Además de a su familia y a su novia, Miguel Sánchez-Migallón ha expresado este viernes otra dedicatoria especial: “Esta medalla va para todos los ciudarrealeños, para los compañeros que he tenido aquí en categorías inferiores, que han sido cientos, y para los monitores que trabajan en la formación”.
El jugador ciudarrealeño ha lucido en Ciudad Real esa medalla de bronce conseguida la pasada semana con la selección española de balonmano en los Juegos Olímpicos de Tokio. Un éxito que fue una de las grandes noticias deportivas nacionales en estos pasados días y que a Sánchez-Migallón le ha llevado a tener este viernes un merecido reconocimiento en su ciudad.
El Salón de Plenos del Ayuntamiento de la capital le ha acogido, junto a su medalla, para ser recibido por la alcaldesa, Eva María Masías, la primera teniente de alcalde, Pilar Zamora, y el concejal de Deportes, Antonio Gallego. “Estoy muy agradecido por este recibimiento, me lo tomo como de toda Ciudad Real”, aseguró el jugador, que recordó sus comienzos en los equipos del San Francisco Javier, BM Pío XII y luego BM Ciudad Real: “Me he sentido muy apoyado allí en Tokio por los ciudarrealeños, recibí miles de mensajes y eso me llena de orgullo”.
Un orgullo que expresó también la alcaldesa, Eva María Masías, que afirmó haber sido “un privilegio que Ciudad Real haya tenido a Miguel como protagonista, nos haya llevado a unos Juegos Olímpicos y celebremos el éxito de un bronce”. Masías subrayó que estos logros deportivos “los consiguen pocos y son fruto del esfuerzo, el trabajo y la disciplina”, elogiando que el jugador dedicara y ofreciera el bronce a Ciudad Real, “lo que demuestra también tus valores de generosidad y humildad”, apuntó. Masías hizo entrega al homenajeado de un obsequio conmemorativo de la ciudad.
Por su parte, el concejal de Deportes, Antonio Gallego, felicitó a Sánchez-Migallón y le consideró públicamente como “una gran referencia de que empezando en la base de nuestros equipos de la ciudad se puede pisar la pista de unos Juegos Olímpicos, jugar bien y conseguir un bronce”.
Sin haber asimilado todavía plenamente este éxito, en unos días muy intensos desde que fuera llamado por el seleccionador nacional una vez empezado el campeonato y tras la lesión de Viran Morros, Miguel Sánchez-Migallón se despidió del acto junto a su madre lleno de orgullo. “Me han pasado muchas cosas en pocos días”, confesó todavía como en una nube.
Ahora sigue disfrutando de un éxito con el que siempre soñó, aunque pronto tendrá que cambiar el chip para mirar hacia la próxima temporada. El lunes viajará a Polonia para ponerse a las órdenes de Talant Dujshebaev en su nuevo equipo, el Kielce. Arrancará otra etapa diferente en su trayectoria deportiva y lo hará con un bronce olímpico en su palmarés. Un bronce que dedicó a toda Ciudad Real. Y por eso la capital se siente muy orgullosa de su deportista.