El convenio de vinícolas, junto con el del campo uno de los más importantes de la provincia, sigue enquistado, pero las negociaciones no están rotas oficialmente. Al menos esta es la interpretación del sindicalista Antonio Torres (UGT), que no considera rotas esas conversaciones puesto que la patronal, según dice, no firmó el acta de ruptura tras la reunión del jueves pasado.
“Lo que la patronal todavía no ha hecho es contestarnos con un sí o un no a la contraoferta que les hicimos el jueves”, afirma.
El secretario provincial de la Federación de Industria, Construcción y Agro del sindicato UGT reconoce que las diferencias son palpables, pero no insalvables. La patronal está dispuesta a aceptar una subida salarial del 1,5% sin cláusula de revisión por el IPC para dos años (2018 y 2019) y a que se elimine la antigüedad.
La contraoferta sindical
UGT y CCOO, contraviniendo incluso la recomendación del Acuerdo Estatal para la Negociación Colectiva (AENC) que impulsan en todos los convenios plantearon dos contraofertas, o bien una subida del 2% con cláusula de revisión y vigencia de tres años, o subida del 2,5% sin cláusula de revisión, “y por supuesto sin que se elimine la antigüedad”.
Todo esto se ha puesto sobre la mesa tras la concentración del 2 de octubre en Valdepeñas ante Félix Sólis, una de las principales bodegas. A una primera reunión le siguió la semana pasada otra en la que llegó el momento de plantear ofertas “y ellos se levantaron sin decirnos sí o no, ni firmar el acta, con lo cual entiendo que no se han roto las negociaciones”.
Esta opinión contradice lo que han manifestado en varios medios CCOO (Cadena Ser) y Fecir (La Tribuna) que dan por “rotas” las conversaciones. A UGT sin embargo no le ha quedado claro y espera que este martes la patronal provincial lo aclare.
Movilizaciones y huelga
De confirmarse la ruptura que UGT sigue sin ver los sindicatos no descartan volver a hacer concentraciones ante otras bodegas importantes y fijar un calendario de movilizaciones que podría culminar en una huelga en el sector que emplea a entre seis y ocho mil trabajadores, unos trece mil en época de vendimia.
El peor convenio de Castilla-La Mancha
Torres asegura que los trabajadores de vinícolas de la provincia de Ciudad Real son los peor pagados de Castilla-La Mancha. “En Toledo el nuevo convenio se ha cerrado una subida del 1,3%, es cierto, pero sus tablas salariales son más altas que las de Ciudad Real”, remarca.
En su opinión los empresarios bodegueros “es como si quisieran humillar a los trabajadores en una época de recuperación del poder adquisitivo perdido”.