“Se han empeñado” en ello desde muchos puntos de vista, y curiosamente, pese a esos esfuerzos, cada vez hay más colaboradores y sigue creciendo la asignación del Estado.
Para Melgar, “hay un defecto de fondo que es que los abusos sucedieran sólo en la Iglesia y no es verdad. La Iglesia se ofreció a colaborar y hemos colaborado. Las preguntas que se han hecho se han respondido”.
En el caso de la Diócesis de Ciudad Real, “a nosotros nos preguntaron por los casos que hemos tenido que era uno en concreto”, aparte de otro caso que “apareció en El País”, sobre el que “dijimos que esa señora que denunciaba a un sacerdote que escribiera aquí y nos pusiéramos en contacto con ella, pero no ha contestado”.
Los casos hay que “comprobarlos y probarlos”, expuso Melgar, que criticó que se trasladen los resultados de una encuesta a una cantidad determinada de fieles al conjunto de la población. “Eso no vale, cada caso es cada caso” y hay que probarlos, subrayó el obispo, que destacó que “nosotros nunca hemos tenido ningún problema en ofrecer todo lo que iba apareciendo por ejemplo en el caso que tuvimos”.
“Aquí precisamente fue la Iglesia la que se anticipó y, desde luego, en ningún momento hemos tratado de ocultar nada”, aseveró Melgar, que rechazó “la introducción que se hace en la presentación del informe del Defensor del Pueblo”, exponiendo que “la Iglesia ha tapado y no ha sido clara”.
Según indicó, la Iglesia “es la única institución que se ha planteado sacar a la luz todo lo que haya y de hecho así está haciéndose” y estimó que “no teníamos que haber colaborado siempre y cuando no se hubiera hecho con toda la sociedad”, ya que, de esta forma, “es una discriminación clara con la Iglesia”.