Generosidad, altruismo o bondad son calificativos que quedan cortos para definir el espíritu de amor, compromiso y empatía que desprende la tienda solidaria ‘Mi sonrisa’ de Afanion (Asociación de Familias de Niños con Cáncer de Castilla-La Mancha), desde donde cada día, con el corazón abierto y una sonrisa, se lucha contra el cáncer infantil.
Con motivo del Día Internacional contra el Cáncer Infantil, que se conmemora este 15 de febrero, nos adentramos en este particular establecimiento. En torno a 26 voluntarios, y cada día más, hacen posible que esta tienda sea una realidad y uno de los proyectos más bonitos y solidarios de la provincia de Ciudad Real. En su nueva ubicación desde el pasado mes de noviembre, en la calle Calatrava, 18, hay turnos con tres voluntarios por la mañana y otros tres por la tarde para mantener abierta de lunes a sábado abierta la tienda como cualquier otro establecimiento normal, con un ambiente especial en el que se respira la solidaridad y la sostenibilidad.
En la tienda se exponen todos los productos que han sido donados tanto por particulares, como por establecimientos o empresas, sobre todo relacionados con las familias: ropa y complementos, decoración, menaje, libros, artesanía, artículos infantiles (cunas, carritos, bañeras, cuentos, ropa, juguetes…) y muchas cosas más.
Voluntarios
Uno de los voluntarios más veteranos de Afanion es Santiago Morillo, quien comenzó colaborando en la organización de carreras solidarias ya antes ayudaba en otras entidades como el Banco de Alimentos. No dudó en sumarse hace una década en la iniciativa pionera de la tienda solidaria cuando se instaló en la calle Huertos.
Ahora, tras la mudanza a la calle Calatrava ha sido como pasar de “la noche al día”, afirma Santiago. La tienda ha ganado exponencialmente en visibilidad y con sus grandísimos escaparates de zapatería tradicional la gente ya puede ver una amplia muestra de lo que puede encontrar en el interior. Además, se sorprenden de la gran variedad de productos disponibles y su buen estado, pese a ser la mayor parte de ellos de segunda mano.
Para Santiago Morillo la tienda es muy especial, es la mejor forma para ayudar a las familias y los niños que, por desgracia, están atravesando un proceso oncológico. “Tratamos de hacerle la vida un poquito más fácil, destinando los recursos de la tienda a servicios que necesiten”, apunta Santiago, que reconoce que para él es una gran satisfacción ayudar día a día desde la tienda solidaria.
La tienda contribuye en mantener el presupuesto de casi 650.000 euros que Afanion gestiona al año, el cual el 78 por ciento procede de iniciativa privada. Todo para mejorar la atención a los niños enfermos y a sus familias y humanizar la asistencia. En este sentido, el dinero de la tienda se dedica a ayudas económicas, pisos de acogida, apoyo educativo, campamentos, investigación y al pago de los profesionales con los que cuenta la asociación.
Investigación
La vicepresidenta de Afanion en Ciudad Real, María Isabel Sánchez, destaca que la tienda solidaria para la asociación supone muchas cosas. En materia económica es importante porque aporta al sostenimiento de los servicios de la asociación, así como a ese 0,7% del presupuesto anual de Afanion para investigaciones como la del osteosarcoma exclusivo de cáncer infantil, que desarrolla el Instituto Carlos III de Madrid y la Facultad de Farmacia de Albacete. “Para nosotros es muy importante porque llevábamos mucho tiempo que queríamos colaborar con un proyecto de investigación”, indicó Isabel Sánchez.
A iniciativas como esta colabora la recaudación tienda solidaria, también un proyecto muy difícil porque es esencial la colaboración de numerosos voluntarios que dedican su tiempo a ayudar en la causa. A ellos alaba Isabel Sánchez que, como miembro de la junta directiva de Afanion y, por tanto, como de madre de niño con cáncer, no tiene más que palabras de agradecimiento hacia ellos. “Para mí es una satisfacción estar en la tienda y, sobre todo, el compartir mi tarde con tanta gente buena que viene de voluntaria”.
Además, destaca Isabel Sánchez, que la nueva ubicación de la tienda, en una calle más comercial, da mayor difusión al cáncer infantil y la gente se anima a echar un vistazo y colaborar.
Solidaridad
En este sentido, María Luisa Herrera, voluntaria de Afanion, destaca que la gente es muy solidaria y se sorprende de los precios de unos productos o ropa que son muy buenas. “A veces por un par de euros se pueden llevar una camisa y se quedan muy sorprendidos y, en ocasiones, como un señor que se llevó un juguete de Playmobil que valía cinco euros, nos dejó diez”. Es algo bastante habitual el que den algo más que el donativo o hagan el típico quédense con el cambio.
“La gente colabora mucho más de lo que pensamos”, agradece Herrera, que acude lo que puede a la tienda como voluntaria, un día a la semana, “porque me llena mucho el poder hacer algo por otras personas y más por los niños, al estar más indefensos; es muy gratificante poder hacer algo para ellos y me siento muy afortunada de poder colaborar con la tienda”.
Además, ensalza la enorme riqueza humana de sus compañeros voluntarios, con los que pasa muy buenos ratos. Entre ellas se encuentra una veterana, Lola García. Natural de Daimiel y con una larga trayectoria en el voluntariado, cuando se mudó a Ciudad Real vio un cartel en la que sería la primera tienda de Afanion pidiendo voluntarios. Era al lado de su casa y no dudó. Le encanta estar activa y si lo hace ayudando, mejor que mejor.
Tras nueve años en la calle Huertos, ahora el cambio a la calle Calatrava ha sido “una maravilla”. Ya han superado las estrechuras y notan ahora la evolución de los clientes. Antes, por ejemplo, por las tardes quienes iban a la antigua tienda eran los que ya la conocían. Ahora cada día llega gente nueva que ve la tienda por primera vez.
Además del aspecto solidario, Lola García resalta su apuesta por la sostenibilidad en una época en la que se habla tanto del cambio climático, de la economía circular y de dar una segunda oportunidad a las cosas.
La Tienda Solidaria ‘Mi Sonrisa’ de Afanion es única y a través de ella se puede ayudar a las 250 familias afectadas en la provincia de Ciudad Real, donde cada año hay una media de 15-20 nuevos diagnósticos, una cifra que supera los 50 a nivel regional.