La muerte de la Reina de Inglaterra, Isabel II, a los 96 años, ha conmocionado al mundo. Pese a su avanzada edad, seguía siendo el gran icono para los ingleses, en la que se veían reflejados y en la que encontraban a su gran líder espiritual.
Desde que este miércoles se conoció su adiós repentino, los británicos lloran su marcha y se preguntan qué panorama político se dibujará en el país de aquí en adelante.
En Manchester reside Marcos Hernández, periodista puertollanero, que estos días está viviendo de cerca el sentimiento de los ingleses tras la muerte de la regente. “En el Reino Unido la reina es mucho más que simplemente la familia real, es un símbolo, la mayor y más apreciada institución”.
En este sentido afirma que “la sensación es de tristeza mayúscula”, más allá de los ideales políticos en los que cree la sociedad.”No importa ser monárquico o republicano, aquí la reina es mucho más que eso y su ausencia va a notarse mucho. Era una figura indispensable para este país”.
Sobre la figura de Isabel II, añade que “la reina era unión. En los difíciles tiempos que corren en el Reino Unido, con una profunda crisis política, social y económica, su fallecimiento hará de este país un lugar un poco más gris”, vaticina.
En la misma línea se pronuncia, Rachel Davy, gerente de la Escuela de Idiomas Mega English de Ciudad Real, donde vive desde el año 2002.
A Davy le gustaría “estar en estos momentos en Inglaterra porque se está viviendo un momento histórico”. Conocer la noticia supuso un “shock, porque aunque era una noticia que se esperaba, porque meses atrás ya tenía dificultades; no deja de ser la reina con la que hemos crecido”.
De Isabel II destaca “la estabilidad que ha aportado al país, llevándose bien con todos los políticos, buenos y malos que hemos tenido y creo que es un acontecimiento muy doloroso para el país”.
De ella recordará “sus ganas, su vitalidad, su alegría”, que se ejemplificaba en momentos como “su participación en las carreras de caballos”. De la monarca pone en valor “su discreción y su saber estar”. El legado que ahora recibe su hijo Carlos, eterno heredero al trono, espera que “sepa mantenerlo, trabajando como a ella le hubiese gustado”.
En Ciudad Real también vive el profesor, Jack Gibbard que llegó a España en la década de los 80. Para este ciudadano inglés “la muerte de Isabel II ha sido un acontecimiento muy importante, porque era algo más que una reina. Ha sido una persona muy carismática y muy respetada por todos los ciudadanos ingleses, más allá de las creencias políticas”.
“No creo que haya una gran revolución social ni constitucional, más allá de la conmoción y el impacto que ha causado la noticia”. El único debate que puede generarse, entiende, “sólo podría llegar en el resto de países que forman parte de la Commonwealth, donde el clima republicano tiene más peso”.
“Carlos no es su madre, que sí que era querida en todos los países que forman parte de la Commonwealth”. En países como Australia, Jamaica o Escocia, vaticina, “puede pasar que se dé cierto debate sobre la república”.
Al igual que Rachel Davy, Gibbard pone de relieve “la cercanía y la discreción de Isabel II”, enfatizando que el gran papel de la fallecida ha sido la de “ofrecer estabilidad. Ha tenido un saber estar impresionante, dando la sensación constante de poder confiar en su figura”.
Una visión distinta tiene Fergus, profesor de origen inglés residente en Puertollano, quien afirma que personalmente, “la muerte de la reina para mí no significa nada”.
“Soy republicano y espero que la muerte de Isabel sirva para plantear un nuevo modelo constitucional en el país”.
El último símbolo del siglo XX
Isabel II es considerada por muchos como el último gran icono pop, después de siete décadas siendo la monarca más longeva en el Reino Unido.
Retratada por Warhol, cantada por Lenon o los Sex Pistols, protagonista de infinidad de momentos televisivos y del cine con personajes como James Bond o Mr.Bean; Isabel II ejerció como el papel de modernidad que quiso aplicar sobre la nueva Inglaterra.
Sobre ella también se recordará su afición a la ginebra en la hora del almuerzo, su amor a los corgis ingleses y su afición a celebrar los goles del Arsenal.