La Solana tiene otro motivo, uno más, para sentir un sano orgullo gracias a sus deportistas. El ejemplo más reciente está aún fresco; llegó en la noche de este miércoles, 2 de diciembre de 2020, gracias a Iván Romero de Ávila Araque. El joven delantero el Sevilla Atlético, que milita en Segunda División B, fue convocado con el primer equipo para el partido que el Sevilla FC disputó en el estadio ‘Sánchez Pizjuán’ frente al Chelsea, correspondiente a la fase de grupos de la Champions League.
No llegó a jugar frente al cuadro londinense, pero el simple hecho de que Julen Lopetegui lo incluyera en la lista de 23 supone un hito sin precedentes para el deporte solanero. Es la primera vez que un futbolista de la localidad es convocado para un encuentro oficial de la máxima competición europea a nivel de clubes. Llevó el número 36 y es fácil suponer la intensidad con la que vivió ese día, y esa noche, compartiendo vestuario con un tal Jesús Navas o con un tocayo suyo, un tal Iván Rakitic, por citar algunos. Casi nada.
Iván Romero (La Solana, 4 de abril de 2001) cumple así un sueño que solo está al alcance de unos pocos. Es evidente que su gran arranque de temporada con el filial sevillista, con tres goles en los dos últimos partidos (Córdoba y El Ejido), no ha pasado desapercibido a ojos del cuerpo técnico liderado por Lopetegui. Es una incógnita si esta llamada será algo puntual o el principio de más oportunidades. Dependerá de muchos factores. Pero está claro que hay un joven y menudo delantero que ya brilla a orillas de Nervión, y lleva sangre galana.
