María Salas es la responsable del Servicio de Apoyo al Estudiante con Discapacidad (SAED), que depende del Vicerrectorado de Estudiantes y Responsabilidad Social de la Universidad de Castilla-La Mancha.
El servicio cuenta con dieséis becarios de colaboración adscritos a los cuatro campus y seis sedes de la UCLM. Son estudiantes como Lorena Corral, cordobesa que compagina sus estudios de Medicina con el trabajo en este servicio de Ciudad Real desde hace nueve meses. “Por las mañanas voy a las prácticas en la facultad y por las tardes vengo aquí, en septiembre participé en el campus inclusivo para preuniversitarios con discapacidad, con el objetivo de incluirlos en la dinámica universitaria, es un trabajo superbonito”, explica.
“Un trabajo muy intenso”
“Los becarios atienden la primera demanda y hacen labores administrativas. Es un trabajo muy intenso, poco conocido, y con una ingente tarea en la que destacaría que conocemos personalmente a cada usuario, sabemos su historia de vida e incluso les proporcionamos atención psicológica cuando lo necesitan”, añade Salas, que lleva nueve años al frente de un servicio que se creó hace quince, y se dirige desde un discreto despacho en el aulario general de Ciudad Real.
Organización del trabajo
La responsable asegura que la problemática que tratan a diario con estos alumnos tiene que ver con la organización del trabajo, adaptaciones curriculares, etc; no con la inclusión “esto es muy curioso, la gente cree que sí, pero la realidad es que no hemos tenido casos de estudiantes que digan que los discriminan en clase, sí alumnos que nos han contado que sufrieron acoso en el colegio”.
“Aquí, como has visto, nos conocemos todos, imagínate en nueve años a cuantas personas conoces y ayudas. En este tiempo he aprendido que los problemas por los que te preocupas en tu día a día son minucias, cosas muy insignificantes al lado de las situaciones que ves cada día”.
Otros servicios del SAED
Transporte adaptado: gestiona la concesión de transporte adaptado, como el que utilizan alumnos como Francisco, “que tiene un elevado coste pero que asumimos”, apostilla Salas. Este servicio se financia con fondos propios de la universidad y financiación externa de fundaciones o instituciones para proyectos concretos.
No pagan matrícula: los estudiantes con discapacidad certificada no pagan matrícula, solo las tasas administrativas, no los créditos, aunque suspendan. “Todo es gratuito, estudie un grado, un máster o un doctorado, siempre que sea un título oficial”.
Intérprete de lengua de signos: para los estudiantes sordos. “En Toledo tenemos una alumna que estudia el grado de bioquímica y tiene una intérprete todo el día con ella para las clases y para hacer gestiones universitarias”.
Detección de barreras arquitectónicas: hacemos evaluación de cada edificio. “El campus de Ciudad Real está bastante bien en accesibilidad, pero cuando hay alguna demanda como la de Francisco se solventa rellenando una solicitud. También acudimos si lo piden para resolver cualquier barrera, no solo arquitectónica sino de accesibilidad”.
Acciones formativas y de sensibilización: como la que harán el próximo lunes 3 de diciembre, “para que toda la comunidad universitaria sea consciente del día a día de las personas con discapacidad y aprendamos a ayudar a vencer estas barreras”. En cada campus montarán un ‘photocall’ y se abrirá un libro de reflexiones.
Campaña 2018: ‘Más que servicios’
La acción incluye un ‘spoiler’ que se lanzará dentro de una campaña incluida en la Red SAPDU (Servicios de Apoyo a Personas con Discapacidad en las Universidades). “Esta red la componen todos los servicios de apoyo de las universidades españolas con ellas trabajamos para generar nuevas formas de inclusión, documentos importantes que deben elevarse a las autoridades, el lema de este año es ‘más que servicios’, porque somos más que un simple servicio”.
Acciones formativas para el personal universitario: el SAED imparte un curso institucional de formación sobre discapacidad, dirigido a personal docente e investigador y al personal de administración y servicios de la universidad. “Son 20 plazas y cada año tenemos más demanda, siempre se agotan. Estamos muy contentos porque esto sea así”.
Apoyos técnicos y adaptación al puesto: prestan tecnología adaptada a los estudiantes de forma permanente, por ejemplo a quien por su discapacidad no puede cargar un ordenador grande se le presta una tablet o notebook. A las personas sordas les facilitan un equipo de frecuencia modulada que aísla el sonido externo para que llegue a su audífono o implante coclear que vale entre dos mil y tres mil euros, “eso muchos estudiantes no lo pueden asumir, por eso se lo prestamos durante los años de carretera”.
Otros materiales son teclados adaptados, impresoras, ordenadores, grabadoras y también adaptaciones específicas al puesto de trabajo con sillas ergonómicas.
Acompañamiento: los chicos nuevos no se orientan cuando llegan al campus, para ayudarles están los becarios de colaboración del servicio que les acompañan durante esos días, e incluso van con ellos si tienen excursiones y alguna dificultad para participar.
Inserción laboral: el servicio les informa de las becas de prácticas adaptadas. “Cuando ya finalizan la titulación, como ocurrirá este año con Francisco, empezamos a movernos con muchas empresas para su inserción laboral”.
En estos años el SAED ha conseguido ayudar a la integración laboral a exalumnos como Eloy, discapacitado físico que está preparando oposiciones para Hacienda, “y tenemos otros trabajando en empresas como Airbus e Ilunion”.
Grandes dependientes: la inclusión en las aulas de grandes dependientes es otra de las facetas del servicio, “estas personas hasta ahora no se planteaban venir a una universidad de forma presencial, eso ha cambiado. Hay más de un estudiante en Toledo y en otros campus que disponen de auxiliar sociosanitario que está todo el día con ellos para comer, ir al baño o cualquier apoyo en el aula que necesite”