La crisis económica y el drástico corte a la financiación que llevó a cabo la mayor parte de las entidades bancarias de nuestro país han generado un vacío en el mercado que un gran número de empresas digitales se han ocupado de llenar. Se trata de las empresas de créditos rápidos y mini préstamos.
El crecimiento y auge de los créditos urgentes se ha disparado durante los últimos años hasta el punto de que es posible encontrar una enorme variedad de entidades que los ofrecen. Además, y por el momento, parece haber negocio para todos. Son muchos los españoles que parecen estar confiando en los servicios de estas empresas pese a las múltiples advertencias de las autoridades y las asociaciones de consumidores.
¿Cuáles son los principales alicientes de los créditos rápidos?
Ausencia completa de papeleo
Sin lugar a dudas, el hecho de poder acceder a un pequeño crédito sin necesidad de llevar a cabo un gran papeleo y, sobre todo en muy poco tiempo, ha hecho que mucha gente solicite crédito a las múltiples empresas que ofrecen este servicio online.
Gran rapidez en el proceso de tramitación y concesión
En la mayor parte de los casos, todo el proceso no dura más de 24 horas, y cada vez son más las entidades que hacen llegar el dinero a la cuenta del cliente en apenas 15 minutos. Esa rapidez es, sin duda, uno de los grandes atractivos para aquellas personas que se encuentran en una situación de urgencia.
Sin requisitos de ningún tipo: Ni aval, ni nómina ni recursos
Ahora bien, estos créditos rápidos han ido más allá, dado que también es frecuente la ausencia de otros requisitos habituales en la banca tradicional, como el hecho de tener que acreditar ingresos, presentar un aval y, por supuesto, no figurar en los registros de morosidad. Una pequeña búsqueda en un comparador online de préstamos urgentes como dinero-rapido.eu nos permitirá confirmar como existe una gran oferta crediticia que no exige ninguna de estas condiciones.
Gestión online y gran usabilidad de las páginas web
Finalmente, no debemos olvidar que todas las entidades cuentan con cómodas páginas webs diseñadas para proporcionar una gran experiencia de usuario a sus visitantes. Esto significa que las consultas se realizan de una forma muy cómoda e intuitiva, no en vano, suele disponerse de simuladores para indicar el dinero a solicitar, el importe de las cuotas a pagar, así como el plazo de devolución. El colofón de este nivel de usabilidad radica en el hecho de que todo el proceso de solicitud y aprobación del crédito tiene lugar online.
Tras llevar a cabo la cumplimentación de un formulario con nuestros datos personales y las necesidades de financiación, el software hace las comprobaciones oportunas y, en pocos minutos, se nos informa de la concesión o denegación del crédito. Tal confirmación suele tener lugar mediante correo electrónico o SMS enviado a nuestro teléfono. Tras aceptar el préstamo, el dinero es transferido a nuestra cuenta en tiempo récord. Todo este proceso puede realizarse desde un ordenador en el hogar con conexión a Internet y sin tener que entablar conversación con ninguna persona ni dar explicaciones de ningún tipo. Este nivel de discrecionalidad y comodidad es el factor definitivo.
¿Cuándo es apropiado el uso de estos créditos rápidos?
Si bien las entidades que los comercializan hacen todo lo posible por ensalzar las bondades de su producto, lo cierto es que las condiciones de financiación son de las más caras del mercado. Por ese motivo, hay que procurar limitar el uso de estos préstamos a situaciones de extrema urgencia en las que no tengamos otras alternativas disponibles, pero siempre con la certeza de que podremos afrontar los pagos en su debido momento. En caso contrario, las comisiones y recargos terminarán por hacer de estos créditos una verdadera pesadilla.
Dicho esto, los momentos más oportunos pueden ser cuando necesitamos liquidez inmediata poco antes de recibir el pago de la nómina o de la factura de un cliente, así como para evitar caer en números rojos en nuestra cuenta corriente. Ahora bien, de nuevo habrá que calcular adecuadamente el impacto que los intereses a pagar en uno y otro contexto puedan generar.
No todo son virtudes: Los intereses más prohibitivos del mercado
Por supuesto, “no todo lo que reluce es oro” y, en el caso de los créditos rápidos, este dicho tiene plena vigencia. Tanta facilidad para acceder a financiación no sale gratis, sino todo lo contrario, ya que los intereses que se cobran por estos préstamos son muy elevados. Por supuesto, cuando se trata de pequeños préstamos y éstos son devueltos en un plazo breve, el impacto económico no es percibido de esta manera.
Sin embargo, en caso de que solicitemos varios de estos préstamos o pidamos un importe más elevado, la realidad se pondrá de manifiesto antes o después; es decir, en el momento en que las cuotas a pagar sigan acumulándose. El peor escenario tiene lugar en el momento en que fallamos en los pagos y nos vemos en la necesidad de solicitar una prórroga. Algunas entidades contemplan este tipo de casos. Otras directamente aplican comisiones penalizadoras que agravan considerablemente la situación.
Prudencia ante los créditos rápidos
Es cierto que las nuevas tecnologías –especialmente Internet- y cierto grado de permisividad por parte de las autoridades reguladoras han posibilitado que muchas personas tengan acceso a un crédito del que no disponían anteriormente. No obstante, el ejercicio de este nuevo privilegio debería llevarse a cabo con la máxima responsabilidad posible. De esa manera, se podrá sacar partido al auge de estos créditos rápidos sin complicarse la vida innecesariamente.