La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha empezado a celebrar juicios a puerta cerrada, sin público, para evitar contagios por el coronavirus ante el escenario de “contención” que se ha agravado en España en los últimos días.
La decisión la ha adoptado este miércoles el tribunal de la sección segunda en un juicio por estafa, a la espera de que el Consejo General del Poder Judicial tomé una decisión para todos los órganos judiciales de España.
Una estafa de 2017
Los acusados en este caso vienen de Barcelona (los trasladaron hace días desde cárceles catalanas a Herrera de La Mancha, para facilitar la celebración del juicio), se trata de J.M.L.G., de 43 años, condenado en hasta diecisiete sentencias por estafas en toda España; y S.F.S., su cómplice, con antecedentes por robo y lesiones.
En Ciudad Real se enfrentan a penas de 3 años de prisión y nueve meses de multa (J.M.L.G.) y a 2 años de prisión (S.F.S.), por estafar 3.000 euros a un vecino de Puertollano que los pagó como plazo por la compra de un coche que anunciaron en la web milanuncios.com.
“En internet no hay más que estafas”
El perjudicado, que admite que se ha despedido de los 3.000 euros, confía en que su caso sirva para evitar que estas personas salgan de prisión y evitar que engañen a más consumidores.
La fiscalía considera probado que en septiembre del año 2017 los acusados, ahora enemigos declarados (en el juicio ha habido más presencia policial para evitar que se enfrenten), se pusideron de acuerdo para anunciar por internet la falsa venta de un Ranger Evoque de segunda mano por 13.000 euros.
El hombre de Puertollano, que antes de esto había comprado otros productos por internet y a día de hoy lo sigue haciendo, según ha explicado a Lanzadigital.com, llamó al teléfono de contacto interesándose por el coche. Uno de los acusados le explicó que había otra persona interesada y le apremió para entregar una señal: 3.000 euros, que ingresó en la cuenca que le facilitaron el 12 de septiembre de ese año.
Le enviaría el coche en una grúa
El presunto estafador le dijo que enviaría el coche en una grúa y al ver que pagaba, siguió tratando de captar más dinero del perjudicado, al que le pidió que abonase la mitad del precio del vehículo si quería que se lo mandarán. Pero la víctima se negó y concertó una entrevista personal en Barcelona en una supuesta oficina del Paseo de Gracia. Cuando el puertollanense fue la dirección indicada se encontró con que sí existía una empresa de compraventa de coches, pero el acusado J.M.G., su contacto, ni trabajaba en ella ni tenía relación.