La Dictadura supuso un retroceso significativo en el avance y desarrollo de este país, tanto político como social y culturalmente, con una gran pérdida de valores humanos, sin precedentes, tanto en derechos como en libertades. La Dictadura fue la represión y el sometimiento total de su ciudadanía al servicio del régimen, por la reparación del país y el coste de las deudas constreñidas con el fascismo. Tanto las industrias como el desarrollo en el tema agrario, quedarían paralizados. Con lo cual el labrantío todo, de norte a sur y de este a oeste, continuaría cultivándose como hacía siglos, con su yunta y con su arado romano, surco a surco y pisada tras pisada; con la utilización de las hoces en sus campos de siegas, la azada en sus riegos y el hacha para sus podas… por un módico trozo de pan duro, de racionamiento. No había más mecanización que el manejo de las dóciles acémilas y las desnudas manos, con las que empuñar la herramienta.
Hasta que, en los años 60 y sobrepasando la Posguerra y el Racionamiento, este país empezase a salir de su apatía y a dar muestras de recuperación: recuperación que radicaba principalmente, en la mecanización e industrialización de los cultivos; ese fue el principio de la modernización, del avance y del progreso agrario. Progreso y modernización, que puso en marcha y llevó consigo la gran migración poblacional de este país, (paralizada durante décadas). ¡Toda una estampida!, desde sus lugares de origen hacia las grandes ciudades en expansión, por sus industrias y servicios, principalmente hacia la construcción, la hostelería y el comercio: modernización sociocultural y reformas agrarias que, junto con la educativa o enseñanza obligatoria y el derecho al voto de la mujer, entre otras significativas propuestas, eran las reformas que llevaban en su programa la II República, en el año 36, cuando el Golpe Militar y La Guerra…
Como había apuntado, el retroceso fue total y ¡Generalísimo! en todos los aspectos para nuestro país. Una pérdida irreparable de tiempo y de vidas humanas sacrificadas en pro del fanatismo y la dictadura: ¡Terrorífico, y sin palabras! 40 años fue el cruento arresto, con sus constreñidas consecuencias; resultados que aún no hemos conseguido digerir, superar ni restablecer, a pesar de nuestra consolidada Democracia. España no empezaría a salir de su parálisis y de su aislamiento, y a tener cierta protección y seguridad gubernativa, hasta su entrada en la Comunidad Europea, (1986), ya que, en varias ocasiones se volvería a reincidir de nuevo sobre el golpe de estado. La historia se fue cumpliendo y fue dando sus pasos a su debido tiempo o en sus fechas indicadas: el 23 de febrero de 1981, se reincide en el golpe de estado encabezado por el Teniente Coronel de la G. C. Antonio Tejero; aunque, no obstante, éste mismo protagonista ya lo había intentado anteriormente, no llegando a perpetrarse, en la Operación Galaxia (1978, principios de la Transición). Dos días después, el 25 de enero de 1981, en la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, solicitaría el ingreso de España en la OTAN, siendo efectivo en 1982.