En la provincia de Ciudad Real casi 400 veterinarios forman parte del Ilustre Colegio de Veterinarios de Ciudad Real. Todos ellos son profesionales que no quedan únicamente ligados al cuidado doméstico de mascotas, sino que son vitales para la supervisión de alimentos o el cuidado de las grandes explotaciones ganaderas en todo el país.
P: Cuénteme, ¿qué situación tiene ahora mismo el Colegio de Veterinarios de Ciudad Real?
R: La realidad es que en Ciudad Real somos una institución con una motivación y realmente una profesionalidad enorme. Todos los componentes que forman parte del Colegio son compañeros y compañeras que conocen la profesión y saben realizar su trabajo. Estamos muy orgullosos de que esto sea así y desde el Colegio lo que tratamos es de formar, informar y sobre todo también proteger desde el punto de vista de la profesión nuestra actividad.
Tenemos un código deontológico muy fuerte y lo aplicamos. Esto es algo que debe conocer la sociedad. Desde aquí reivindicamos que el veterinario es un profesional sanitario que puede ayudar en la salud y también en el bienestar de los animales y tenemos que concienciar sobre ello.
Tenemos ya más de 115 años de historia; por cierto, ahora la institución veterinaria celebra su centenario. Desde 1923 todos los Colegios Veterinarios de España se unieron y realmente esto es un motivo de orgullo porque además no solamente aseguramos la salud de los animales y la sanidad en las explotaciones ganaderas, sino que también aseguramos la salud humana, porque nosotros somos fundamentalmente sanitarios. Estamos evitando que las personas se puedan sufrir zoonosis, la rabia, o la tuberculosis, y por otro lado estamos asegurando la calidad y la sanidad de los alimentos que producen estos animales.
En la provincia de Ciudad Real somos casi 400 profesionales, en España somos alrededor de 30.000 veterinarios y entonces estamos todos en esa idea de la vigilancia de la salud pública a través de la salud y el bienestar de los animales y esto muchas veces no se tiene en cuenta porque no interesa porque es más cómodo otro tipo de atajos que no nos llevan a esa protección animal y de salud pública.
P: ¿Están llegando nuevos veterinarios?
R: Tenemos más de doce facultades en España y realmente la profesión veterinaria es muy demandada. Los veterinarios somos responsables de muchas cosas y tenemos muchas posibilidades de hacer muchos tipos de trabajo. No todo va a ser el trabajo en el centro veterinario con el animal de compañía. Nosotros tenemos una capacidad para trabajar como veterinarios de explotaciones ganaderas, siendo responsables de la salud y del bienestar de los animales de producción y que además pues también estamos vigilantes a nivel medioambiental. Somos los garantes de la calidad y la sanidad de los alimentos. Podemos estar también en todo lo que supone la vigilancia medioambiental y todo lo que supone la vigilancia de las enfermedades que puedan afectar al hombre. Tenemos muchas capacidades.
En muchas ocasiones el estudiante que empieza veterinaria llega con esa idea de “me gustan los animales”, etcétera, pero luego cuando se desarrolla toda la titulación se descubren todas estas posibilidades.
P: Hace unos días se implantaba en Galicia el MIR de veterinarios, una reivindicación histórica. ¿Cómo les va a afectar su puesta en marcha?
R: Este tipo de competencias depende de cada una de las de las autonomías, que son las que desarrollan las carreras profesionales de la manera que creen más conveniente. Nosotros siempre estamos demandando a la administración que el veterinario funcionario puede ser un profesional que esté totalmente incorporado por su puesto a la actividad agrícola, ganadera, sanitaria, etcétera, pero yo creo que ahí lo que demandamos es una colegiación obligatoria de todos los compañeros tal como pasa en enfermería o en medicina, porque realmente esos veterinarios están cumpliendo una labor pública. No obstante, todo lo que sean iniciativas de la administración que potencien la profesión veterinaria, bienvenidas sean.
Nosotros demandamos y hemos demandado a la Junta de Comunidades la obligatoriedad de la colegiación de todo el personal veterinario que está desarrollando esta labor profesional. Creo que eso se debería potenciar para evitar situaciones como el intrusismo.
P: Alguna vez han denunciado ese intrusismo laboral, ¿cómo es posible este tipo de prácticas en una profesión tan especializada como la suya?
R: Existe ese intrusismo por el propio devenir del pensamiento de la sociedad que cree que con un curso por Internet o consultando Google se equipara a un profesional veterinario que ha tenido cinco años de preparación en la facultad y que tiene un bagaje de experiencia. Cualquier problema que se tenga con un animal, hay que ir a consultar con un veterinario que es el que más va a saber y si no es capaz de resolver el problema, va a ser capaz de guiar a esa persona para que sepa dónde tiene que ir a que lo solventen.
Nosotros estamos demandando desde hace mucho tiempo que los centros veterinarios sean centros sanitarios porque son así. Toda la actividad que se desarrolla en estos centros con los animales de compañía pueden afectar a la salud pública, además de por toda la tecnología que se disponen en estas consultas.
P: Ley de Protección y Derechos de los Animales. Han sido muy críticos con ella, ¿por qué?
R: En primer lugar, se establecen unos comités de control que no sabemos quiénes los van a conformar. Parece que van a ser profesionales sin ningún tipo de formación que va a fomentar el intrusismo y que la sociedad tiene que saber que nos vamos a poner en manos de no profesionales. Vamos a estar en manos de personas que desconocen la materia. Nosotros hemos presentado las alegaciones pertinentes para que esto se modifique, pero no hemos sido escuchados, hemos sido obviados y realmente no estamos satisfechos con esta normativa porque pensamos que había ya normativas suficientes a nivel de comunidades autónomas o a nivel nacional que recogían o que podían recoger todos los aspectos que ahora quieren abordar desde el Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030, que no tiene nada que ver con los animales.
En esta nueva Ley de Bienestar animal aparecen condicionamientos que se van a tener que cumplir a la hora de poder disfrutar de un animal de compañía. En definitiva, pensamos que es una Ley totalmente nefasta y puede ser bastante negativa. Tenemos que seguir negociando con el ministerio porque no nos va a quedar otra.
P: En general han sido críticos con la confusión que esta nueva Ley genera en cuanto a los derechos animales equiparándolos a los de las personas.
R: Sí. Al final se hace caso a la dinámica social. Existe una presión que tiene muchos intereses económicos de por medio y se construye alrededor de ella. Lo que nace como una idea, va calando en la sociedad y actualmente existe un antropomorfismo animal que en muchas ocasiones es exagerado y absurdo, ya que no nos deja diferenciar realmente cuáles son los criterios de actuación con un animal o con una persona, situándolos al mismo nivel.
Si esta situación no se explica adecuadamente puede ser muy peligroso para el desarrollo social y creo que esto es importante y debe calar en la sociedad. Los animales tienen sus propias características y cada especie tienen las suyas. El antropomorfismo es muy negativo porque ya va a llegar el momento que no vas a saber dónde pones el límite de protección de un animal con respecto a una persona.
Desde el punto de vista profesional, el Bienestar animal son situaciones mucho más cotidianas y de sentido común. Bienestar animal no es ponerle un vestidito a un perro o tener un perro de 40 kilos en 50 metros cuadrados en una casa. Bienestar no es sacar a pasear a un perro atada a una bicicleta, en un carrito o en el pecho como si fuese un bebé. Son situaciones de confundir a los animales con personas que realmente son absurdas, aunque decirlo sea políticamente incorrecto.
Bienestar animal es cumplir con el programa de vacunación, desparasitar cuando corresponde o tenerlos identificados adecuadamente. Por ponerte varios ejemplos, en la región pensamos que solo un 40% de los animales que existen están censados. De estos, sólo un 40% cumple con la vacunación que es obligatoria desde 2014. Esta media en Castilla-la Mancha apenas superan el 30 por ciento. Entonces son cosas que realmente hay que seguir y hay que concienciar a la sociedad, también a la administración. Los controles hay que hacerlos porque esta vigilancia sí es el bienestar animal.
P: Intuyo que mucha gente que adquiere un animal no mide bien todo lo que conlleva. ¿Qué sensación tienen en el Colegio de veterinarios?
R: Cuando se decide tener una mascota tienes que tener claro que se tiene una responsabilidad económica, una responsabilidad social, una responsabilidad con el propio animal y luego también es un tema familiar. Si tú no has valorado todo eso antes de entrar una mascota en casa, seguro que por alguna parte fallas. Tener un animal es para siempre, hasta que fenezca. De esto hay que ser conscientes y responsables.
Una mascota no es un capricho y en eso siempre incidimos mucho desde el Colegio. Esto no es una competición de a ver cuántos animales tengo, sino de cuántos animales puedo tener en condiciones.
