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España no solo tiene algunos de los lugares históricos más atractivos de Europa en las calles de sus principales ciudades, sino que también cuenta con toda una serie de yacimientos históricos extraordinarios enterrados en el subsuelo. Ruinas, cuevas, catacumbas y cenobios aparecen por toda la geografía española dando cuenta de su pasado más remoto, y se consolidan entre los yacimientos más reveladores para los arqueólogos de todo el mundo.
En este artículo hemos querido proponerte un pequeño recorrido por algunas de las ruinas subterráneas más interesantes que puedes encontrar en el país, desde la extraordinaria Cueva de Altamira hasta las ruinas milenarias de Cartagena o Barcelona. Todos estos yacimientos son una parte esencial de nuestra historia, y nos permiten entender hasta qué punto hemos avanzado como sociedad a lo largo de los siglos.
Las ruinas de Barcelona
El casco histórico de Barcelona está repleto de ruinas romanas o medievales a pocos metros bajo el suelo, y, con frecuencia, las diversas excavaciones que apareja cualquier proceso de renovación de un inmueble terminan por traer a la luz estos restos. Este es el caso de las ruinas del Museo de Historia de Barcelona, y, más recientemente, del antiguo Mercado del Born, ahora reconvertido en el Centro de Cultura y Memoria de este popular barrio.
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Las catacumbas de Cartagena
Basta leer su nombre para darnos cuenta de que la historia de Cartagena está estrechamente ligada a la del imperio marítimo cartaginés. Ubicada al sur de la Península Ibérica, esta ciudad fue alguno de los asentamientos más importantes de Cartago en nuestra tierra, y después continuó floreciendo tras pasar a quedar bajo el control del Imperio Romano. Por eso es una de las ciudades con un patrimonio arqueológico más interesante, incluyendo su antiguo teatro.
Pero el patrimonio de Cartagena no se limita solo a los yacimientos que puedes ver en su superficie. Una de las visitas más interesantes es la que te permite explorar sus catacumbas, abiertas recientemente al público como parte del recorrido del Museo Romano. Estas catacumbas ofrecen una perspectiva única del pasado de la ciudad, y permiten entender la historia púnica, romana y medieval de Cartagena desde un nuevo prisma.
El Cenobio de Valerón
Los habitantes nativos de las Islas Canarias –conocidos como los ‘guanches’– procedían del Atlas marroquí, así que tenían el hábito de excavar sus hogares en la montaña. Por eso las distintas islas del archipiélago están repletas de cuevas donde se han encontrado muchísimos yacimientos con herramientas o enterramientos aborígenes. Pero ninguno es tan espectacular como el cenobio de Valerón, situado al norte de la isla de Gran Canaria.
Este yacimiento constituye un ejemplo de la vida comunal de los antiguos guanches, y conforma lo que podría ser toda una aldea excavada en la ladera de una montaña. Los distintos hogares de las familias guanches se alineaban unos junto a otros… y sobre otros. Angostas escaleras excavadas en la roca permitían el acceso a las zonas más altas del ‘cenobio’, cuyas excavaciones han arrojado muchísima luz sobre el estilo de vida de estos aborígenes.
La Cueva de Altamira
La Cueva de Altamira es seguramente la más famosa de todo el país, y se cuenta entre las más conocidas del mundo. Fue descubierta en el siglo XIX, y enseguida atrajo la atención de los especialistas de todo el globo gracias a la extraordinaria riqueza de sus pinturas rupestres. Estas pinturas se extienden por varias de sus paredes y por el techo de la cueva, reflejando el estilo de vida de sus antiguos habitantes prehistóricos.
Se estima que estas pinturas tienen entre 35.000 y 13.000 años de antigüedad, con lo que habría sido habitada durante el paleolítico superior. Un derrumbe de rocas selló una de las salidas principales de la cueva, lo que hizo que quedara en desuso ante la imposibilidad de acceder a ella de forma práctica. ¡Gracias a esto se han conservado tan bien las pinturas rupestres de este yacimiento arqueológico!
El estilo de sus pinturas rupestres y los materiales utilizados en esta cueva han sido comparados también con otros yacimientos en diferentes partes del mundo para tratar de encontrar vínculos entre las distintas culturas prehistóricas de esta época. En 1995, la Cueva de Altamira fue declarada patrimonio de la humanidad de la UNESCO, y las excavaciones en el lugar han continuado desde entonces. ¡Todo un orgullo para nuestros amigos cántabros!