Durante la cerca de hora y media que duró su actuación, Martín, que durante esta última época está triunfando gracias al informativo matinal ‘Para ahorrar tiempo’, a través de su perfil de Twitter y TikTok, ofreció un espectáculo redondo, donde no faltaron los toques de comedia, las reflexiones, la ocurrencia, la hipérbole, la agilidad mental y esa ironía tan característica del artista barcelonés, aunque siempre consciente del mensaje y el trasfondo que realmente quería transmitir: Todas las ideas tienen diferentes puntos de vista; hay que sentir las emociones; es importante que tu yo del presente le allane el camino a tu yo del futuro e imagina qué es lo que quieres en la vida y decide si eso es realmente lo que quieres.
Mediante un interesantísimo monólogo, que versó sobre lo cotidiano, lo del más allá y lo mundano, Martín intentó que el público reflexionase sobre la vergüenza, el miedo, los agobios, la impaciencia y de lo que realmente importa dentro de un mundo cada vez más estereotipado y superficial. Todo ello cimentado en clave de humor, pero arropado por una terapia emocional y psicológica para abordar, por unos minutos, esa locura que todos tenemos guardada muy dentro y que en algún momento puede empezar a aflorar.
El humor desplegado por Martín y su saber estar sobre las tablas van más allá del mero chiste, pues es inteligente, ágil y elocuente, por ocasiones mordaz, consiguiendo conectar desde el primer momento con el público.
Por un momento, ese punto de cordura o locura mental que todos tenemos y necesitamos, estuvo muy presente dentro de un espectáculo que ya ha recorrido con gran éxito una gran parte de los teatros, salas y auditorios españoles .
Y es que Ángel Martín, gracias a su profesionalidad y al poder de la palabras, supo transmitir a los más de ochocientos ‘locos’ que llenaron el teatro Quijano su manera de ver la vida, una vida en la que, en ocasiones, nuestras cabezas se dejan influir por las voces de la vergüenza, los agobios, el miedo y la impaciencia.
‘Punto para los locos’ es un monólogo cuyo germen debe su origen, en gran parte, al libro ‘Por si las voces vuelven’ escrito en el año 2017 y en donde el autor narra que tuvo que ser internado durante dos semanas tras sufrir un brote psicótico.
Ángel Martín cerró el espectáculo con su ya célebre: “Mírame, mírame a los ojos, te quiero”, en medio del aplauso cerrado del respetable.