Pregunta: El Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha acaba de cumplir 40 años. ¿Cuáles han sido los principales avances económicos de la región durante todo este tiempo?
Respuesta: La economía de Castilla-La Mancha representa en torno al 3.5% del PIB nacional, manteniendo un peso similar en los últimos 20 años. En el ejercicio 2021 la producción regional fue de 42.286 millones de euros. En cuanto al PIB per cápita, que es un buen indicador de la calidad de vida de los ciudadanos, en Castilla-La Mancha (2021), fue de 20.655 euros, frente a los 27.870 euros de PIB en España. Solo por delante de Extremadura, Canarias y Andalucía. En este período hemos experimentado un crecimiento económico medio similar al del conjunto de la economía española. Lo mismo ha ocurrido con la población que crece en la misma proporción que la media nacional. Esto explica que la renta per cápita de nuestros ciudadanos, si bien ha crecido de forma importante, lo ha hecho en una proporción similar a la media española. Este crecimiento paralelo ha provocado que las divergencias en términos de PIB per cápita no se hayan reducido. La renta per cápita de Castilla-La Mancha representa en la actualidad en torno al 75% de la media española. Este es uno de los grandes retos de futuro, reducir el diferencial.
El nuevo siglo supuso un revulsivo demográfico para Castilla-La Mancha, que deja de ser una tierra de emigrantes, para convertirse en un foco de atracción de inmigración interior y extranjera. Durante la década de 2001-2011, la población se incrementó en un 20,5% (360.281 habitantes más), 6 puntos más que la media española, a un ritmo claramente superior al resto de regiones de interior, aunque en los últimos diez años este proceso se ha ralentizado e incluso revertido.
La región se beneficia de una privilegiada situación geográfica entre Madrid, Andalucía y las comunidades levantinas lo que permite un acceso directo y fácil a más del 50% de los consumidores españoles. Esto ha permitido colocar a Castilla-La Mancha como un centro de actividades logísticas y de distribución de primer orden, no solo a nivel nacional sino también a nivel internacional. En este sentido, el papel que puede jugar el aeropuerto de Ciudad Real debe ser ponderado en contexto de colaboración público-privado de la infraestructura.
La expansión de la alta velocidad ha favorecido la integración de Castilla-La Mancha en el sistema de comunicaciones nacional y europeo, aunque la disposición radial limita las posibilidades de cohesión interna. La región cuenta con la red de alta velocidad más extensa, 771 kilómetros de longitud en vías electrificadas de ancho internacional (UIC), casi un tercio del total del país y es la única comunidad no uniprovincial con todas sus capitales conectadas, junto con Cataluña. Se trata de un factor clave de competitividad (especialmente, en términos de movilidad del capital humano), que contribuye a la calidad de vida (ahorro de tiempo y mayor seguridad) y a la movilidad sostenible (como alternativa a medios de transporte privado).
Castilla-La Mancha es una región líder en energías renovables, fotovoltaica y eólica. Es energéticamente autosuficiente y dispone de un mix energético diversificado que abastece al sistema nacional y posibilita una menor dependencia de energías fósiles.
Castilla-La Mancha se caracteriza a nivel sectorial por un nivel de terciarización inferior a la media española, indicativo del grado de desarrollo de una economía postindustrial. La menor terciarización se debe al mayor protagonismo tanto de la agricultura como de la industria en la región. El sector agrario representa en tono al 7% de la actividad económica, frente al 2% en media nacional. Asimismo, la industria, tanto manufacturera como extractiva, tiene mayor peso que en el conjunto de España al concentrar un 20,5% del VAB de la región frente al 17,5% a nivel nacional. No obstante, este diferencial se está reduciendo debido particularmente al mayor empuje de las actividades inmobiliarias, el comercio y las administraciones públicas que registran unos crecimientos medios anuales superiores a los presentados en la media nacional. En todo caso, Castilla-La Mancha posee un sector industrial dinámico y es responsable de la expansión del sector exterior. La región destaca en la industria aeronáutica, en manufacturas de textil y calzado, sector metalmecánico, cerámica estructural y madera y mueble. Los polos aeronáuticos de Illescas y Albacete posicionan a la región en el mapa industrial tecnológico nacional e internacional.
El sector agrario combina una productividad y especialización superiores a la media nacional. Especialmente, ocupa un lugar de privilegio, no solo a nivel nacional, en producción vitivinícola, pero también destaca en sectores como la carne procesada, el queso y productos lácteos, el aceite de oliva y últimamente en la producción de frutos secos. No obstante, la modernización del sector conlleva, en muchos casos, el abandono de territorios y la desaparición de los paisajes tradicionales, mermas en la biodiversidad y sobreexplotación de recursos hídricos. Cuestiones como la expansión urbanística de Madrid que alcanza ya ciertas zonas de nuestra Comunidad, los efectos de los trasvases en un contexto de cambio climático que supone una grave amenaza ecológica y económica, que agravan la aridez del territorio y condicionan el uso turístico de naturaleza y cultural de los territorios, son elementos que habrá que internalizar en un plan estratégico de desarrollo de nuestra Comunidad. El reto de enfrentarse a estas amenazas debería convertirse en un factor de desarrollo: la agricultura ecológica y el fomento de prácticas agrícolas sostenibles, la gestión ambiental y social del agua, afianzar el papel como referente nacional en energías renovables o el impulso de la economía circular son fortalezas de futuro para la región.
Los costes laborales de Castilla-La Mancha son menores que los del conjunto nacional lo que permite impulsar la competitividad exterior de los productos y servicios, en un momento de inflación.
Castilla-La Mancha cuenta con unas 130.000 empresas, lo que equivale al 4% del conjunto nacional. El tejido empresarial se caracteriza por el predominio de empresas sin asalariados y PYMES, siendo muy residual la representatividad de las grandes empresas.
P: ¿Si tuviese que quedarse con 3 hitos logrados en materia económica, con cuáles se quedaría?
En primer lugar, un sector agrario moderno y desarrollado, con una alta productividad. Castilla-La Mancha destaca por la alta productividad y especialización del sector primario, pero debemos impulsar acciones de formación, innovación y creación de empresas tanto en el sector industrial como el de información y comunicaciones, y del comercio. En resumen, la región está especializada frente al conjunto nacional en las ramas de actividad relacionada con el sector agroalimentaria, en el suministro de energía, el calzado y el transporte y las comunicaciones.
Destacable es también el esfuerzo exportador de las empresas. El 95% de las exportaciones de Castilla-La Mancha se concentran en 4 sectores: alimentos, semimanufacturas, bienes de equipo y manufacturas de consumo, con un alto potencial de generación de valor añadido. En los últimos años se observa un ascenso relevante de la industria alimenticia. Este comportamiento debe convertirse en fortaleza si somos capaces de profundizar en la incorporación de empresarios jóvenes al sector agroalimentario, con iniciativa, criterio, capacidad y formación. Debemos hacer de necesidad virtud y obtener de esa participación relativa mayor en el Valor Agregado Bruto (VAB) regional de la que antes he hablado, modernizando el sector, haciendo una gestión eficiente del agua, creando laboratorios de calidad y alimentación, fomentando tecnologías agrarias punteras y desarrollando proyectos de productividad veterinaria.
El tercer hito reside en que gran parte del desarrollo regional se debe a que hemos sido grandes beneficiarios de los fondos estructurales y de cohesión desde nuestra incorporación a la Unión Europea, lo que ha contribuido a financiar gran parte de la formación de capital público de la Comunidad, aunque los esfuerzos en inversión pública endógena destinada a vertebrar el territorio castellano-manchego ha comenzado de forma muy tardía y con escasa financiación.
Añadiría un cuarto hito, como es la creación y desarrollo de la Universidad regional, la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que es uno de los pilares fundamentales dentro de la red de fomento de la I+D+i. En la región hay también centros de dos universidades públicas (UIMP y UAH) y varios centros de la UNED, pero tienen un peso menos significativo en el sistema de I+D+i autonómico. Entre sus áreas de investigación más destacadas se encuentran el medio ambiente, las energías renovables y las investigaciones biomédicas y veterinarias.
P: ¿Y en materia fiscal?
En Castilla-La Mancha la relevancia del sector público es incuestionable, tanto en términos presupuestarios como de ocupación. El 16% de los ocupados trabajan en el sector público frente a 13% como media en España, siendo una de las causas que explican el mayor peso del sector público autonómico respecto a la media nacional, ya que representa en torno al 22% del PIB regional frente a 17% en España.
P: Durante estos 40 años, ¿alguna vez se han puesto en contacto con ustedes, como expertos en la materia, representantes políticos para pedirles consejo en materia económica o financiera?
R: Efectivamente, en mi caso, ha habido, por la materia en la que estoy especializado, contacto con los sucesivos gobiernos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para analizar, estudiar y valorar las necesidades financieras regionales en el modelo de financiación autonómica con el fin de defender nuestra posición como Comunidad en las negociaciones para revisar ese modelo. No hay que olvidar que somos beneficiarios netos del Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales y defender unos criterios de reparto de esos fondos razonables para Castilla-La Mancha es crítico para conseguir un equilibrio en el Presupuesto de la Junta al mismo tiempo que se prestan unos servicios públicos sociales de una calidad homogénea a los que se prestan en otras regiones.
