Juan Martín-Moyano (11-11-1987, Argamasilla de Calatrava) volvió a terminar con éxito un exigente reto solidario en aguas abiertas. Tras cruzar el año pasado el Estrecho de Gibraltar, el nadador de Argamasilla de Calatrava afrontó esta vez la Ultraswim, una de las pruebas más duras de España con un recorrido de 30 kilómetros entre la localidad de Santa Eulalia (Ibiza) y Es Pujols (Formentera).
Lo hizo en la modalidad por equipos con tres nadadores, con la peculiaridad de que si cualquiera de los integrantes abandonaba y requeriría atención médica, todo el equipo sería descalificado. Gonzalo Sedeño, Manuel Froiz y el propio Juan Martín-Moyano, todos ellos del Club Natacón Máster Torrijos, decidieron unir fuerzas en esta aventura, que se enfocó también como un reto solidario.
El objetivo macado era llegar a Formentera y visibilizar la ELA a través de la asociación ‘Saca la Lengua a la ELA’, después de que a un amigo y compañero del nadador Manuel Froiz, el triatleta cordobés Miguel Ángel Roldán, se le detectara la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) por la lengua.
Los tres nadadores del CN Máster Torrijos comenzaron una exigente preparación de 16 semanas con el entrenador Albert Pérez, firmando más de 400 kilómetros nadados entre piscina y aguas abiertas. Mucho esfuerzo realizado antes de plantarse en la salida, en la Escuela de Vela del Club Náutico Santa Eulalia, donde vieron “que las previsiones meteorológicas, tanto atmosféricas como del estado de la mar, no iban a ser las propicias, con viento en contra durante toda la travesía y corriente a favor solo durante los primeros 3-4 kms”, describe Martín Moyano.
Por ello, recuerda que “después se convertiría en un pequeño infierno, con corriente en contra, mar de fondo que pasó a ser marejadilla, alguna que otra medusa y las olas generadas por los buques que hacían su ruta a Mallorca”. Ya en el kilómetro 13 sus compañeros Gonzalo y Manuel comenzaron a tener problemas físicos por el enorme esfuerzo, lo que llevó al nadador rabanero a dudar si continuar o no. “Me vi en la decisión de o seguir solo y no tirar a la basura tantos y tantos sacrificios y horas de entreno o subirme al barco con el resto del equipo. Nos miramos los tres y decidimos que siguiera, que estaba bien de ritmo y de cabeza y que el equipo tenía que acabar”, relata.
Así fue, Juan Martín-Moyano continuó después de 4 horas y 42 minutos a nado, con otros 15 kilómetros por delante. Entonces, señala que “seguí con el apoyo de los compañeros desde el barco, remontando posiciones y con un buen ritmo de nado hasta que pasadas las 17 horas de la tarde se avistó la costa de Formentera. Con aún 2 kms para llegar, los más largos de mi vida, Gonzalo y Manuel se lanzaron al agua para acompañarme nadando hasta la meta”. Así completó este reto a la épica, con un tiempo de 17 horas y 38 minutos en nadar un total de 32,8 kms y 10 horas y 8 minutos en el agua.
Fue tan épico que de los 26 nadadores que partieron de Santa Eulalia, solo seis pudieron finalizar la prueba, entre ellos él que terminó en la quinta posición. “La llegada fue muy emocionante y emotiva”, concluye un Juan Martín-Moyano satisfecho tras completar un durísimo reto y seguir visibilizando con ello la ELA.