La evolución temporal de la composición química del penacho volcánico del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, refleja una tendencia descendente de la relación entre carbono y azufre, lo que indica que el aporte magmático tiene un origen más superficial.
La directora nacional de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y portavoz del Comité Científico del Pevolca, Carmen López, explicó que todos los observables indican que la parte más profunda del sistema de realimentación del volcán está siendo “menos activa” y tiene “menos capacidad de nutrir magma, es decir, de alimentar la erupción por más tiempo”.
Carmen López añadió que también empieza a haber signos de que este sistema de realimentación “está aflojando”, como la menor sismicidad o la deflación, unido a que esos reservorios van haciéndose menores, lo que hace pensar que el magma disponible está más cerca de la superficie.