En medio de la llanura manchega entre cerros de origen volcánico, la Ruta Jacobea de los Calatravos traslada al peregrino a la Edad Media al caminar por las cañadas históricas. El Camino de los Calatravos nació en mayo de 2010, cuando dos peregrinos partieron desde la ermita de la Virgen del Socorro de Argamasilla de Calatrava para abrir un nuevo camino que “defiende” y “pone en valor” el patrimonio trashumante.
Victoriano Arias y Joaquín Castellanos, tío y sobrino, idearon una ruta de más de 600 kilómetros que utiliza las Cañadas Soriana y Riojana antes de unirse al itinerario cultural e histórico más importante de Europa. Los dos vecinos de Argamasilla de Calatrava terminaron la ruta por el Camino Francés hasta Santiago de Compostela a través de Santo Domingo de la Calzada.
Posiblemente, en la actualidad, de todos los Caminos de Santiago, el de los Calatravos sea uno de los menos conocidos, pero eso no le quita valor. En esta ruta, el campo manchego nota la presencia de las Órdenes de Calatrava, Santiago y Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, aparte del matiz cervantino.
Así pues, en algunas zonas va unida a la Ruta de Don Quijote, donde los peregrinos pueden contemplar los paisajes, las ventas y los molinos descritos por Cervantes en sus largas caminatas, aparte de pueblos cargados de historia y monumentos, habitados por gente de “trato amable”. Después, al cruzar tierras sorianas, “te acuerdas de los tiempos de Almanzor, ya que los pueblecitos siguen cargados de historia”.
El Ayuntamiento de Argamasilla de Calatrava, que tiene especial interés de potenciar el turismo, insiste en que esta ruta cruza “por parajes naturales muy desconocidos, pero de gran belleza natural, y por localidades que muchas de ellas tienen un gran valor histórico y cultural”, muchas no incluidas en las rutas turísticas habituales.
Un moderno pueblo manchego
Con una población de más de 6.000 habitantes, Argamasilla de Calatrava es “un moderno pueblo manchego”, con patrimonio y buenas comunicaciones, gracias a la autovía A-41 y la cercana estación de alta velocidad en Puertollano. El término es totalmente llano a excepción de la zona situada más al sur, donde algunos cerros llegan a alcanzar los 974 metros en el llamado paraje Valle Largo (Huerta de Ocaña) y 958 metros en el paraje Sierra Alta (Peñón del Fraile).
Aunque ha desaparecido gran parte de su antiguo patrimonio, dos ventas manchegas y algunos edificios, destaca su Iglesia Parroquial de la Visitación de Nuestra Señora y la Casa de la Inquisición. La ermita de la Virgen del Socorro de estilo neoclásico cuenta con un Museo Etnográfico, con una colección de piezas del siglo XX, como aperos y utensilios agrícolas y de la vida cotidiana. También, como muestra de edificación industrial, hay una antigua alcoholera.
Pero la historia de esta población es antiquísima. Argamasilla de Calatrava fue lugar de asentamientos prehistóricos y cerca de la población existe una tumba megalítica de la Edad de Bronce llamada la ‘Sala de los moros’, en el paraje denominado Turruchel.
El futuro geoparque de complejos volcánicos
En otro orden, Argamasilla de Calatrava es hoy un municipio que cuenta con interesantes oportunidades de aprovechamiento científico y económico, con la posibilidad de desarrollar actividades sostenibles como el senderismo, el turismo de naturaleza, el birding (observación de aves) o el geoturismo. Trece volcanes, tres lagunas, dos dehesas y una interesante comunidad de aves esteparias constituyen sus tesoros ocultos.
Una parte del término municipal de Argamasilla de Calatrava queda incluida dentro de la zona de protección del Monumento Natural del Macizo Volcánico de Calatrava. Los parajes conocidos como El Águila, Cerro Negro, Laguna Blanca, Cabeza Parda, Lomillos, Carboneras y Los Lomillos, así como, Sur de las Mesas, La Colmenilla y La Vaqueriza, formaran parte del futuro geoparque con el resto de complejos volcánicos de la provincia de Ciudad Real.
Las fiestas y la gastronomía
Ricas y variadas son las fiestas en Argamasilla de Calatrava, la mayoría de ellas de gran interés tradicional, cultural, artístico y turístico. Las hay relacionadas directamente con usos y costumbres agrícolas y ganaderas, como es la festividad de San Antón que conlleva la bendición de animales y la de San Isidro con romería, desfile de carrozas, monturas y fiesta local.
Otras son de carácter más etnográfico y cultural, como las Jornadas de la Cultura Rabanera, con feria de muestras de productos, artesanía, colecciones y tradiciones locales. Pero en su gran mayoría son netamente religiosas: Santos Mártires Quirico y Julita, San Blas, Semana Santa, Corpus Christi, San Juan, Virgen del Carmen y las fiestas patronales en honor de la Virgen del Socorro, sin olvidar el Carnaval de gran raigambre en la localidad.
Por último, su gastronomía es típicamente manchega, aunque con alguna influencia por su cercanía a Andalucía, el pisto manchego, las gachas, las migas de matanza, el asadillo de pimientos, la caldereta de cordero, el ajo de patatas y setas, dulces de sartén como las flores, las tortillas estiras y los rosquillos, aparte de los mantecados, las natillas y el tocinillo de cielo.
