La asociación cultural Miliarium de Albaladejo, que ha asumido el mecenazgo del yacimiento romano de Puente la Olmilla para hacerlo visitable en 2023, ha iniciado con el Ayuntamiento los trámites para comprar los terrenos colindantes a la suntuosa villa romana y musealizarla en el cincuenta aniversario de su descubrimiento.
Son dos hectáreas importantes para conseguir la titularidad pública de un yacimiento que tras la campaña de seis meses de este año “cada vez más gente siente como suyo. Estamos muy contentos de los avances, nunca habíamos visto la villa como está ahora”, dice Maribel Ballesteros, secretaria de la asociación que ha auspiciado seis meses de trabajo arqueológico, con apoyo de mano de obra local, en un año marcado por la crisis sanitaria del coronavirus.
Un caso casi único en el año de la pandemia
Puente la Olmilla ha sido uno de los pocos trabajos arqueológicos que han prosperado este verano, en el que la pandemia obligó a suspender la campaña del Gobierno de Castilla-La Mancha, paraguas de muchos proyectos que sin esas ayudas se han quedado en ‘stand by’ en 2020.
Esa condición de caso casi único en la provincia también la valora el arqueólogo José Luis Fuentes que forma parte del trío científico al frente de la recuperación de la villa con Luis Benítez de Lugo y Manuel Moreno, además de los servicios arqueológicos de Oppida. “El yacimiento estaba muy dejado hasta que lo retomamos nosotros a partir de 2016 y sobre todo el año pasado; los seis meses de trabajo de esta campaña han sido muy fructíferos”, asegura.
Ayuntamiento y asociación recurrirán a planes de empleo subvencionados por el Gobierno de Castilla-La Mancha para seguir investigando en una campaña 2021 que puede ser la definitiva para consolidar las estructuras y desvelar nuevos misterios.
Otro plan de empleo y un taller de recualificación
¿Cómo lo harán? Miliarium ha solicitado un ‘plan de empleo covid’, es decir, una subvención dirigida asociaciones para la contratación de hasta diez personas desempleadas en situación de exclusión social por los efectos de la pandemia (ya lo han formalizado ante la consejería correspondiente). En paralelo el Ayuntamiento ha cursado la solicitud de un taller de recualificación profesional de arqueología y restauración, también para contratar a diez personas.
La villa de los mejores mosaicos
“Si se aprobaran los proyectos íntegros estaríamos hablando de veinte personas implicadas en el trabajo en la villa”, subraya Fuentes, a complementar con la dirección técnica y el trabajo voluntario de estudiantes de arqueología en verano, manos muy necesarias para seguir desentrañando la magnificencia de esta villa de la que han salido algunos de los mejores mosaicos romanos del Museo de Ciudad Real.
En este mes de diciembre Puente la Olmilla, en la que ya se intuye la cimentación y el suelo de muchas de las estancias, ha quedado vallada y sellada para continuar el año que viene, mientras en el laboratorio se analizan los hallazgos. Los mejore tienen que ver con la estructura en sí de la villa, que podría ser más grande de lo que se pensó en principio.
La villa se va pareciendo a lo que fue
“Este año hemos encontrado el lagar, la bodega, el sitio donde hacían vino con restos de prensa, contrapesos y cubetas del mosto de primera decantación. Unos resultados relacionados con la zona de transformación agraria muy interesantes, además de los restos de la producción de aceite, que ya se elaboraba aquí en los primeros siglos de nuestra era”, subraya Fuentes.
En cuanto a materiales han seguido apareciendo calderos de cobre y bronce relacionados con la vida cotidiana. Y las prospecciones del georradar han detectado “un conjunto de edificios al oeste en los que creemos que están las termas. Tenemos un conjunto de siete ambientes, otra zona suntuaria de la villa, con pinturas en las paredes y estucos en el suelo, que nos dicen que se encontraban en ambientes de más lujo de la vivienda”
Además han detectado restos de un gran edificio que no saben si cronológicamente pertenece a la villa o es de una fase anterior, “quedan muchas incógnitas por desvelar”.
Activa entre los siglos I y V d.C
Puente la Olmilla, como se la conoce ahora, era una lujosa villa dominical [de un señor, ager mentesanus], con una superficie excavada en la que se distribuyen cuarenta y cinco estancias o ambientes. Su planta con forma ortogonal se desarrolla en torno a un amplio peristilo (patio) con pórticos que obedece a un diseño que evolucionó desde el siglo I d.C hasta el V, fecha de su posible abandono. En esta residencia se encontraron en intervenciones en los años setenta y ochenta doscientos treinta y ocho metros cuadrados de mosaicos de pavimento polícromos que adornaban algunas de las estancias de representación.
