El pasado martes el Ayuntamiento de Ciudad Real puso en marcha la conocida como “Mesa del Frío”, en la que se llevó a cabo una reunión con el fin de coordinar a las entidades que integran el Plan de protección de personas sin hogar por fenómenos meteorológicos adversos.
En esta reunión participó la concejalía de Seguridad Ciudadana, Cruz Roja, los servicios sociales, Cáritas y Protección Civil. En ella, ha explicado la concejal del ramo, Aurora Galisteo, “decidimos darle una vuelta a al Plan de protección con el que cuentan los servicios sociales del Ayuntamiento, con el objetivo de hacerlo un poco más abierto, más flexible a la hora de abrir el Centro para atención a personas sin hogar
que tenemos en la calle Borja y que, como saben ustedes, lo gestiona la consejalía de Servicios Sociales”.
Los principales cambios que se han introducido respecto a años anteriores, es la apertura a partir de los seis grados, uno más de lo que había establecido; el otro cambio, será la puesta en marcha del protocolo atendiendo a las alertas metereológicas de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Es decir, aunque la temperatura no caiga hasta los seis grados o por debajo, pero sí hay una alerta por fenómenos adversos, se procederá también a la apertura del Centro.
Durante la pasada noche, ha explicado la concejal, el Centro ya ha permanecido abierto, como también lo estará hasta el próximo jueves, día en el que se revisarán las previsiones metereológicas, contemplando la posibilidad de mantenerlo abierto durante los días sucesivos.
El Centro, ha recordado Galisteo, tiene capacidad para diez personas, invitando a que todo aquel que lo necesite, “recurra a este recurso que en muchas ocasiones se queda sin usar”, como así sucedió en el primer día de su apertura el pasado 6 de noviembre.
Durante el pasado verano, el Centro abrió tres días en el mes de julio y cuatro en el mes de agosto; tres días más que en el verano 2022. La ocupación, ha comentado la edil “ha sido escasa”.
Ciudad Real avanza en el mapeo de personas sin hogar
El Ayuntamiento de Ciudad Real ha participado en la prueba piloto para mapear a las personas sin hogar. En la noche del 17 al 18 de octubre, 56 personas voluntarias, procedentes de los ciclos formativos del grado superior de Integración Social y de atención a personas en situación de dependencia del Instituto Atenea, Cruz Roja, miembros de la unidad de emergencia social, además de los técnicos del Centro de atención Jericó de Cáritas, rastrearon a las personas que pernoctaban en la calle de Ciudad Real.
El mapeo, ha explicado Galisteo, comenzó a las 22:00 horas y finalizó sobre la 1:00 de la madrugada. “Se desarrolló con total normalidad, sin ningún incidente reseñable”. Para el recuento se empleó una aplicación informática suministrada por el ministerio, en cuyo cuestionario se detectó un error, “que gracias a nuestros voluntarios pudo trasladarse para el resto de España”.
Los datos del mapeo, llevado a cabo en Ciudad Real, Valverde, Las Casas y la Pueblachuela, permitió localizar a 29 personas sin hogar, que pernoctaban tanto en el centro de acogida como en las calles.
El perfil de los sintecho de Ciudad Real, arroja que la mayoría son hombres (24 de las 29 personas detectadas), con un rango de edad que oscila entre los 27 y los 70 años, siendo la edad media de 50 años. De ellas, 19 son de origen español, 8 son extranjeras y 2 no pudo determinarse su procedencia por no participar en las encuestas.
El objetivo, ha recordado la concejal, “es el de sentar las bases para una propuesta y adoptar una metodología de trabajo consensuada y común para el análisis de estas situaciones de exclusión residencial que tenemos en nuestro país”. “Queremos que esta metodología pueda ser aplicada en diversas ciudades, comunidades autónomas y que además contemos con datos fiables para ser mucho más eficaces en nuestros tratamientos de los casos detectados”.
En estos momentos, desde el Ayuntamiento de Ciudad Real ya se está trabajando en la de caracterización de las personas sin hogar, analizando sus condiciones de vida, las causas por las que han llegado a la calle, el nivel formativo de estas personas y el uso que hacen de los servicios y prestaciones públicas.