fue una verdadera prueba de fuego que puso a prueba la resistencia mental y física de los jugadores españoles, pero nuevamente lograron imponerse a situaciones adversas y por tercera vez en su historia se clasificaron para la gran final tras derrotar a los croatas por 29-37. En la final, se verían las caras contra Dinamarca, otra potente selección.
El domingo 13 de agosto, a las 20:00 horas, fue el día de celebración de la gran final del Campeonato del Mundo donde llegaba a su fin el torneo y en el que España podía alcanzar la gloria de una vez por todas y lograr lo que nunca ha conseguido otra selección ganar el Europeo y el Mundial. Y así fue, los Hispanos Juveniles cuajaron un muy buen partido contra los daneses y se hicieron con la victoria por un 28-23. Sueño cumplido para una generación dorada del balonmano nacional donde dos ciudarrealeños han sido protagonistas, el entrenador Javier Fernández ‘Jabato’ y el jugador Carlos Ocaña.
En este sentido, el seleccionador juvenil, Javier Fernández ha comentado cómo ha sido el paso por el Mundial. “La verdad que veníamos con mucha ilusión, sabíamos de la dificultad, porque bueno, obviamente podíamos ser una de las favoritas al haber ganado la medalla de oro en el europeo anterior, pero creíamos que también ganar una vez es muy difícil, pero ganar dos pues la dificultad aumenta exponencialmente, entonces bueno, creo que hemos ido de menos a más, creo que hemos hecho un gran torneo, que llegamos a la final los dos equipos que más se lo merecían, bueno, por suerte nos hemos podido llevar el título nosotros y hacer historia, porque nunca se había conseguido anteriormente, así que bueno, muy satisfecho por el trabajo de todos los chicos durante el verano y obviamente con la consecución del título”.
En cuanto al partido y el pitido final, ‘Jabato’ destaca que “la final se decidió en los últimos cuatro minutos, estaba tan concentrado y tan metido que no me daba cuenta, aún a día de hoy pues no soy consciente realmente de lo que hemos hecho, estamos un poco madurando, asentando un poco todo, pero bueno, la verdad que una satisfacción enorme, muchísima emoción, es algo por lo que siempre sueñas desde que eres pequeñito, el luchar por grandes cosas y estos chicos no han dejado pelear por esto, así que bueno, la verdad que un cúmulo de sensaciones que no te decir lo que realmente sentí, pero sobre todo entre alivio, muchísima emoción, muchísimos sentimientos a flor de piel por todo lo logrado, por ver a los chicos disfrutando y llorando, así que bueno, satisfacción enorme”.
En cuanto a la experiencia que le deja este torneo, Fernández asegura que “son muchas experiencias tanto por todo lo que ha sido previo, donde hemos tenido una preparación un tanto convulsa con varios lesionados que parecía que no iban a llegar, que luego al final llegaron, el saber que hemos competido, veníamos de un Europeo, de a lo mejor de jugar contra balonmano, más a lo que estamos acostumbrados, por así decirlo, europeo, y nos hemos tenido que enfrentar a otras selecciones de otros continentes y con un balonmano completamente distinto, así que bueno, creo que nos hace un poco mejores a todos el habernos sabido adaptar a cualquier tipo de balonmano y saber que el nuestro, el que hemos hecho, pues bueno, ha tenido tanto éxito, pues muy satisfecho”.
Por su parte, el jugador Carlos Ocaña ha comentado que la experiencia de ganar un Mundial “va a ser inolvidable, la verdad. Es el esfuerzo de todo un año y de todo un verano estar sacrificando, no poder estar con la familia, no poder estar con los amigos. Fue un momento que la verdad, cuando llegó el día de la final, nadie confiaba en nosotros. Todo el mundo decía que podíamos ganar, pero que no iba a ser un partido fácil y conseguimos poniendo los platos sobre la mesa y decir aquí estamos nosotros y vamos a ganarlo”.
El ciudarrelaño destacó que cuando los árbitros indicaron el final del partido “la verdad es que sentimos todos una euforia muy grande. No podíamos aguantar las ganas de saltar a la pista y a falta de tres segundos saltamos todos como locos a la pista para saltar y abrazar y celebrarlo. Y la verdad es que una vez terminada la celebración con todos, cuando estaba más o menos tranquilo, dije que no puede ser que sea campeón del mundo. No me lo creía y es una locura”.
El siguiente objetivo de Carlos tras ganar un Europeo y un Mundial es “seguir creciendo como jugador y poder seguir aportando en las siguientes categorías de la selección, si puede ser entrar en convocatoria y en cuanto al club marcarnos unos objetivos sobre todo el conseguir volver a Asobal tras descender a Plata la pasada temporada”.