Los pueblos de Argamasilla de Alba y de La Solana, así como sus respectivas cofradías de Nuestra Señora la Virgen de Peñarroya, celebran este fin de semana en torno a su patrona, como es sabido en la comarca desde tiempos inmemoriales llegado el mes de septiembre. En esta ocasión, el acto de entrega de la imagen ha contado con la asistencia del presidente de la Diputación de Ciudad Real, Miguel Ángel Valverde, quien ha felicitado a las dos regidoras municipales, Sonia González y Luisa María Márquez, y a las hermandades por la devoción y solemnidad con que se cumple con la tradición.
No ha dudado en compartir Valverde, cuya presencia ha coincidido con la conmemoración del 825 aniversario del hallazgo de la imagen en el castillo, este emotivo momento como un romero más con el pañuelo al cuello, que le ha sido impuesto por la primera edil argamasillera y vicepresidenta del Área de Impulso Económico y Territorial a la Provincia y Reto Demográfico en la institución provincial.
Valverde, que ha tenido la oportunidad de conocer con más detalle la historia de la Virgen, del santuario y de su entorno de la mano de González, ha vivido el momento con satisfacción e interés, al igual que la gran cantidad de vecinos y vecinas de ambas localidades que conviven y realizan un rito religioso que permanece intacto desde hace muchos años.
Ayer la atención se centró en el pueblo de Argamasilla de Alba y sus vecinos y vecinas, quienes no dudaron en acompañar a su Protectora a lo largo de los 12 kilómetros que separan la iglesia parroquial de San Juan Bautista del Castillo de Peñarroya.
La alcaldesa de la localidad, la concejala de Festejos y Deportes, Clara Hidalgo, el párroco Ángel Moreno y el hermano mayor de la Virgen, Cristóbal Jiménez, así como varios miembros del Equipo Municipal de Gobierno, acompañaron en el recorrido a la patrona. Con la partida de su benefactora, en el municipio se consideran finalizas las fiestas en honor a la Virgen de Peñarroya.
Hoy domingo, la imagen cuya advocación mariana es compartida por ambos municipios, partirá hacia La Solana para ser honrada por sus devotos, como ocurre cada año, ya que permanece en los dos pueblos que la veneran durante cuatro meses. En el período restante para completar el año, otros cuatro meses, ocupa un lugar destacado en su santuario, el Castillo de Peñarroya, donde le elevan plegarias o acuden en acción de gracias no sólo fieles de las dos localidades, sino numerosas personas venidas de pueblos de la comarca.