Los profesionales sanitarios desempeñan un importante papel en la prevención, detección y tratamiento de las mujeres que sufren violencia por sus parejas o exparejas, ya que comporta riesgos para su salud. Sobre todo, en la Atención Primaria, donde los médicos tienen un contacto más habitual con las pacientes y por tanto, más responsabilidad a la hora de detectar síntomas indiciarios de esta lacra. Así lo dice la especialista en Medicina de Familia y Comunitaria Nancy Vera Nieto, formada en violencia de género y conocedora de los protocolos y fases de detección y abordaje de casos. La también doctora de Urgencias en el Hospital Universitario de Ciudad Real y delegada de Sanidad de CSIF habla de la necesidad de “estar alerta” ante determinados signos como las reiteradas visitas a consultas de las mujeres con diferentes afecciones. Vera vivió un caso muy gráfico como el de una paciente que en tres meses acudió a su consulta 93 veces.
PREGUNTA,- La violencia contra las mujeres produce un impacto muy serio en la salud. ¿En qué medida?
RESPUESTA.- Todo tipo de violencia tiene impacto en la salud, pero la violencia de género tiene un mayor impacto en la salud de las mujeres porque influyen en todos los aspectos de su vidas, su salud y la de sus hijas e hijos.
P.- ¿Qué papel tiene la Atención Primaria en el abordaje de casos de víctimas de violencia?
R.- El profesional sanitario forma parte importantísima, a la hora de hacer prevención y detección precoz detección precoz de las víctimas de violencia de género. En Atención Primaria tenemos que mantener una conducta de alerta ante aquellos síntomas o signos que presenta la mujer que está siendo víctima de violencia, con el objetivo de romper el silencio por ambas partes. Las mujeres no hablan por temor o por miedo y el personal sanitario, por falta de tiempo, las agendas apretadas o por temor a que la mujer no se habrá, no pregunta. Considero que lo más importante es que rompamos ese silencio en ambas direcciones.
P.- ¿Y por qué es tan importante?
R.- Es importante porque en este nivel de asistencia la prevención en la que evita que haya daños mayores. La Atención Primaria es el pilar fundamental en donde se debe trabajar para poder detectar signos o síntomas de este tipo de casos.
P.- ¿Cuáles son esos signos que apuntan a casos de maltrato?
R.- Existen muchos indicadores que nos pueden orientar como son esas pacientes que acuden a consulta de forma recurrente al médico por uno u otro síntoma, distintos al de la primera vez, o tienen bajas médicas de manera frecuente por diferentes patologías. Conozco un caso en que una mujer fue a consulta 93 veces en un trimestre. Son mujeres somatizadoras y sufren desde dolor de cabeza a dolores torácicos, problemas digestivos o trastornos de adaptación, ansiedad, depresión, falta de energía, falta de ánimo, abuso de sustancias o incluso, si están embarazadas, pueden tener riesgos. Otros indicadores son antecedentes de haber sufrido o presenciado malos tratos en la infancia, o cuando mantienen una actitud triste, sumisa y responden de forma evasiva. En conjunto, tienen un patrón de uso frecuente de los servicios sanitarios, y se convierten en hiperfrecuentadoras, que suelen alternar con ausencias a las citas. Y a nivel social sufren aislamiento. Por ello, el médico de Primaria debe empezar a pregunta y ante sospecha debería realizar una entrevista clínica dirigida a crear un clima de confianza, con una escucha activa, y preguntar porque ellas tienen vergüenza o miedo a represalias. Tenemos que hacer prevención para evitar que la paciente llegue a Urgencias hospitalarias con signos evidentes y lesiones graves que incluso puedan comprometer su vida.
P.- ¿Cómo es la atención sanitaria a estas víctimas?
R.- El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) está muy comprometido con la lucha contra la violencia de género. Tenemos protocolos aplicables tanto en la atención Primaria, como en urgencias hospitalarias, y hacemos un informe clínico y, a su vez, un parte de lesiones que se envía al juzgado y se activa el protocolo para ayudar y proteger a la mujer y que vaya a un lugar seguro junto a sus hijos.
P.- ¿Puede decirse que el médico desarrolla ojo clínico?
R.- Esta percepción se activa con la formación y concienciación del problema que representa la violencia de género.
P.- Usted trabaja ahora en Urgencias, ¿Cómo se actúa en este servicio en los casos de mujeres violentadas?
R.- En Urgencias, ya sea del hospital o en el Punto de Atención Continuada, la víctima puede presentar ya lesiones evidentes, desde las de carácter leve a las que pueden comprometer su vida. En muchos casos viene acompañada por la Policía Nacional o de la Guardia Civil.
P.- Y cómo se activa el protocolo?
R.- Se activa el protocolo mediante informe clínico y parte de lesiones y se envía de manera inmediata al juez de guardia. Si la víctima presenta lesiones leves y puede irse con el alta médica, se deriva a servicios sociales o Centro de la Mujer, y a la Atención Primaria para su seguimiento y al Servicio de Salud Mental. Se traslada también a la Policía Nacional, Local o Guardia Civil y a las oficinas de Asistencia a Víctimas.
P.- Y como experta en tratamiento a mujeres maltratadas, ¿qué mensaje da a las mujeres ante la celebración del 25N?
R.- Es un día de conmemoración y tristeza por las vidas perdidas a causa de la violencia de género. Pido a las mujeres que no callen más, que la única manera de frenar y acabar con esta lacra es denunciarla. Hay que hablar por ella misma, por sus hijos y por todas, porque, además, cuentan con un equipo que la ayudarán. A las mujeres les digo que desnuden su alma, que aquí estamos para escucharte y ayudarte porque su vida es nuestra prioridad.