Al final acudieron a la propuesta doce, más otros tres fuera de plazo a los que se les incorporará el próximo año que, viendo el éxito de esta primera edición con más de tres mil participantes disfrazados, podría contar con dos puntos de inicio para confluir todos ellos bien en la Plaza Mayor o puede que en un espacio más grande.
Feliz por la excelente acogida de la iniciativa, que ha llenado de alegría y color la mañana del viernes, Escobedo estima que el desfile va ir a más ya que otros colegios de la ciudad –hay veintitrés- también se han interesado e incluso han recibido llamadas de centros de otras localidades.
Junto al alcalde, Francisco Cañizares, el concejal del PSOE, Antonio Gallego, y de Ciudadanos, Eva María Masías, participó en la recepción ante el edificio del Ayuntamiento, acto en el que alumnos representantes de cada colegio entregaron el premio de reconocimiento a compañeros de otro centro.
2984 escolares, más padres, abuelos, abuelas y profesores, integraron este desfile carnavalero con charangas como Los Desmadraos de Pozuelo de Calatrava y Los Que Nunca Fallan de Carrión, además de las organizadas por los propios docentes como los de San Francisco Javier.
Todo tipo de motivos y fuentes de inspiración se dieron cita en el jovial recorrido, en el que, por ejemplo, los alumnos de Primaria al completo del Ferroviario festejaron el centenario de su centro ataviados como estudiantes de 1924, además de maquinistas, pasajeros, carboneros y operarios con señales ferroviarias.
Por su parte, los del María de Pacheco acudieron como los personajes de cuentos de Disney como ‘101 Dálmatas’ y ‘El Flautista de Hamelin’, así como de notas musicales e instrumentos y disfraces relacionados con el mundo del cine y la televisión, mientras que los del Ángel Andrade dedicaron la creatividad carnavalera al arte en general como pinturas andantes de Van Gogh, Münch, Picasso, Miró, Frida Kahlo y Andy Warhol. “Todos los cuadros son míos”, aseguraba una profesora al referirse a sus alumnos.
También el Alcalde José Cruz Prado realizó un repaso a los cien años de su trayectoria con grupos de escolares vestidos en alusión a distintas etapas como de la de los arquitectos que construyeron el colegio, el período en la que se cultivaron gusanos de seda en el centro, soldados y maestros ya que fue cuartel durante la Guerra Civil, alumnos de época y tunos, para culminar con las nuevas tecnologías y las emociones al ser “un colegio donde se educa desde la emoción y el corazón, y se trata a todos los alumnos como personas únicas que son”.
La vistosidad de las fiestas del país con escolares de chulapos madrileños, andaluces de la Feria de Abril, manchegos en La Pandorga y pamplonicas en San Fermín fue el leit motiv del Dulcinea del Toboso; los fabulosos poderes de los superhéroes con trajes elaborados artesanalmente guiaron a los alumnos de Autrade; y varias etapas de la historia desde los dinosaurios y trogloditas, pasando por Egipto hasta llegar a la Edad Media estimuló en sus recreaciones a los del Puerta de Santa María.
Otro centro centenario como el Pérez Molina rindió homenaje a su pasado como La Cantina y los chavales se enfundaron disfraces de cubiertos, mesas y comidas, además de cocineros y maestros de hace un siglo.
Por su parte, San Francisco de Asís desplegó multitud de personajes de películas como ‘Piratas del Caribe’, ‘101 Dálmatas’, ‘Blancanieves’ y los films de Marvel; San Francisco Javier sacó a la calle juegos como el parchís, el dominó, el póker y los naipes españoles, y Santo Tomás de Villanueva, con una altísima participación de seiscientos escolares, todo el colegio, celebró su 170 aniversario con nodrizas, monjas, médicos, farmacéuticos, fotógrafos, lavanderas y telefonistas y escolares de la época de su fundación.