Almagro ha celebrado este sábado el día del encaje y la encajera. Casi 300 encajeras procedentes de distintos puntos de la geografía española, de Córdoba, Almería, Jaen, Cuenca, Toledo o Guadalajara, se han dado cita en la céntrica plaza Mayor en el XXIV Encuentro Nacional de Encajeras.
La jornada ha comenzado con la tradicional ofrenda floral en el monumento a la mujer encajera. Acompañados de la Banda de Música de Almagro, el alcalde, Daniel Reina, concejales del Equipo de Gobierno, vecinos y encajeras han recorrido la distancia de la plaza Mayor hacia la figura de la encajera. La concejal de Turismo, Marián Ureña, ha sido la encargada de depositar el ramo de flores en este querido monumento homenaje que se encuentra en una de las rotondas de la ciudad.
Para finalizar el acto, la agrupación musical ha interpretado la conocida canción de la mantilla de Almagro. A continuación, la comitiva ha vuelto a la plaza Mayor. La Banda de Música ha seguido tocando y amenizando el encuentro hasta la entrega de los diplomas y obsequios a todos los grupos participantes. Vilarrobledo, Lucainena de las Torres, Munera, Mancha Real, Mocejón, Guadix, Córdoba, Valenzuela de Calatrava, Campo de Criptana, Membrilla, Los Cortijos…son algunos de los puntos de procedencia de los participantes.
Incluso a última hora se ha sumado una encajera de Sevilla y un vecino de Orlando en Florida. Jorge Luis Garcia, puertorriqueño de nacimiento, pero que vive en estados Unidos, se ha sumado al taller de joyas con alambre y ha sido uno más en el encuentro. Jorge Luis, que aprendió el oficio en su país de origen, ha impartido cursos de encaje y siempre que puede, viaja a conocer y a aprender más sobre el oficio artesano.
La plaza Mayor también ha sido lugar de exposición y venta de las encajerías y tiendas de encaje de la ciudad, principalmente. Como novedad, se ha instalado al punto de demostración de técnicas de injerir encajes. Este año, además, se ha implantado el grupo invitado que ha recaído en las encajeras de Linares que ha recibido un regalo especial.
El Ayuntamiento de Almagro apostó por el mes de octubre para evitar en la medida de lo posible el calor de junio, pero, a pesar del cambio de fecha, el calor propio casi del verano se ha colado entre las almohadillas y encajes.
